Segismundo por Luis Alberto Rivera López por Ana Abregú

       

 

 

 

 

Por Ana Abregú.

 

Chuang Tzu soñó que era una mariposa.

Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o

 si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu.

 

Zhuangzi

 

 

Convocante con un procedimiento preteórico, con la variedad discursiva del planteo del comienzo, de otro comienzo que comienza con un hipogrifo –la repetición es intencional, teatro, dentro del teatro que habla de teatro–; se dirá «por qué un hipogrifo»; criatura híbrida, de apariencia mitad caballo y mitad grifo, que se asemeja a un equino alado con la cabeza y los miembros anteriores de un águila; figura que podría provenir del bestiario fabuloso de los persas y del simurgh, a través del grifo; en la descripción metafórica el narrador describirá al hipogrifo con «escamas», que evoca una civilización de hace más de cinco mil años, un amuleto de jade, cultura Hongshan, con la representación más antigua, se dice, de un dragón. El dragón chino (en chino tradicional, ; en chino simplificado, ; pinyin, long) es un animal mitológico y legendario de China y de otras culturas asiáticas que dispone de partes de nueve animales: ojos de langosta, cuernos de ciervo, morro de camello, nariz de perro, bigotes de bagre, melena de león, cola de serpiente, escamas de pez y garras de águila.

El hipogrifo de esta obra, vuela, mueve las alas que agitarán la tela del tiempo, desde El Zhuangzi un texto chino antiguo se estima entre 476 y 221 a. C., Sueño de una mariposa, "Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu", hasta Segismundo, personaje de La vida es sueño, escrita en 1681; se adelantaría en más de trescientos años al  paradigma de las formaciones del inconsciente, el sueño que se convierte en el cumplimiento de los deseos reprimidos de Sigmund Freud que coloca a Calderón de la Barca como un adelantado visionario; sistema dinámico entre la «antigüedad» y el «destino» que se representa en la bellísima puesta de Rivera López; que comienza y «empienza», en palabras del actor, con una historia que vuelve a comenzar con una marioneta de un hipogrifo, el mensajero.

Hay un juego entre la utopía, la necesidad de imaginar características favorecedoras como el bien común, proviniendo de un rey y legado al hijo, sin que éste haya recibido instrucciones para ello y el poder y la responsabilidad como antagónicos: el mando que deviene en iniquidad, intermediado por una realidad que será tomada como sueño.

No puedo dejar de ver esta obra del Siglo de oro español con el condicionamiento de la actualidad, la reversión entre condiciones y sueño; en referencia a lo onírico como organizador de la realidad, como en un sentido de abordaje conductual, de lección, de elección.

Fascinante el montaje de marionetas, el deslizamiento de voces entre personajes, el conjunto de fuera de la obra, dentro de la obra, el contexto escénico y el vestuario, el cuerpo multiplicado en cada rol, Segismundo, Rosaura, rey, el pueblo, nobles, ejércitos, guardián, narrador.

El detalle de los cortesanos, exquisito: una circulo que gira, los personajes sobre la superficie unidos por lo que se percibe como "colgados" de un eje transversal; imágenes sujetas en la rueda, que remiten a naipes de las barajas francesa, inglesa y española, que representan a nobles, iconografía asociada a Europa de los siglos XVI y XVII, que tienen valor de jota, usualmente dibujadas las caras de costado, que en el diseño de esta obra están de frente, sostenidos de tal forma que al bascular la rueda representa genuflexión ante el príncipe, así como movimiento de masas, servilismo; admirable desborde imaginario y simbólico de las figuras, la forma, el dispositivo, la idea.

La concisión de elementos que reproducen las escenas es especialmente ingeniosa: el actor, en el rol del narrador, convierte los escenarios con precisión; escenografía y vestuario que muta según el personaje, con una economía de recursos que complementan cada rol y los hace inconfundibles.

Segismundo está confinado porque una profecía le dijo al rey que su descendencia lo destronaría.

