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Rock y Dictadura- Panorama Histórico-Social. Charly, un caso testigo
Por Mariano Pingitore*
Qué panorama...
“Durante el Proceso, la música rock estuvo relegada a una posición marginal. Evidentemente identificada con un comportamiento antisocial y con la insinuación del tráfico de drogas, el rock en los peores momentos del régimen militar también fue victima de la represión. No solo se prohibieron los grandes recitales sino también las actuaciones por televisión y por radio, y la industria del disco fue cuidadosamente censurada buscando pruebas de subversión. Según un informe de 1981 los censores prohibieron por lo menos 242 canciones. Por consiguiente, los músicos controlaron minuciosamente los desplazamientos metafóricos de sus letras.”[1]
A comienzos de la década del ´70, el rock argentino estuvo estrechamente relacionado con los hechos políticos. Estos años fueron marcados por enfrentamientos políticos violentos que desembocaron en el golpe de estado de 1976 y la posterior dictadura militar. En ese contexto de agresiones físicas y morales, la juventud comenzó a adquirir un compromiso con la participación que resultó novedosa y fue fundamental para el grupo contestatario: El Rock.
”El panorama de la juventud contestataria estaba dominado por las formas más rígidas de la militancia cuyo referente musical era la canción de protesta, con letras que aludían directamente a los conflictos políticos y sociales, encarnada por Daniel Viglietti, Quilapayún, Paco Ibáñez, Los Jaivas y Víctor Jara entre otros. La moral revolucionaria de las organizaciones de izquierda no podía aceptar la búsqueda individual del bienestar y el conocimiento a través del amor libre, la música, la naturaleza y las drogas. Veían con desprecio a los roqueros a los que acusaban de poco comprometidos con la realidad y de abstraerse de ella para no enfrentarla. Los roqueros de esos años le cantaban al amor, la libertad y el deseo. Se rebelaban contra la autoridad, a través de su vestimenta, y su pelo largo propios del movimiento hippie, con el que muchos se sentían identificados. Justamente la indiferencia e irreverencia de los jóvenes músicos era lo que molestaba a los militantes. La juventud argentina, por primera vez en la historia se había involucrado en cuestiones políticas y obedecía en forma dogmática las directivas que llegaban desde los rangos más altos de las organizaciones (Montoneros, FAP, FAR, ERP) que no toleraban formas más laxas de rebeldía.”[2]
En esta perspectiva de fragmentación de los opositores al gobierno, las juventudes musicales que se emplazaban hacia el lado del Rock tuvieron que contentarse con canciones con letras orientadas a un público adolescente y en un principio los organismos que realizaban marchas de protesta con canciones con una referencia directa a los hechos políticos no aceptaron su contribución ni la consideraron significativa.
Tampoco los gobernantes de turno aceptaban esta forma de protesta. El gobierno de Isabel Perón y los regimenes militares que lo sucedieron, aunque lo consideraba un mal menor comparado a la “amenaza comunista”, veían al rock como una forma de subversión que se oponía a los “valores tradicionales” del tipo de sociedad conservadora que ellos querían que fuera la Argentina . Los músicos argentinos también debieron enfrentarse a la represión militar, que se plasmaba en noches en comisarías, cortes de pelo y sobre todo censura.
En ese marco nació Sui Generis, dúo formado por Nito Mestre y Charly García, cuya prolífica producción durante finales de la década del 70 y principio de la del 80 forma parte de esta nota.
Los jóvenes se vieron identificados con sus letras, que hablaban de las incomprensiones y prejuicios de la sociedad. Con su música ampliaron los horizontes dando origen a un estilo que se llamó rock acústico. Ya no eran necesarios los instrumentos eléctricos para transmitir el mensaje rockero. Vivencia, con letras emotivas, y Pastoral, con el estilo de Miguel Angel Erausquin y Alejandro de Michele, siguieron esta senda. Se organizó El Acusticazo, una serie de recitales con León Gieco, Raúl Porchetto, Litto Nebbia y Edelmiro Molinari, entre otros.
A finales de ese año, 1972, se produjo una serie de incidentes en recitales de rock que culminarían en el mes de Octubre con un episodio violento en un recital de Billy Bond y la pesada del Rock.
"... Lo del Luna Park es una historia bien concreta. Eran momentos de represión, eran momentos en que el sistema estaba apretando mucho, era una cosa muy pesada, el rock and roll, era una cosa absolutamente marginal, era una cosa que era de otro mundo y te trataban como si fueras guerrillero. Tito Lectoure (administrador y dueño del Luna Park , un lugar dedicado mayormente al boxeo) accede por dinero a ceder el Luna Park, es decir, vos abrís tu casa para que venga alguien a comer, cuando vos convidas a alguien o haces un negocio con alguien ya sabes lo que es el tipo si no, no lo invitas. Nos invitó a hacer este show, en una casa que es una carnicería porque es un lugar donde se boxea, donde la gente se pega y sangra, se mata.
