Estado del Tiempo, ese misterio por Teresa Gatto


Escrito por Daniel Dalmaroni y dirigido por Ana Alvarado, este espectáculo, al decir de su autor “Grotesco-Absurdista”, logra a través de un texto fantástico y actuaciones brillantes, despertar(nos) ya que la risa como válvula de olla a presión, está sujetando la enorme tragedia argentina.

Por Teresa Gatto

 

 

“Por más que me esforzara en quedarme

en los lugares en los que me tocaba vivir,

siempre me estaba yendo;

había un plazo interno de partida

 que no me dejaba margen para instalarme…)

Tununa Mercado

“En estado de memoria” Seix Barral, pág. 117. 1990.

 

 

Un sencillo juego de jardín claramente de los años ‘60 o ‘70 es la única escenografía que necesita la puesta para lograr su máxima expresión. Dado que todo se juega en lo dicho y en cómo esos personajes lo hacen carne.

Graciela (Marcela Ferradás) y Roberto (Guillermo Aragonés) discurren sobre un hecho que parece trivial, pero  que es la condición de posibilidad narrativa para lo que se desatará en escena.

Por un lado Graciela sospecha que no sabe nada del pasado de su esposo desde hace 18 años y por otro Roberto hace gala de un titubeo que al principio parece un tema del actor y sin embargo sabremos más adelante que es inherente al ser de su personaje.

¿Cómo aconteció que Roberto estuvo casado antes (hace 20 años) y Graciela no lo sepa? ¿Cuántas cosas más no sabe del pasado de su esposo? Después de todo un pasado nos constituye siempre en el presente a menos que…

A menos que nuestra memoria esté quebrada. Hay sucesos que son capaces de borrar una memoria de vida completa, terjiversarla y hasta sustituir por recuerdos parasitarios lo que realmente nos pasó. Viviendo como propios recuerdos ajenos.

Sabemos que estamos en 1975, una referencia tirada como al descuido da cuenta de que la televisión emitirá un capítulo de la novela de Alberto Migré “Piel Naranja” (por algunos pasillos se corre la versión de que hubo que cambiar el final de aquella tira, asesinando a los amantes fugitivos porque en Argentina no había adulterio que prosperara, sobre todo cuando Isabel Perón ya dejaba que los militares le dicten las normas) Esto significa que hace 20 años que aconteció la revolución fusiladora. Año en que supuestamente Roberto se casó con su primera esposa.

Estar atento a estos argumentos que como al descuido se arrojan sobre el espectador, permiten ir hilvanando ciertos hiatos de la vida de Roberto que, a pesar de la insistencia de Graciela, no recuerda.

Pero como no hay mujer que no cese en la búsqueda de la verdad cuando se trata de “otra” que la precedió, Graciela hará lo posible para que en escena aparezca Marcelita (Irene Almus) y así desentrañar la verdad del pasado.

El pasado de Roberto y del País. El dolor de un proscripto, la pérdida de la libertad y esa amnesia que, pertinaz, se niega a develar el dolor de lo que no fue.

Como acostumbra Daniel Dalmaroni, sus textos cuando abordan ideología, peronismo e historia se tejen en una urdimbre nada literal. Son verdaderos telares en los que no hay una sola línea a explorar sino varias que conforman el paño final de lo consumado.

Marcela Ferradás Irene Almus son dinamita en el escenario, se complementan cuando están juntas de un modo inmejorable. Como piezas de encastre, entre ambas son capaces de sacar del público la mayor carcajada y de Roberto una verdad guardada. En tanto Aragonés crece con el transcurrir de la historia y es en ese momento en el que comprendemos que ese hombre algo perdido, diletante y amnésico ha atravesado un infierno y su instinto de supervivencia lo ha instalado en una realidad paralela. Que sea 1975 no es un hecho menor, muerto Perón nadie avizora lo que está por llegar, el horror.

De todos modos, lejos de ser trágica como nuestra historia, la Dirección de Ana Alvarado logra que ambas actrices tengan una química notable y que cada una saque a relucir lo mejor del ser de su personaje para que el público goce en la platea.

El diseño de escenografía y vestuario son parte de la historia ya que sitúan de forma indicial el tiempo de los hechos, logro de Gabriella Gerdelics. La iluminación diseñada por Malena Miramontes Boim se hace cómplice de los días y las noches, de los claro oscuros de cada escena. Y la música de Juan Cristóbal Sleigh no manipula al espectador y está muy bien lograda

Estado del tiempo nos hace pensar en esas fútiles charlas de ascensor “lloverá’?, “se vino el invierno” o “lo que mata es la humedad”. Sin embargo aquí este paratexto del título ahonda en ese misterio que es el tiempo, insondable para cada ser. Conformado multifactorialmente por los sucesos de las vidas que cada uno atravesó y que a veces son imposibles de desentrañar, porque muta. Si hay algo que tiene el tiempo es que muta y nos muta. No sólo no nos bañamos dos veces en el mismo río, sino que a veces nos olvidamos que sabemos nadar.

El resto de los sucesos son para disfrutar desde la platea.

 

 

Los intérpretes con su directora Ana Alvarado

 

 

 

Ficha Artístico/Técnica

Autor: Daniel Dalmaroni

Actúan: Irene Almus, Guillermo Aragones, Marcela Ferradás

Diseño de vestuario: Gabriella Gerdelics

Diseño de escenografía: Gabriella Gerdelics

Diseño sonoro: Juan Cristóbal Sleigh

Música original: Juan Cristóbal Sleigh

Diseño De Iluminación: Malena Miramontes Boim

Asistencia de dirección: Guillermo Echenique

Prensa: Valeria Franchi

Producción ejecutiva: Cristina Sisca

Dirección: Ana Alvarado

Duración: 60 minutos

Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos

 

CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN

Corrientes 1543 (mapa)

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 5077-8000 int 8313 en horario de venta

Web: http://www.centrocultural.coop

Entrada: $ 2.000,00 - Viernes - 20:00 hs - Hasta el 30/06/2023

 

Entrada: $ 2.500,00 - Viernes - 20:00 hs - Del 07/07/2023 al 25/08/2023

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.