La puesta
evidencia que no existen historias pequeñas y que los finales anunciados se
tuercen cuando la dramaturgia le da paso a una vuelta de tuerca. Muy buenos
trabajos y gran dirección.
“Pasajera en trance, pasajera en tránsito
perfecto,
Un amor real, es como dormir y estar despierto.
Un amor real es como vivir en aeropuertos”
Carlos García Moreno.
Esta historia esta compuesta de microhistorias
que como nodos significantes no necesitan desplegarse para encontrar su
sentido.
Un pueblo cualquiera del interior del país es
el escenario en el cual se desarrollará la historia de Vivi en la piel de una
muy buena labor de Carla Catarelli. Ella se ha quedado soltera cuidando a su
madre. Gloria, la señora que requiere los cuidados, está interpretada con la
misma soltura y talento que le conocemos a la gran Silvina Katz.
En cualquier pueblo, lo mínimo quiebra la
monotonía, pero una fiesta patronal es un momento de encuentro único y claro,
se tira la casa por la ventana. De modo que para conducir la fiesta lograrán
que la conduzca el hijo pródigo de esos lares, Emilio. Aquí Rubén De la Torre,
se desempeña con solvencia y sin grandilocuencias esperables del que se ha ido
y regresa famoso. Es alguien que triunfó pero sin los humos farandulescos que
se podrían esperar.
Rubén llega con su hijo Teo, a cargo de Benicio
Chendo de mucha frescura y contraste juvenil junto a Marita, encarnada por
Malena Resino, de gran desempeño.
Todos saben que Emilio y Vivi tuvieron una
historia en el pasado. Él partió y ella se quedó. Quedarse, inmóvil salvo para
los deberes hogareños, quedarse en un lugar seguro pero monótono. Quedarse en
el espacio y en el tiempo, pues hay que recordarle cosas a Gloria que tiene algún
trastorno cognitivo de la edad pero que cando conecta tiene todo clarísimo y es
desopilante.
Los jóvenes empatizan de inmediato. Charlando,
fumando un chino o advirtiendo que, no hace falta ser un sabio para observar la
tensión de lo irresuelto de Emilio y Vivi.
¿Y entonces? ¿El pasado se puede tachar? O el
tiempo hace los cambios necesarios para que las cosas se resuelvan de un modo diferente
al que la platea espera.
Si no existiera esa vuelta de tuerca de la
dramaturgia esta sería una comedia dramática “costumbrista” o “realista” de las
que se ven por doquier.
Pero en el caso de Torna Amore, esto no sucede
y además de experimentar la ternura y los estados que hicieron que pasaran casi
30 años para este reencuentro de Emilio y Vivi, más la comicidad y las reflexiones,
la vuelven una puesta que de este tiempo. Que no desespera en conformar a nadie
más que a la protagonista. Porque el tiempo ha hecho su trabajo y porque las mujeres
sacamos conejos de la galera cuando los hombres pestañean.
Una hora es suficiente para ver la solidez de
los vínculos en el ser del los personajes, mostrar que el tiempo no pasa en
vano y no inferir finales. El resto es ver esta puesta que permite el
lucimiento de todos sus integrantes.
FICHA
TÉCNICO ARTÍSTICA
Dramaturgia:
Agustín Meneses
Actúan: Benicio
Chendo, Rubén De La Torre, Silvina Katz, Malena Resino, Carla Scatarelli
Vestuario: José
Escobar
Escenografía:
José Escobar
Iluminación:
Sebastián Irigo
Musicalización:
Sebastián Irigo
Asistencia
de dirección: Vivi Huerin
Asistencia
De Escenas: Facundo Leyrado
Prensa: Kasspress
Producción
ejecutiva: Torna Amore, Rubén De La Torre
Dirección
Adjunta: Agustín Meneses
Dirección
general: Sebastián Irigo
ESPACIO CALLEJÓN
Humahuaca 3759
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Web: https://www.instagram.com/espacio_callejon/
Sábado - 19:30 hs - Hasta el 27/07/2024