Es un lugar superviolento y el rock de alguna manera no era violento, era una cosa mucho mas apacible porque era la época del Flower Power, todo el mundo estaba medio enroscado en el amor y paz. La Pesada tenía características un poco más agresivas porque eran más realistas, más políticos, estábamos un poco menos en la boludez del Flower Power y estábamos un poco mas en una revolución más clara. Entonces Tito Lectoure te cede la casa para que hagas un show, a la tarde, cuando Lectoure vio la fila de los chicos sentados afuera, se empezó a poner pesado, decía "...ESTOS HIPPIES DE MIERDA, ESTOS SUCIOS, ESTOS PELOTUDOS". Cuando llegó la hora del show la policía que ya estaba avisada, entró en el medio del show y empezó a pegarle a los chicos. Eran momentos de mucha tensión, era una época muy pesada y vos estas en el escenario y de repente te jugás ¿Para Quien? ¿A Favor de Quien? ¿A Favor de los Chicos, que es tu gente? O ¿A Favor de la Policía? que es exactamente lo contrario de lo que vos querías, que era la no agresión. Empezó pacíficamente, empezó así tipo "La violencia trae a la violencia, paren muchachos" Pero hubo un momento en que no aguantó más la cosa y los chicos rompieron todo y acabó en eso que todo el mundo sabe que acabo que fue un desastre. Pero fue provocado por quien lo provocó, yo no lo provoque el desastre, el desastre se provocó solo porque Tito Lectoure lo provocó, Lectoure llamo a la policía y la policía ya entro dando palazos, los chicos no empezaron rompiendo todo, los chicos fueron a un recital normal como todos.
“¿A quién se le va a ocurrir que alguien como yo podía tener poder para que los chicos que estaban dentro de ese lugar, rompieran el Luna Park y lo hicieran pedazos si no hubiera una razón más o menos seria?
Porque no era River contra Boca donde se encontraban las hinchadas y se mataban, era un recital de música adonde los chicos fueron a escuchar y la policía entro a pegarle a la gente.
Yo no dije - Rompan Todo -, la única cosa que dije fue "vamos a sentarnos, tranquilos, la violencia trae violencia" Cuando les empezaron a pegar a los chicos me empecé a poner nervioso porque ya era otro mambo.
Después de eso viene B.A.ROCK, que fue uno de los últimos shows de "La Pesada" y la película "HASTA QUE SE PONGA EL SOL". Ahí hicimos el primer VIDEO CLIP argentino porque todo el mundo fue allá y toco, nosotros tocamos e hicimos un CLIP vestidos de mujeres, una cosa súper distinta..."[3]
Pero los recitales, de mayor o menor envergadura, se siguieron dando durante los años siguientes con mucha menos difusión. Billy Bond y la pesada del Rock se separó pero Sui Generis continuó liderando en protesta y en popularidad durante 1973 y 1974. En septiembre de 1975 se separó Sui Generis con dos recitales repletos en el Luna Park. Más de 26 mil personas vieron esos shows que pasaron a la historia. Charly García formó luego La Máquinade Hacer Pájaros, una agrupación de rock sinfónico. Nito Mestre armó Los Desconocidos de Siempre, de estilo acústico.
El 24 de marzo de 1976 un Golpe de Estado dio inicio al período más oscuro y sangriento de la historia argentina. Los músicos de rock, considerados "subversivos", sufrieron los embates de la dictadura militar. Muchos se vieron obligados a irse del país. Otros buscaron resistir e insistir con su arte.
“Ser joven era ser "sospechoso", estar asociado a "cosas raras". En noviembre de 1977, el almirante Emilio Massera dio un discurso en la Universidad del Salvador, e instó a no seguir el ejemplo de los jóvenes "que se inician en el rock y derivan en la guerrilla". Eran tiempos de la película "Fiebre de sábado por la noche", la música disco, el baile que sustituía al canto, y el inglés que reemplazaba al castellano.
El ingenio de Charly García, acompañado por el de excelentes músicos, hizo un aporte fundamental. Con David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro formó Serú Girán. Sus letras lograron “gambetear” la censura del terrorismo de Estado. Con sutileza, energía e ingenio, sus canciones se convirtieron en himnos para la juventud. Grabaron su primer disco en mayo de 1978, a pocos días de comenzar la euforia por el Mundial de Fútbol.
Algunas bandas clásicas intentaron volver, como Manal, Almendra, Moris y Miguel Cantilo.Pappo fundó el grupoRiff, con un perfil de rock más pesado que Pappo's Blues, banda que había integrado anteriormente. En la Ciudad de La Plata, los hermanos Federico y Marcelo Moura crearon Virus, una expresión new wave de la música. Los representantes del rock andino fueron Los Jaivas, Ollantay y Tantu Kay. En Mendoza, debutó el grupo Los Enanitos Verdes. Otros protagonistas de la década del '80 eran Spinetta, Alejandro del Prado, Suéter, Jade, Dulces 16, Ariel Prat y su Banda Elástica, Rubén Rada y Solopororó, liderado por Alejandro Lerner. En los circuitos de bares y recitales había música para todos los gustos, sin embargo las radios le daban la espalda. Así siguieron dándose, a escondidas y muchas veces cambiando el lugar del concierto a último momento, más y más recitales, pero sin apoyo de los medios de difusión. Esta situación continuó hasta que en abril de 1982 una decisión del presidente de turno, Leopoldo Fortunato Galtieri, le abrió una puerta inesperada al Rock Nacional. Argentina entraba en un conflicto bélico con Inglaterra, por la posesión de las Islas Malvinas. Demostrando así que las decisiones de la cultura en la Argentina del proceso no eran fruto de meditación y estudio de lo que los receptores necesitaban sino de coyunturas más o menos urgentes surgidas de las decisiones de la cúpula militar.