La escena de Segismundo en la cárcel me hizo pensar en la cultura gitana, la experiencia formada por la imagen, Segismundo dibuja –no escribe–, la percepción del entorno es información que extrae del mundo natural, pájaro, pez, carnero, «bestia»; la observación como validación de vida; el cielo, el mar, las planicies, ansias de la inmensidad, la acción y la situación, el planteo de los contrastes; el hombre implicado como ser vivo, animal, clausurado, aislado de la naturaleza y de los hombres. La realidad de Segismundo se asemeja a la realidad de los gitanos, las fechas no tienen significado, el relato replica la sensación de inmanente presente, las palabras para contar están en el presente, independiente del tiempo verbal o la circunstancia de referencia histórica.

El rey, ya anciano, ordena que coloquen a Segismundo en el trono, bajo la expectativa de heredarlo, para lo cual es dormido. Segismundo, despierta en el trono, como la mariposa de ChuangTzu, es Príncipe pero no sabrá si es verdad o lo sueña.

No hay transgresión a normas de comportamiento cuando de metafísica trata, la especulación inquisitiva sobre quién es, de repente príncipe, libera al monstruo, Segismundo se comporta despóticamente e incluso intenta abusar de Rosaura; la corte repudia su actitud, el rey se arrepiente de haberle dado la oportunidad y lo retorna al confinamiento, nuevamente dormido; también creerá que soñó –como la mariposa que no sabía si estaba soñando que era Tzu.

Notable transmutación entre actor, personajes y marionetas de tamaño natural, intérprete que oblitera su presencia cuando es la voz y gesto de los muñecos, la jerarquía de personajes se construye con detalles de vestimenta, Segismundo es importante, en la cárcel se abriga con una piel.

El receptáculo de la cárcel, se desplaza y el público puede ver dentro de ella y fuera de ella como la torre de un castillo y con una construcción escueta, deslumbra la magia del teatro; el elemento expresa el frío aislamiento y las circunstancias de Segismundo encadenado, su psique irruptora, con la pregunta «por qué», las comparaciones, la pena, la perplejidad, la filosofía de la existencia y la interesante homología entre el onirismo y el psicoanálisis; el inconsciente penetra la excentricidad  del naturalismo, y convulsiona en un comportamiento arcaico, libidinoso, abusivo, que se asocia al proceso de dominar.

El rey asume su equivocación y otra vez, por intermedio del sueño, retorna a Segismundo a la cárcel; ahora, la creencia de haber soñado toma la forma de recapacitación en Segismundo. Mientras, una guerra y la conciencia colectiva y la herencia de la sangre, juegan su destino. 

El interesante final colocará la historia fuera del foco histórico para introducir la extensión de la obra en el presente.

La complejidad de la obra está en expresar los asuntos de época y circunstancias con un actor que toma todos los espacios, dentro y fuera de los personajes y la historia, y convertir una obra y textos profusamente recorridos en una bella y potente representación, excepcional actuación de Luis Alberto Rivera López y extraordinario diseño de títeres.

Imperdible. 

 

 

 

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Autoría: Luis Alberto Rivera López

Títeres: Luis Alberto Rivera López

Intérprete: Luis Alberto Rivera López

Diseño de vestuario: Alejandro Mateo

Diseño de escenografía: Alejandro Mateo

Diseño de títeres: Alejandro Mateo

Realización de escenografía: Melina Filossi, Andrés Manzoco, Luis Alberto Rivera López

Realización de vestuario: Titi Suárez

Realización de títeres: Melina Filossi, Andrés Manzoco, Luis Alberto Rivera López

Música original: Alberto Bonacera

Operación de luces: Cristian Domini

Fotografía: Lucía Rivera López

Diseño de imagen: MathiasCarnaghi

Asistencia De Producción: Julieta Rivera López

Prensa: Silvina Pizarro

Producción general: Grupo Libertablas

Dirección general: Gustavo Manzanal

Duración: 60 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos, Unipersonales, Artes Escénicas, Presencial.

 

CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN

Corrientes 1543

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 5077-8000 int 8313 en horario de venta

Web: http://www.centrocultural.coop

Entrada: $ 3.000,00 - Domingo - 19:00 hs - Hasta el 29/10/2023

 

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Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.