Por Teresa Gatto
Hace unos meses tomé la decisión de no continuar con
mi tarea de crítica. Necesidades de otros rumbos se interponían en frecuencia,
tiempo y otros avatares.
Debo ser honesta: la Prensa y los Artistas me han
tratado como si jamás hubiese anunciado una retirada. En algunos casos me
escriben y pidiendo mi presencia y me
eximen de escribir.
Entiendo que es fruto del trabajo de casi 20 años, en
los que los colaboradores que pasaron por aquí encontraron otros rumbos,
culminaron sus doctorados o sencillamente cosecharon medios de prensa que les
permiten abrir un blog.
Es muy cierto que frente a la difusión de las
opiniones del público que los Artistas exhiben y que son vertidas en
Alternativa Teatral (Espacio de consulta permanente para difusión de actores, actrices,
salas, Obras, etc.) y considerando el estado de cosas de la Cultura en nuestro
suelo, todo comienza a ser válido esté hecho profesionalmente o no. Por otro
lado el único soberano siempre fue y será el Público. Hoy hasta hay Artistas
que analizan a Artistas.
Mi misión se cumplió para mí, con creces, lo que no significa
que ver una puesta que reúne los requisitos a los que guardo fidelidad hace
tiempo, no me lleve a una sala y no me impulse a escribir.
No es un hábito, casi, casi que en la escena efervescente
de hace unos años, formaba parte de todos lo nuevo y escribía sólo si la
puesta a mi juicio (juicio subjetivo, arbitrario, pero firme sobre lo que ya no
es permeable en mi imaginario) me merecía cierta admiración.
Aclarada esta cuestión, anoticio sin ninguna estridencia
ni énfasis que cuando la ocasión lo amerite escribiré sobre una de mis
pasiones, mientras que la otra, la Literatura me libere tiempo. Esto no supone desinterés
ninguno sobre el Hecho Teatral Argentino que sigo entusiasta a través de
diversos medios.
Muchas Gracias