“La Guerra de Malvinas de 1982 trajo consigo la prohibición de pasar música anglosajona por las radios. Los programadores recurrieron entonces a las grabaciones de artistas argentinos. Fue el empujón clave para que el gran público conociera a todas esas expresiones jóvenes que en su momento marginaban.
El 16 de mayo de 1982 se organizó en Obras Sanitarias el Festival de la Solidaridad Latinoamericana, para juntar ropa y alimentos para los soldados que combatían en Malvinas. Más de 60 mil personas estuvieron en el estadio, y muchos más siguieron las transmisión en vivo del concierto de Gieco, Spinetta, Mestre, Rada, García y Lebón (estos dos últimos ya habían desarmado Serú Girán en marzo), entre otros. “[4]
La Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió.
Amnistía Internacional en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos en distintos países del mundo caracteriza esta modalidad de la siguiente manera:
“Debido a su naturaleza una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada.”
“La desaparición es un método particularmente repudiable de represión gubernamental que viola una amplia gama de derechos e impone un sufrimiento físico y psicológico generalizado y permanente.”[5]
Estas políticas de terrorismo de estado marcaron una época particularmente violenta y oscura de la historia argentina, la gente tenía miedo de salir a la calle y las personas que pensaban que el régimen militar no era lo mejor para el país eran perseguidas, torturadas y asesinadas a sangre fría. En este contexto de cambios drásticos en cuanto a estrategias de control y represión, la economía también fue controlada, presentando un retorno al modelo agro-exportador.
Los métodos represivos se manifestaron también en el campo cultural. El término cultura es muy complejo cuya definición se torna imprecisa. “La cultura es uno de esos términos que todos manejamos como parte de un lenguaje común. Sin embargo, en cada uno de nosotros refiere a cosas distintas de nuestra experiencia. Para unos,
Existe otra acepción de cultura que refiere a la “cultura alta”, a las producciones literarias o artísticas. Las políticas de la dictadura estuvieron orientadas por la sospecha hacia ésta idea de cultura, rechazando a los intelectuales y a la cultura letrada.
La actividad de control o de censura de la cultura fue probablemente el carácter más distintivo de la política hacia la cultura letrada. Ese control estuvo basado en la exclusión material o simbólica de los autores y obras y asumió varias formas o modalidades. La primera y más dramática exclusión fue la desaparición de personas, a la que ya nos hemos referido anteriormente.
Un segundo tipo de exclusión fue la condena al exilio en el extranjero de muchos de los disidentes.
Otra modalidad de control de la cultura la constituyeron las “Listas negras”: compendios de los actores, periodistas, intelectuales, que eran considerados “disolventes”, y cuya aparición en los medios de comunicación estaba prohibida. Entre ellos, parecen los nombres de Héctor Alterio, Norma Aleandro, Mercedes Sosa, Nacha Guevara y Santo Biasatti entre otros. Muchos de ellos fueron obligados a exiliarse, o se llamaron a silencio.
También se establecieron listas negras de obras “no aconsejables”, “disolventes” o directamente “inmorales”. El interventor del Instituto Nacional de Cinematografía decía en 1977:
“Sólo serán autorizadas las películas que muestren al hombre en su lucha eterna y cotidiana contra el materialismo, el egoísmo, el desaliento, la venalidad, y la corrupción: el hombre luchando por el honor, su religión y sus principios, que no cae nunca en la violencia ni en el escepticismo. Sólo estos films serán considerados como obras de arte.Por otra parte…, todas las películas sin valor artístico o que no presenten ningún interés en divertir al público, y que atenten contra los sentimientos nacionales, serán prohibidas total o parcialmente.”[7]
Estas obras censuradas o consideradas peligrosas motivaron, por parte del régimen, el secuestro y la quema de los libros o filmes prohibidos. Por parte de la población en general, suscitaron en el terror de que se encontraran en sus casas ejemplares censurados, por lo cual se procedió a quemas individuales o bien a abandonar los libros en medio de baldíos. Las bibliotecas, colectivas o individuales, perdieron innumerables ejemplares.
La dictadura suprimía todo aquello que cuestionara, disintiera o pusiera en duda las preceptivas que emanaban de poder. Pero, como la censura perfecta es imposible, por los resquicios y grietas de ese mismo poder, los artistas en formas más o menos metafóricas, encriptadas o sutiles, dejaban traslucir la crítica, el dolor o el descontento por la masacre que en un secreto a voces, se desarrollaba en el país.
El caso Charly García
Para concretar la indagación que me propongo, la de distinguir qué políticas de Estado reglamentadas por los gobiernos militares de la última dictadura fueron más criticadas por el músico Charly García en sus canciones entre 1976 y 1983 se ha encarado esta investigación como un estudio de caso. La muestra seleccionada fue un grupo de 6 canciones del autor, ordenadas cronológicamente, a saber: Canción de Alicia en el País, 1978; José Mercado, 1981; No bombardeen Buenos Aires, 1982; Los Dinosaurios, 1983; Huellas en el mar, 1983 y No soy un extraño, 1983.
