La flor de la locura en el Abasto Social Club Por Ana Abregú



La puesta escrita por Laura Coton, con dirección de Mónica Santibañez y la magnifica interpretación de María Nydia Ursi Ducó, apela a lo mejor de lo que un espectador busca cuando los aspectos intertextuales, resultan en algo nuevo y magnífico.

Por Ana Abregú

 

 «—No digo la verdad, sino lo que debería ser la verdad»

Blanche Du Bois.

«Estamos hechos de la misma sustancia de la que están hechos los sueños»

Próspero, el hechicero.

La Tempestad, Williams Shakespeare

 

Adaptación de Un tranvía llamado de deseo de Tennesse Williams, se podría definir esta obra como “el derecho por el color”, Blanche, Rose, nombres de personajes y diálogos que circulan por diferentes enunciaciones de colores, ropa, flores. Aunque el original cuenta con aproximadamente doce personajes entre secundarios y principales, en este unipersonal, la actriz María Nydia Ursi-Ducó-Blanche, se luce en el rol de Blanche Du Bois, el papel de nada menos que Vivian Leightinterpretó de forma memorable.

Mientras que en Un tranvía…la obra termina con Blanche siendo internada, ésta adaptación recrea la vida de Blanche en el neuropsiquiátrico.

Ubicada en los años 50, época en la que la sociedad desarrolló un exasperado racismo y exacerbación de aspectos de raza, religión, aunque con algún pudor en no terminar de exhibirlo, pero subyacente en el lenguaje simbólico, los colores, la música.

Surgen aspectos de discurso xenófobo, tratados con naturalidad en el mundo de la protagonista; será el espectador el que le dará dimensión a lo que se relata, lo que por momentos resalta en ironías de humor negro. La música y danza de la protagonista, el agua como metáfora de conversión de discursos, serán el entorno ascético en el que se moverá el personaje.

Blanche Du Bois es profesora de literatura, en conversación con el médico, ausente en el escenario, representado por el foro; despliega el relato de las razones por la que se encuentra en el lugar. Necesita convencerlo de no realizar, con ella, un procedimiento traumático; una lobotomía, que describe como «orbito plasma». La actriz expresa con destreza anatómica y llamativa mirada que se puede percibir, desde la platea, las situaciones por las que ha pasado, la naturalización de su carácter promiscuo y la inclinación a las relaciones con alumnos, tratando de negar que fueran menores, además de alcohólica y de no haber cambiado de hábitos, ya que se la increpa sobre tener relaciones con los cuidadores.

Una mujer cuyo comportamiento será cuestionado; presuntuosa y preocupada por su aspecto personal; vivió en un entorno de violencia y abandono. Hay una intensidad controlada, solo por el relato de la actriz, que nos llevará por la historia con elementos de voz y cuerpo y recuerdos de situaciones extremas.

En Un tranvía…el papel de Kowalski inmigrante polaco, el cuñado de Blanche, en la película fue encarnado por el actor Marlon Brando, cuya mera presencia parecía emitir feromonas a través de la pantalla; en esta obra, Blanche repone la carga de esa ambientación, circunstancias, sentimientos, relaciones filiales equívocas, con su despliegue actoral, con la mirada, la maleabilidad del cuerpo. La representación de una Blanche más bien desamparada y dulce, contrasta con el relato en el que florecen los deseos, los sueños, la esperanza de una continuidad de vida –aquí un cambio de foco en la adaptación; en el título de esta puesta, La flor de la locura, respecto a Un tranvía llamado deseo, en éste último un sentido arrollador atraviesa la trama y deviene en incontención.

Notable tratamiento del guion para convertir en unipersonal una historia que fue llevada a la pantalla y el teatro y hasta en ópera con múltiples actores.

Excelente el guion y habilidad de la protagonista, en representar las características del personaje, la preocupación por el estado del cuerpo, el rechazo a la vejez, las obsesiones. Enorme mérito de la dirección, además.

Blanche es profesora de literatura, es interesante la elección del intertexto con escritores como Faulkner, y frase de Shakespeare, entre otros. Blanche, una señorita que habla francés, educada pero introducida en el mundo de la posguerra, vive en su mente otra realidad; especialmente conmovedor la recitación de un poema de Verlaine, en el original en francés, una energía mágica como si estuviéramos flotando en los versos.

Importante adaptación para relatar, en otro contexto del original, esta historia que produjo turbulencias en su época y aún siguen con su saga incantatoria, producto del guion y una gran actriz.

No me dejé tentar por revelar diálogos específicos que impactan en el público, que le ponen música y color – color y locura, estoy tentada de encontrarlas parecidas–, sensaciones extrañas en el decir y el ahora, baste decir que las escenas ocurren en la Nueva Orleans del 50; con puntos de contacto en nuestro siglo XXI.

Me produjo cierta inquietud la mención de la casualidad de nombres: Rose Blanche, «para quien conozca la historia», resuenan en un libro de Gallanz, sobre la guerra en Alemania, pero resultaría un anacronismo.

El público en un silencio estático, luego de los aplausos, sin movernos, resistiéndonos a salir de la atmósfera de la obra. Tuvieron que echarnos.

 

FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA

Dramaturgia: Laura Coton

Actúa: Maria Nydia Ursi-Ducó

Diseño de vestuario: Marcelo Valiente

Diseño de escenografía: Marcelo Valiente

Redes Sociales: Juan José Romero

Diseño De Iluminación: Alejandro Le Roux

Fotografía: Ana Maria Ferrari

Diseño gráfico: Juan José Romero

Asesoramiento En Idioma Extranjero: Sophie Tirouflet

Asistencia de dirección: Lucas Soriano

Producción ejecutiva: Claudia Díaz

Dirección: Mónica Santibañez

Composición Musical: Gustavo Alvarez Ghibaudi

Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos

 

Tiempo: 40 min.

ABASTO SOCIAL CLUB
Yatay 666 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Web: http://www.abastosocialclub.com
Entrada: $ 2.800,00 - Viernes - 20:00 hs - Hasta el 29/09/2023
Socilto de Otoño de Sebastián Bayot, interpretado por Ana Padilla, por Teresa Gatto