Con 13 actores y actrices en escena, 4 músicos, un
texto exquisito y actuaciones deslumbrantes, Lluis Pasqual logra una obra que
es una perla del teatro porteño, con tantas escenas como es posible receptar y
un interés que no decae jamás, preguntándonos a la salida del teatro, cómo esta
genialidad llenó 2 horas de nuestro tiempo de tanta pero tanta magia.
Ha sido toda una
vida de sacrificios y frío! Así se hace teatro. ¡Así lo hice! ¡Pero mi corazón
siempre temblaba todas las noches! Y pagué por ello, mi corazón también late
esta noche y seguirá latiendo incluso cuando se detenga.
Eduardo De
Filippo
¿Cómo escribir sobre
esta puesta sin llenar páginas y páginas y no, contando el argumento, lo que
alejaría al espectador, sino más bien problematizando cómo la dirección de
Lluis Pasqual[i]
encuentra en un reparto perfecto el modo de montar escenas de una gran texto, mixtura
de dos obras de De Filippo “El señor gentilhombre” y “la gran magia”.
Así con las citas implícitas
de La Commedia dell’ Arte, comenzará con un ensayo de una obra, de un elenco
maltrecho, en condiciones de austeridad absoluta en un lugar hasta donde deben
cocinar. Un ensayo desastroso, un director que lo mira de espaldas al público y
los restos de papel picado diseminado por el espacio escénico junto a lamparitas
de colores de gusto dudoso.
El ensayo se aborta y en un pase de ilusionismo nos trasladará a Mar del Plata, dónde parte de la alta burguesía veranea y asiste en el teatro Metropol a ver un espectáculo a cargo, justamente, de un mago ilusionista.
El mago Otto Marviglia, en la piel de Marcelo Subiotto, impecable y más, tiene una partenaire Zaira, que está harta de esa vida y es fantásticamente interpretada por Patricia Echegoyen.
La propuesta del mago
es hacer desaparecer a una mujer elegida de entre el público y hacerla aparecer
al cabo de unos instantes.
Justamente será al
esposa de Calogero di Spelta, Pablo Mariuzzi de una entrega ya conocida y admirable.
Lo previsible es que la
señora no regrese y así será. “Puede
fallar”, decía un psíquico que ya no está entre nosotros. Pero no falla. La
desaparición de la mujer es una transacción previa y perfecta. Todo está
cuidadosamente planeado.
Lo que se sucede entre
el introito del ensayo y los actos posteriores, es una clase teatralidad. Un continuum
de escenas, en las que los actores y los músicos (excelentes y Gabriela Radano
ni Hablar) hilarán una historia de
espera.
Es allí donde la
diferencia entre cuerpo como cosa física y tangible, la corporalidad que
incluye la conciencia de un cuerpo en movimiento y cómo comunica expresiones y
pensamientos y la corporeidad como concepto más amplio en el que se incluyen el
cuerpo y sus emociones integradas generando una conexión del ser absoluto que
el Teatro brinda como ningún otro arte, aparecen. En este sentido, los artistas de la mano de Pasqual
logran re-presentar una historia desbordada para bien, con una innumerable cantidad
de sucesos. Entre el momento de la desaparición de la esposa de Calogero y el
final pasan 4 años.
Y todos los integrantes
del elenco lo manifiestan, desde el marido herido de amor (Mariuzzi) que cambia
su corporeidad y deja de ser el altivo y celoso esposo , pasando por Subiotto y
sin olvidar a Pablo Razuk nunca, que encarna varios roles, todos de enorme hilaridad
como con un verdadero pase de ilusionismo. Nacho Gadano cumple en toda la obra
de modo destacado, La familia de Calogero Di Spelta llega y conforma un cuadro
de época para un daguerrotipo.
No hay acciones que se
agoten en sí mismas, Mariuzzi que recibe una caja como premio consuelo porque
su esposa no regresa, no agota en la tenencia de la caja el acto. La atesora y
le teme hasta el fin, así como el resto del elenco no agota las acciones en sí mismas,
Si la teatralidad es el acto de poner en sincronía el cuerpo, la voz, las
emociones, lo gestual y la mímica, en La Gran Ilusión, esto se consuma desde el
principio al fin.