El análisis se realizó teniendo en cuenta las palabras utilizadas para describir hechos, situaciones o personas, en la mayoría de los casos metafóricamente y mostrando las referencias a hechos, situaciones y personas reales, evidenciando así los aspectos criticados por el autor y la maestría con la que consiguió escapar de la censura.
Se acabó ese juego que te hacía feliz.
Es evidente que García hace un intertexto y un juego con Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas(Alice's adventures in wonderland), a menudo abreviado como Alicia en el país de las maravillas, obra de literatura creada por Lewis Carroll. Esta ficción abunda en alusiones satíricas a la educación inglesa y a cuestiones políticas de la época. Charly Garcia deja en suspenso de qué país está hablando ya que la Argentina de ese momento está muy lejos de ser una maravilla así como de pensarse como un cuento armado en base a la matemática y a la lógica, tal cual Carroll armó su ficción. La primera estrofa ya nos sumerge en una pregunta ya que si la barbarie que impera en la Argentina de la dictadura es mucho mayor que la Sarmiento pensó alguna vez, también es cierto que parece no haber escapatoria. ¿Adónde ir? Aquí es posible pensar que no hay salida ya que el exilio es un modo de vida suspendida (como un limbo) en donde el tiempo transcurre de un modo distinto, con añoranzas y desarraigos o es posible pensar también que a esa altura de la dictadura ya se conocía la existencia del siniestro Plan Cóndor, de modo que con los mecanismos de cooperación tan aceitados, muchos disidentes sabían que irse no era una opción toda vez que serían encontrados, capturados y asesinados , el resto era un cuestión de tiempos. Por ello la segunda estrofa afirma que Alicia se queda aquí (Argentina) porque aquí conoce el trabalenguas, lo que supone al menos dos posibilidades: la confianza que le da al perseguido manejarse en la lengua materna (en su suelo) ya que un lenguaje es un modo de ver el mundo y al mismo tiempo el trabalenguas podría aludir a todos los otros códigos compartidos de una generación que necesariamente debe establecer una resistencia frente a la represión. Por eso es clarísimo que todos saben quién es el asesino, que cumple con su tarea y eso es bastante, aún para quedarse. Saber quién es el enemigo. Afuera, en algunas zonas del exilio no se sabe quién es enemigo.
Alicia parece ser un testigo, alguien capaz de dar testimonio del horror, por eso el narrador del tema le aconseja no contar lo que vio en los jardines, seguramente no son maravillas lo que vio Alicia, ni morsas ni tortugas pero si hay un río de cabezas aplastadas por el mismo pié, en posible alusión a los cuerpos arrojados al río de La Plata en los nefastamente famosos “vuelos de la muerte”. Para 1980, mucha información se había filtrado en relación a cómo operaba el terrorismo de estado, era imposible denunciar sin recibir represalias “los inocentes son los culpables” dice su señoría: El rey de espadas en clara alusión a los militares. Miguel Bonasso cuenta en su libro “Diario de un Clandestino”[8] como su propio abogado fue desaparecido por presentar varios habeas corpus en busca de información por diversas personas secuestradas. El consejo del narrador continua avisándole a Alicia que no habrá abogados, ni testigos, el poder está desbalanceado, todo del lado de la dictadura. Es un periodo oscuro por eso también le aconseja encender los candiles ya que los brujos piensan en regresar, aquí la alusión parece estar dirigida al ministro de Bienestar Social del último gobierno del General Perón a quién sucedió su viuda permanentemente asesorada por José Lopez Rega, un oscuro hombre, amigo de logias extranjeras y sindicado como el ideólogo de la Triple A, asociación ilícita cuya sigla significa : Alianza Anticomunista Argentina, a la que se atribuyen numerosos hechos de sangre en una época cuya violencia hacia poco posible distinguir de donde provenían los atentados, enfrentamientos y asesinatos. La Argentina está representada en esta canción como un gran sedimento de ruinas acumuladas del pasado que se superponen unas sobre otras, en clara referencia al destino sangriento de nuestro país, no sólo la dicotomía civilización y/o barbarie no ha sido superada sino que además hay un juego que se terminó, el juego que hacía feliz a Alicia, tal vez García se refiera en la última oración al fracaso de una generación que creyó en que la revolución era posible y que ya no puede jugar ese juego porque cualquier posibilidad de resistencia ha sido asfixiada por la represión.
José Mercado compra todo importado
Estamos en 1981, el desgaste de la Junta Militar se acelera, por eso tal vez, luego de su primer maniobra populista (el Mundial 78) y ante la vertiginosa caída del país en lo que a imagen en el exterior se refiere y desgastado ya el modelo neo liberal impuesto por José Alfredo Martínez de Hoz, prepara la Guerra de Malvinas como otro golpe de efecto y no como una verdadera demostración de avance sobre nuestra soberanía. La ilusión de una moneda equiparada al dólar o tal vez con mayor poder también se ha deteriorado.[9] Muchos historiadores denominaron a la década del 80 como la “década perdida de América Latina”, la ilusión de los petrodólares ha muerto. La destrucción del aparato productivo del país a manos del ministerio de Martínez de Hoz muestra ya el caos que se profundizará durante la década del 90 con la implantación de un modelo neoliberal en consonancia con el capitalismo más salvaje.
