Las Persianas tienen ojos por Teresa Gatto



Una puesta basada en hechos reales, reaviva la discusión sobre si hemos evolucionado o no en torno a los prejuicios y la discriminación. La sociedad aún no da todas las respuestas satisfactorias que sí da la puesta que dirige Pato Azor en El Método Kairós.

Por Teresa Gatto

 

“En el principio hay la injuria. La que cualquier gay puede oír en un momento u otro de su vida, y que es el signo de su vulnerabilidad psicológica y social.../...

Una de las consecuencias de la injuria es moldear las relaciones con los demás y con el mundo.

Y por tanto, perfilar la personalidad, la subjetividad, el ser mismo del individuo.

Didier Eribon- Reflexiones sobre la cuestión gay*

 

Corren los años 70, en el mundo se está operando un cambio que, en algunos sectores, aunque clandestino, necesita, desea, anhela un modo de vida que le permita correr detrás de sus deseos. Pero ¿Es que existe otra chance? El que no desea está  muerto y el que desea y reprime se enferma. 

 

En esta puesta existen dos enunciadores, por un lado, creando el verosímil, el supuesto protagonista de los hechos. Él nos introduce en el que fue su mundo antes de la liberación.

 

Juan Cruz Wenk. será un Tony adulto que guiará la historia de su vida, dura, resiliente, excluido a voluntad para sobrevivir sin enloquecer y orgánico en su labor. 

 

El Tony que lo representará cuando joven, está a cargo de Emanuel Moreno Defalco, quien genera una empatía inmediata en el espectador, no sólo por su aspecto sino por la ternura con la que tolera. Y cuando decimos tolera, hablamos de todo, es asfixiante ser hijo único (casi siempre). Existe un plus en esta situación de ser el primogénito y único. Todas las expectativas, los sueños, las prolongaciones están depositadas en una sola persona. 

 

Preguntas, requerimientos, controles horarios ( a veces por miedo), profesiones que no fueron logradas por los padres, se ponen a jugar en el futuro de ese hijo que además carga con el peso de su vida afectiva futura. Nada menos. Diríamos que esa es la máxima carga. Amar, gozar, compartir, no se corresponden con el éxito profesional. 

 

Si aún hoy la sociedades discriminan, en los años 70 se establecía una guerra interna devastadora en el seno familiar. Seno que se expandía a tíos, tías, primas, vecinos cercanos. “El hijo de mi hermana es raro”, “¿Tony la chica que viste ayer te gusta?”, “Dejamelo a mí que lo llevo a debutar”. 

 

Así las cosas, los padres encarnados por Juan Lucero y la madre por Mónica Striker, transitan los diversos niveles de rechazo y aceptación que son bien conocidos por todos aquellos que deben aceptar y no pueden o quieren, porque el prejuicio manda, porque la visión patriarcal del mundo y falocéntrica como ordenadora de una sociedad que prospera a base de la unión binaria de hombre/mujer y, prospera a la luz de la familia tipo: mamá, papá y los nenes. 

 

Enmarcado en un fondo de ventanas, logrado diseño del espacio escénico de Maria Guglielmelli, la familia de Tony no necesita más, porque las persianas tienen ojos y la cuarta pared también y porque son un núcleo pequeño y cerrado. Y a la vez los que ofician de padres, pueden cubrir otros roles breves, que son justamente la de los opinadores y censuradores que se creen con derecho a intervenir en la sexualidad de Tony.

 

El diseño sonoro se encuentra muy logrado ya que representa la época y lo que la porción etaria de Tony podría disfrutar. Pero además es indicial, no hay azar en la elección: 'Last Train To London (Último tren a Londres) de Electric Light Orchestra y Honesty (Honestidad) de Billy Joel, son además de proveedores de un soplo de aire nuevo cuando todo se densifica, un signo que bien leído habla de lo que ocurrirá.

 

Pato Azor dirige esta obra de Luis Formaiano, sin estridencia ni melodrama innecesario. Los hechos que se re-presentan hablan por sí mismos.

 

El diseño de iluminación de Leandra Rodríguez, logra su cometido, señalando los claroscuros de una situación que tendrá un devenir que el espectador merece ver y repensar. 

Buenos trabajos actorales, duración exacta para representar, hacen de Las persianas tienen ojos una puesta necesaria socialmente que ya agotó sus primeras 3 funciones.



*D.Eribon: Reflexiones sobre la cuestión gay, Anagrama, Barcelona, 2001, pág. 29-30.



 

Ficha Artístico Técnica

Texto: Luis Formaiano

Actúan: Juan Lucero, Emanuel Moreno Defalco, Mónica Stricker, Juan Cruz Wenk

Diseño de escenografía: Maria Guglielmelli

Realización de escenografía: Maria Guglielmelli

Diseño De Iluminación: Leandra Rodríguez -Adea-

Fotografía: Nacho Lunadei

Diseño gráfico: Patricio Azor

Asistencia de dirección: Magui Zilli

Prensa: Duche&Zarate

Producción ejecutiva: Emilio Zinerón

Producción: Luis Formaiano

Dirección:

Patricio Azor Duración: 60 minutos

Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos

EL MÉTODO KAIRÓS TEATRO

El Salvador 4530 (mapa)

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 4831-9663

Web: http://www.elmetodokairos.com.ar

Domingo - 20:30 hs - Hasta el 27/08/2023




Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.