Lulú, una tragedia monstruo por Teresa Gatto






La potencia de Iride Mockert, muy bien acompañada, resulta arrolladora en una puesta que hay que revisar profundamente, porque lo trágico está hibridado en la adaptación y dirección. Grandes trabajos en todos los rubros.

Por Teresa Gatto

 

“La mujer desnuda está cerca del momento de la fusión; 

ella la anuncia con su desnudez. Pero el objeto que ella es,

                                                  aun siendo el signo de su contrario, de la negación del objeto, es aún un objeto”

Georges Bataille - El erotismo.



 

Hay biógrafos de Frank Widerkind, autor de la obra adaptada por Cintia Miraglia que afirman que El espíritu de la tierra (1895) y su continuación, La caja de Pandora (1904), en la que Lulú protagoniza ambas, son una tragedia y presentan una carga sexual en acciones y figuras simbólicas.*

Y si bien Widerkind tributa su poética y estética al expresionismo alemán sin una sola duda, durante la puesta la figura de Naná (1880) de Emlie Zolá, claramente naturalista y fatalmente determinista, se presentaba en esta espectadora.

 

Dos sílabas “Lulú” y "Naná”, dos destinos comunes; el cuerpo como ofrenda al deseo. Dos telones de fondo: un circo con apuestas de cabaret de principios del Siglo XX y en el caso de Naná una Venus mal vestida con un fondo de cartón mal pintado que semeja el Olimpo.  Dos géneros diversos: Drama y Narrativa respectivamente. 

 

No existe intención de hacer una comparación de obras, sino del papel de la mujer. Un rol que no tiene intermedios entre la castidad y la más amarga entrega del cuerpo por interés. Mercancía. Consentida o no, mercancía.

 

Lulú, en la piel de una Iride Mockert que arrasa como siempre en todos los segmentos (cantando, danzando o actuando) nos introduce en el clima en el que vive y con sólo un látigo indicial nos dice quién domina la situación.

 

Los músicos en escena crean el verosímil, con su música en vivo y una iluminación que acompaña cada instante de la obra.

Parece que son malos tiempos los que corren para los teatristas que transitan la Comedia y la Tragedia. 

 

Pero ella transgresora vestida de colorado intenso no da tregua y ofrece las bondades de su cuerpo y su sensualidad con total entrega. No hay nada que ocultar, entonces lo más serio puede ser sátira, sobre todo, la realidad y también parodia “La obra tiene un siglo pero entretiene” se escucha decir.

La supervivencia de Lulú que desde los 12 años vende flores en la calle no es un misterio. ¿Qué destino podría tener una niña así? Pero además ¿qué hombres castos debió encontrar en el camino?  

 

De modo que el matrimonio con un hombre muy mayor y el amor viril de su hijo la sostienen hasta que pueda volver a amar, Lulú “no puede amar si se lo ordenan”. 

 

Todos los hombres son un escalón que se sube y se baja. Se sube para sobrevivir, se baja en torno a la virtud. 

 

Pero ¿A quién le importa la virtud en un mundo que hace de la mujer una esclava del cuerpo y del mismo modo le enseña un modo de sobrevivir con él?

Y aquí aparece de nuevo la diferencia del principio de esta crítica: Lulú/Naná. La primera sobrevive gracias a la maestría de su autor y sus adaptadores, Cintia Miraglia y Miguel Sorrentino. La segunda es enterrada y tapada con cal porque su enfermedad es contagiosa. 

 

Personalmente me quedo con el expresionismo de Frank Wedekind y abjuro del determinismo de Zolá que es optimista por putrefacto, por borrar de la tierra a cualquiera cuya estirpe no tenga  un defecto. 

 

Una puesta para disfrutar e interrogarse sobre los papeles hegemónicos que le han sido adjudicados a las mujeres desde siempre.

Brillantes actuaciones de todo el equipo.


 

*Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Frank Wedekind». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/w/wedekind.htm

 

 

Ficha Artístico/Técnica

Autor: Frank Wedekind

Adaptación: Cintia Miraglia, Miguel Sorrentino

Actúan: Héctor Bordoni, Carlos Ledrag, Horacio Marassi, Iride Mockert, Miguel Sorrentino

Diseño de vestuario: Paula Molina

Diseño de escenografía: Victor Salvatore

Realización de escenografía: Victor Salvatore

Realización de vestuario: Paula Molina

Música original: Carlos Ledrag

Letras de canciones: Cintia Miraglia

Técnico De Sonido: Matías Dapena, Ezequiel Morfi, Titanio Studios

Diseño De Iluminación: Matias Noval

Fotografía: Cristian Holzmann

Comunicación: Marcos Mutuverría

Diseño gráfico: Cintia Miraglia

Asesoramiento en sonido: Matías Dapena, Ezequiel Morfi, Titanio Studios

Asistencia de dirección: Ramiro García Zacarías

Prensa: Marcos Mutuverría

Community Manager: Pablito Lancone

Producción artística: Alejandra Garcia

Producción ejecutiva: Alejandra Garcia

Coreografía: Valeria Narvaez

Dirección musical: Carlos Ledrag

Dirección: Cintia Miraglia

Duración: 75 minutos

Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos

EL PORTON DE SANCHEZ

Sánchez de Bustamante 1034 

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 4863-2848

Web: http://www.elportondesanchez.com.ar/

Entrada: $ 3.000,00 / $ 2.500,00 - Sábado - 20:00 hs - Hasta el 26/08/2023

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.