Tal como explica Luis Alberto Romero[10], durante los 5 años que en fue ministro de economía de Videla, Martínez de Hoz se enfrentó a una crisis aguda y cíclica: inflación desatada, recesión, problemas con la balanza de pagos, que se sumaban a una situación político-social muy convulsionada. La represión había logrado descabezar la movilización popular y el modelo anti-crisis era casi el mismo que se aplicaba desde 1952, esto permitiría superar la coyuntura pero las fuerzas armadas y el establishment que la acompañaba decidieron ir por más. Adjudicándole los desórdenes al Estado Benefactor tal cual se había constituido en 1930, los militares pensaron que éste modelo era el culpable del desorden social, por ende concentraron el poder económico y político, abortaron cualquier posibilidad de negociación con los otros actores sociales y decidieron que para profundizar este modelo debían sostenerlo en el tiempo, por ello a la salida de Martínez de Hoz nadie puedo cambiar el rumbo. La reforma financiera liberó las tasas de interés, autorizó la proliferación de bancos y otras entidades de préstamo y crédito y consolidó una apertura económica eliminando los mecanismos clásicos de protección de la industria local vigentes desde el 1930. La gran transformación culminó con la llamada “pauta cambiaría”, adoptada en 1978, se devaluó el peso pero como la inflación resistió, el peso se revaluó considerablemente frente al dólar. Esto hay que sumarle una gran afluencia de divisas desde el exterior (flujo de dólares fruto del endeudamiento externo) común a toda América Latina y países del Tercer Mundo que en Argentina tuvo como broche de oro la posibilidad de colocar ese dinero a plazo fijo dado que el Estado respaldaba esos depósitos. Así se instaló una economía imaginaria, en donde un sector de la clase media vivió la ilusión de pertenecer al primer mundo y acceder a muchos de los objetos suntuarios e inútiles que compra José Mercado, el protagonista de esta canción. “José Mercado compra todo importado” dice García en sintonía con lo que cuenta el film “La Plata dulce” de Fernando Ayala, filmada en 1982, que narra como un grotesco la historia de un incauto individuo que se encuentra a la salida de un banco con un amigo de la conscripción. Éste le ofrece un negocio fabuloso, el dinero comienza a lloverle a raudales, viaja a Miami como José Mercado y luego se ve envuelto en una trama macabra ya que es testaferro de una financiera que se fuga con el dinero de los ahorristas (escena común en los 80) y ve como su vida se derrumba desde la cárcel. Esa plata dulce es la que José Mercado que es Licenciado en Economía lleva a sus viajes ya que posee el “síndrome Miami”, que consiste no sólo en viajar y pasar por los Free Shops, sino además de conocer esos lugares que figuran en todas las postales.
José Mercado está además a tiempo y destiempo con la época, de modo que viaja a Marruecos (como el protagonista del Expreso de Medianoche) pero parece que las sustancias que allí puede consumir no le hacen efecto porque José Mercado es el ícono del capitalismo. Por eso sólo toma el charter del Gurú Maharaji, conocido en el mundo del rock y del arte como El señor del Universo. Durante la década del 70, los ecos del cambio producido en los 60 se hacen sentir en todo el mundo: Revolución Cubana, Revolución Musical : Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan, Joan Baez y también el rechazo a la guerra de Vietnam, la lucha de Luther King y especialmente en nuestro continente el nacimiento de la guerrilla urbana, los asentamientos hippies en El Bolsón, movilizaciones en torno al regreso de Perón (Luche y Vuelve) y la búsqueda de los pacifistas que recalan en el diversos gurúes y agrupaciones religiosas orientales: budistas, lamaístas, Hare Krihna, etc. Es conocido en el mundo de rock la fascinación que el Gurú Maharaji ejerció sobre David Lebón, integrante de Serú Girán, quien lo alojó en su quinta de Castelar. Pero José Mercado no trae ni noticias de la Luz Divina del gurú, porque para él Time is Money. Los estribillos del tema dan cuenta de todos los íconos de esos últimos años de la década del 70 (símbolo del capitalismo), Disney, Channel, música disco y el auge de las tarjetas de crédito.