Ahora bien: ¿Qué es el
tiempo? Desde la ciencia es una magnitud que se usa para medir, duración de
sucesos, entre otras cosas. ¿Pero para la Filosofía? Su naturaleza es mucho más problemática, desde la antigüedad hasta
hoy, llegando a preguntarse si existe o no. En la puesta pasan cuatro años. Y
todo el elenco lo manifiesta, no sólo quién está solo y espera (Mariuzzi) sino
también el causante de su tragedia amorosa (Subiotto, el mago). Para el que
ama, con ingenuidad, con desesperación, con obsesión por lo perdido y esperado,
es un tema y para el timador también,
Y
aquí reside la magia que está en la escena, que será puesta de manifiesto por
un error de tiempo, entonces lo roles cambian y ese triste esposo le puede
arrojar al rostro al mago, que él mismo es una ilusión.
Todas
las decisiones estéticas son impecables, el vestuario de Renata Schussheim, el
diseño de escenografía de Vanesa Abramovich y el trabajo en el diseño de
iluminación de Omar San Cristóbal, engrosan el signo teatral y redundan en más
valor para las actuaciones.
¿Qué
ocurre? ¿Vuelve la esposa? ¿Se reaviva el amor?, ¿La verdad sirve de algo en
este caso en que cuatro años han sido eternos para el que se quedó?
Todo
eso lo responde la puesta. Lo que el espectador puede y debe saber es que si
asiste a ver La gran ilusión, está frente a uno de los hitos del 2024 en lo que
a Teatro podemos y debemos esperar y además merecemos.
Ficha Artístico/Técnica
Adaptación: Fernanda Cava
Actúan: Luz Benavento, Patricia Echegoyen, Nacho
Gadano, Paco Gorriz, Yanina Gruden, Pablo Mariuzzi, Elvira Onetto, Alejandra
Radano, Pablo Razuk, Santiago Sirur, Marcelo Subiotto, Ignacio Sureda
Performers: Ema Peyla
Músicos: Ernestina Inveninato, Germán Martínez,
Shino Ohnaga, Santiago Sirur
Diseño de vestuario: Renata Schussheim
Diseño de escenografía: Vanesa
Abramovich
Video: Moreno Pereyra
Diseño De Iluminación:Omar San Cristóbal
Asesoramiento en magia: Guillermo Flores
Dirección De Casting:Norma Angeleri
Director asistente: Edgardo - El Negro - Millan,
Julián Vat
Dirección general: Lluís Pasqual
Funciones: Miércoles a sábados a las 20.30 horas
Domingos a las 19.30 horas
Duración: 125 minutos (con un intervalo)
Valor de las localidades: Platea $ 10.000 miércoles
$ 6.000
Dónde: Teatro San Martín, Sala Casacuberta
Dirección: Av. Corrientes 1530
[i] Pasqual Lluis, Actual vocal de la Junta Directiva de la Academia de las Artes Escénicas de España. Licenciado en Filosofía y Letras y en Arte Dramático por el Institut del Teatre de la Diputación de Barcelona. En 1976 fundó el Teatre Lliure que inició su trayectoria con una de sus obras, en 1983 fue nombrado Director del Centro Dramático Nacional de España, en 1990 dirigió durante seis años el Teatro del Odeón de París y en 1995-1996, la Bienal de Teatro de Venecia. Fue director artístico del Teatro Arriaga de Bilbao, y desde 2011 es director del Teatre Lliure de Barcelona. Actividad que ha compaginado con su labor como director teatral en la que ha realizado diversos montajes para el Teatro Español, Teatro Arriaga o Teatre Nacional de Catalunya entre otros. Es Miembro de Honor de la Academia de las Artes Escénicas de España y ha recibido una decena de premios en reconocimiento a su carrera.