García como solista:
El álbum fue presentado al público en el Estadio Ferrocarril Oeste de la Capital Federal, hoy CABA, ante cuarenta y cinco mil personas. La escenografía le fue encargada a Renata Shusheim, gran artista que realizó escenografías y vestuarios de diversos espectáculos de cine y teatro. La escenografía de presentación del disco era un gigantografía con volumen que semejaba la ciudad de Buenos Aires y que fue bombardeada con pirotecnia al terminar el espectáculo. Según cuenta Laura Ramos[11] todo se planeó a la perfección para que la ciudad imaginaria que enmarcaba el escenario fueras destruida al final de espectáculo y como cierre ya que en el Bis se entonaría “No bombardeen Buenos Aires”
Nadie puede dudar que todas las referencias del tema refieren a la Guerrade Malvinas, el último golpe frustrado de la Junta con el objetivo de recuperar cierta autonomía sobre una ciudadanía que ya no confiaba en el orden. Desde 1980 los militares evaluaban el modo de construir una salida política, a la crisis económica se le sumaba el aislamiento y la adversa opinión internacional. Galtieri pensó en diversos cambios que tal vez posibilitarán o un mayor tiempo en el poder o una salida menos deshonrosa (hecho imposible). Nombró ministro de economía a Roberto Alemán pero el daño infringido por la profundización del neoliberalismo de Martínez de Hoz que se sostuvo durante cinco años, mostró claramente que no sería posible convencer a nadie y ya en ese entonces el descontento se comenzaba a mostrar en la calle como ocurrió con la manifestación callejera organizada por la CGT, el 30 de marzo de 1982. En ese contexto se concibió el plan de recuperación de las Islas que tendría dos ventajas, según explica Romero[12], por un lado un golpe militar que reuniera a todas las fuerzas les devolvería cierto vigor por el hecho de correr ras un objetivo común y por otro tal vez lograra salir del atolladero por el arbitraje del Canal de Beagle que arrastraba el país desde el gobierno de Lanusse y que en 1978 había tocado su punto más álgido con mediaciones internacionales, pero del que aún quedaban en disputa unos islotes. Así se tomo la trasnochada decisión de desembarcar en nuestras Islas Malvinas, el día 2 de Abril de 1982. La misma plana que había apaleado a la multitud 3 días antes en el reclamo salarial de la CGT, instó y arengó a través de Galtieri, desde el balcón de la casa de gobierno y allí se escucharon las patéticas palabras dirigidas al imperio británico “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”. El resto es por todos conocido, la guerra se libró en condiciones inusualmente desparejas y los mismos represores que eran muy valientes a la hora de asesinar adolescentes, monjas o Madres de Plaza Mayo (Dagmar Hagelin, Leónie Duquet, Alice Domon y Azucena Villaflor, respectivamente), se rindieron si disparar un solo tiro abrumados por la diferencia abismal de las fuerzas del Imperio.
En este contexto No Bombardeen Buenos Aires resulta una parodia de cómo Buenos Aires asistía de lejos a la crónica de los diarios. La Guerra de Malvinas fue la última Guerra en ser contada (falazmente) en forma de crónica periodística en entregas diarias. Pero, aquí en Buenos Aires, en el lugar que no se debía bombardear, ¿había una idea cabal de lo que ocurría en la zona austral? Por eso García recurre a varios tópicos de la época. El tema cuenta verdades, habla del miedo de mucha gente a que el continente sea bombardeado pero sólo desde un lugar egoísta, “los pibes del barrio” se esconden en los caños, usan cascos pero escuchan música en inglés.
Mientras en Malvinas los Gurkas siguen avanzando y en la televisión de Buenos Aires, los mismos locutores de siempre conducen programas de tango o hacen colectas para los soldados que jamás les llegarán. También García habla del temor, parece que no todos creen en lo que está pasando porque hay juegos, tranzas y manejos en las rancias cunas del poder. Mientras los obreros hacen masa en la plaza como aquella vez, dice García y aquí se refiere a todas y cada una de las manifestaciones de apoyo a Perón (única fuerza de masas que llenó la plaza en diversos contextos históricos, el último en reclamo de una mejora de salario). El clima de la guerra aunque lejana elimina el deseo, (quiero treparte pero no pasa nada, ni siquiera puedo comer un bife y sentirme bien) como si sostener el deseo frente al panorama de muerte que viven los soldados (situación muy bien ilustrada en el film de Tristán Bauer “Iluminados por el fuego”) fuera imposible.
Luego hay una referencia a escuchar la BBC, muchos de los que sospechaban que los comunicados y crónicas de la guerra (Estamos Ganando) eran mentira, por las noches si poseían una radio de onda corta trataban de alcanzar otras señales y así saber que era lo que realmente ocurría.
Pero García retoma el tema del individualismo y del sectarismo en la Argentina cuando afirma, haré lo que sea (hasta prostituirme) pero por favor “No bombardeen Barrio Norte”.
Retorno de la Democracia: Dinosaurios, exilio y regreso:
Los amigos del barrio pueden desaparecer...
Los dinosaurios pertenece al álbum Clics Modernos de enero de 1983. Anunciada ya la apertura democrática el rock puede hacerse cargo de decir sin eufemismos aquello que venía diciendo en forma simbólica y encriptada. El álbum de Garcia forma parte de la euforia colectiva por la recuperacion de la democracia y adelanta como ningún otro los horrores a los que se vio sometido todo aquel que fuera disidente, de izquierda, homosexual, distinto o de cualquier modo sospechoso para la Junta Militar. La terrible experiencia de Malvinas le pone un corte a la siniestra experiencia del denominado Proceso de Reorganización Nacional, en octubre de 1983. Raúl Alfonsín se impone a la formula Peronista integrada por Luder y Bittel y en medio de la alegría por la recuperación de las libertades individuales y de las promesas de juzgar y encarcelar a los criminales del proceso aparece Clics Modernos que supone no sólo un cambio en la historia musical de García en cuanto a su factura musical (cambio de sonoridad, ritmos que pueden bailarse) sino que anuncia una cierta modernidad que el pueblo esperaba en relación a salir de la oscuridad de la represion.
Los crímenes ya inocultables para nadie en el país están refeljados en Los Dinosaurios. No es casual que Charly haya decido nombrarlos con el sustantivo que designa a una especie extinguida hace millones de años. De hecho, desde la recuperación de la democracia hasta el día de hoy, la repulsa popular hacia las fuerzas armadas ha crecido y es sólo un pequeño sector de la sociedad (afortunadamente) quien reivindica su accionar, pero para el resto están extinguidos como los dinosaurios que ni el cine del Hollywwod puede resucitar.
El ritmo del tema se apoya en la repetición del verbo poder, y enumera de modo caótico pero efectivo quiénes son los que pueden desaparecer: cantores, amigos, periodistas, puede desaparecer el mundo. Sabemos que durante el proceso las treinta mil desapariciones se cobraron vidas de la militancia y otras que nada tenían que ver con ninguna resistencia revolucionaria. Estar en la agenda equivocada podía generar la desaparición tortura y muerte. Ser intelectual, artista, científico, es decir poder pensar la realidad y hacer una crítica de ella, equivalía a entrar en una lista de posibles futuros desaparecidos. Son también conocidos los casos de periodistas y escritores que la dictadura se llevó a los pozos de la muerte: Haroldo Conti, Francisco “Paquito” Urondo, Rodolfo Walsh son los más emblemáticos, desaparecidos de la época.”Los que están en los diarios” dice Garcia y tal vez se refiera a Walsh, Conti, Hurondo, quienes junto a Juan Gelman, Miguel Bonasso y Horacio Vertbisky elaboraron durante el tiempo de la clandestinidad de Montoneros, el diario Noticias[13].
Todos pueden desaparecer, puede desaparecer el mundo porque “los pesados llevan todo ese montón de equipaje en la mano”, es decir, sus armas y su logística en cambio el artista quiere “estar liviano” porque cuando “el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada” , aquí la palabra ‘abajo’ connota lo subterraneo, lo oscuro y la pesadez de saber que se puede estar condenado sin escapatoria: por tener el pelo largo, tocar rock, protestar, etc. Por eso es mejor “estar liviano” e imaginar a los dinosaurios en la cama ¿es posible que gente tan siniestra pueda hacer el amor? Y si lo hace ¿dejan sus armas para hacerlo?
García usa el verbo poder en presente de indicativo pero le imprime cierta fuerza semántica que parece enunciar desde el potencial o el subjuntivo, esa semántica que contrasta con la oración siguinte, la adevrsativa que afirma: “pero los dinosaurios van a desaparecer”.
Plateado sobre plateado (Huellas en el mar)
Las huellas en el mar son las marcas que dejan los exiliados al partir. Muchos son los testimonios de personas que partieron al exilio político con el objeto de salvar su vida y tuvieron que enfrentar el desafío de lo nuevo, la asimilación y la angustia constante de ser extranjero siempre[14]. El barco que lleva las personas al destierro navega sobre un desierto lleno sal, tal vez aquí la alusión sea en realidad a la concentración que representa la sal del mar junto a la de las lágrimas que derraman los desterrados. Los “aeroplanos” también surcan un cielo forrado de celofán, tal vez porque parten desde un país que está envuelto en esos papeles impermeables que no dejan filtrar las noticias o tal vez porque el celofán sea el papel con el que se envuelven los regalos y la Argentina está siendo regalada a través de la deuda externa a los organismos de crédito. Pero lo cierto es que en ese desierto de sal que es el océano hay huellas y en la patria hay sangre (sangre en nuestro hogar). Y la única solución es irse lejos para poder estar “acá”, ya que en el exterior se sabe mejor que aquí lo que ocurre, en la Argentina de la economía imaginaria, donde desde el valor del peso hasta el slogan “Somos Derechos y Humanos” es una falsedad, la verdad no sale a la luz, por ello, hay que irse lejos para “estar acá”. Algunos se quedan por fe en que algo cambie y otros parten por amor, para poder perpetuarse en sus hijos: “algunos hijos son padres” y también está aquí la presencia de la muerte que en esa época siniestra todo lo domina, por eso “algunas huellas ya son la piel”.
No soy un extraño
“No soy un extraño” es la crónica de alguien que regresa del exilio, esta interpretación se debe a que quien narra nos dice que acaba de llegar y que no es un extraño. Es alguien que conoce el espacio. Y está viendo de nuevo la ciudad real, no la que desde afuera, donde quiera que se hallara era mirada desde los diarios. Algunas cosas han cambiado, dicen que el segundo desafío de un exiliado es poder volver a apropiarse de los códigos del lugar adonde regresa, porque los destierros y la ardua asimilación, la obligada asimilación al país que brinda asilo, convierten al individuo en un híbrido, en alguien que si está mucho tiempo fuera, no es de ninguna parte. Por ello, al principio el viajero que regresa piensa que “no puede pescar dos veces con la misma red”
Sin embargo como la memoria involuntariamente pude evocar, reconoce cosas: las plazas, las rayas de las calles, y el color (seguramente se refiere aquí al color local, a esos indicios que hacen que sepamos que estamos en Buenos Aires y no en otro lugar). Por ello, cuando algún aroma resulta familiar (el del humo del cigarrillo o de cualquier otra sustancia) y alguien se acerca amigablemente a conversar, el recién llegado piensa que puede pescar dos veces con la misma red, es decir, volver a intentar. Porque si bien el color, el olor y las plazas son las mismas, las nuevas generaciones son distintas, desprejuiciadas, y los que quedaron atrás, “los carceleros de la humanidad” no volverán a atraparlo, al menos no dos veces ni con los mismos artilugios (la misma red).
Cabe aclarar aquí que en otras composiciones de C. García la resistencia y la crítica aparecen también aunque con no tanta fuerza. Del mismo modo, se registran letras inmediatamente posteriores al proceso militar que evidencian un regocijo por el nuevo tiempo por venir (Inconsciente Colectivo es un ejemplo de ello).
la cuestión que emerge con fuerza es la situación social: desapariciones, poder monstruoso, guerra, prohibición, exilio, regreso del mismo, ausencia de ley, terrorismo de estado, avasallamiento de todas las libertades. Reforzando la hipótesis inicial de este trabajo en relación con las manifestaciones culturales como el rock y la resistencia y en especial a las obras de García seleccionadas consideramos que las mismas exponen una crítica social contundente y que sólo se ocupa del tema económico como lateral o subsidiario de un estado de cosas.
Todo arte se constituye en crítico de su época, aún mudo, el arte critica. Distintas teorías encargadas de analizar los efectos de recepción dan cuenta del factor ideológico o de horizonte de expectativas o de conciencia colectiva que son una categoría de mediación entre el arte y sus receptores.[15] De este modo, creemos que en las letras de García elegidas para estanota, se encuentra un testimonio histórico del horizonte de expectativas en que sus obras vieron la luz.
[1] Masiello, F., La Argentinadurante el Proceso: Las múltiples resistencias de la cultura, en: ficción y política. La narrativa Argentina durante la dictadura militar. Alianza, Buenos Aires, 1987.
[2] http://www.uol.com.ar/musica/especiales/rock-nacional/historia1.htm
[3]Avalos, Ezequiel, Historias Del Rock De Aca, Primera Generación,en http://www.lahistoriadelrock.com.ar/gen/cap6.html
[4] http://www.uol.com.ar/musica/especiales/rock-nacional/historia1.htm
[5]Amnistía Internacional, “Desapariciones” Editorial Fundamentos, Madrid, 1983.
[6] Caruso, M. y Dussel, I. << De Sarmiento a los Simpsons. Conceptos para pensar la escuela contemporánea>>, Kapelusz, Buenos Aires, 1995, Haciendo memoria en el país de nunca más, Buenos Aires. Eudeba, pág 25.
[7] Cap. Bitleston, declaraciones al diario La Prensa, noviembre de 1977, Haciendo memoria en el país de nunca más, Buenos Aires. Eudeba, pág 35.
[8]Bonasso; Miguel; Diario de un clandestino, Buenos Aires, Planeta, 2000.
[9][9]LaVisión: 1978: Gobierno de Videla: El mundo vive en la era de los petrodólares, los bancos internacionales ofrecen créditos fáciles a tasas bajas. Comienza el gran endeudamiento del Estado argentino. A partir de 1980 se produce un viraje en la economía mundial. El crédito se vuelve escaso y caro. Pero nuestro país no parece estar a tiempo de virar: sigue aumentando su deuda, urgido por desequilibrios fiscales y comerciales. A fin de 1983 cada habitante debía al exterior U$S 1.500.
[10]Romero, Luis Alberto; Breve Historia Contemporánea de la Argentina, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1994.
[11]Ramos, Laura y Lejbowicz, Cynthia, Corazones en Llamas, Historias del rock argentino en los 80, Clarín- Aguilar, Buenos Aires, 1991.
[12]Romero, Luis Alberto, OP. Cit.Pág. 316.
[13]Bonasso, Miguel, Diario de un Clandestino, op. Cit.
[14] Tununa Mercado, poeta argentina exiliada por partida doble durante la dictadura de Onganía y en la de 1976, narra en su libro Estado de Memoria lo siguiente; “El tiempo del exilio tiene un largo trazo se extiende según un ritmo largo y abierto…el tiempo sucede más allá en otro sitio, selo oye transcurrir en los silencios de la noche, pero se lo aparta, no se lo quiere ori porque se supone que el destierro va a terminar, que se trata de un paréntesis que no cuenta en ningún devenir.” En Estado de Memoria, Buenos Aires, Alción, 1998, Pág. 20.
[15] Mijail Bajtin en El Problema de los Géneros Discursivos. Siglo XXI, México, 1989, analiza como los discursos son ideológicos y polifónicos y concluye en que la categoría de mediación entre emisor y receptor es la ideología. AsimismoHans Robert Jauss, en Estética de la recepción, AAVV, Gredos, Madrid, 1989, sintetiza esa categoría en el denominado “horizontes de expectativas” que sería un segmento espacio-temporal en el que los individuos de una sociedad dada interactúan y se relacionan. Por último Jân Mukarovsky en Función, Norma y valor estético como hecho social, Barcelona, 1994, Siglo XXI , teoriza sobre como la conciencia colectiva es la instancia de mediación entre público y artista, y como esta conciencia colectiva (distinta al inconsciente colectivo) es la que percibe un fenómeno como estético. Es decir , reconoce en él signos cuyo valor ha sido alterado a efectos de significar otra cosa distinta. En este sentido, el sinsentido de algunas letras de García nos llevan a indagar y a reponer un significado que en los casos analizados muestra una posibilidad de interpretación ligada a los hechos horrorosos del horizonte histórico en que las obras fueron concebidas.
*Mariano Pingitore es músico, estudió en el Conservatorio Nacional Manuel de Falla y escribió esta nota en el marco de una investigación que hoy resulta más que oportuna.
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