Una obra que se sustenta sobre una notable consistencia dramática por su inteligente estructura original, por la hondura de sus cuatro personajes que habilita a que las actrices se destaquen dándole fuerza a la profundidad de su texto. Miércoles a las 20:00 en el Teatro del Pueblo
Por Florencia Ferro
En palabras del director (para el quien se realiza un homenaje luego de su partida) ), esta obra es una indagación sobre el poder y la condición humana, los vínculos, la vulnerabilidad, la mentira, el miedo a la vejez y a la muerte, los recuerdos encubiertos y la manipulación; sobre la mujer y el hombre: la rebelión y el sometimiento.
Desarrolla la historia de cuatro mujeres de distintas generaciones: una abuela y su mucama, la hija y la nieta, y los problemas que surgen no sólo a raíz de las diferencias de edad y formas de pensar, si no aquellos que no tienen nada que ver con esto pero irremediablemente se ven afectados por ello debido a que es su forma de ver el mundo, interpretarlo y por lo tanto, relacionarse con él y entre ellas.
Desde el comienzo se nos plantea uno de los temas principales de la obra: cómo el paso del tiempo afecta no sólo a la historia en sí, sino también a la totalidad de la pieza. En el ingreso a la sala, todo el elenco en está en el escenario, como si el director planteara que la escena dramática empieza desde mucho antes de que hayamos ingresado y que finalizará mucho después de que dejemos el teatro. El devenir temporal es crucial en esta obra porque se ponen en juego las historias de estas cuatro mujeres que viven y vivieron circunstancias completamente distintas entre sí y, en general, es por esa diferencia generacional (o de estatus social en el caso de la mucama) que contrastan y confrontan.
La música, si bien concisa, suena en los momentos adecuados para ambientar a la perfección la escena, y está muy bien acompañada por una iluminación tenue que tiene sus variaciones para resaltar ciertos momentos y sectores de la sala que acentúan el sentido de las acciones. Ambos aspectos muy bien logrados.
Las actrices se lucen con sus actuaciones. Las lágrimas se podían apreciar desde la quinta fila. Transmitían lo que sus personajes sufrían y provocaban empatía hasta con aquel personaje con quien no se comparte su perspectiva generacional.
Volviendo a las temáticas de la obra, hay paralelismos que me dispusieron a la imaginación. El director juega con comparar el colorete que quiere la abuela no sólo con el paso del tiempo si no con las mentiras. Le pide a su sirvienta que le mienta a Raquel (la hija de la abuela) y espíe a su pareja que se encuentra enfermo al mismo tiempo que le pide conseguir un colorete. Al final de la obra la abuela se dará cuenta qué es lo que realmente logra con sus demandas y el valor que tienen esos pedidos. El remate me es una excelente conclusión de la pieza y acentúa la idea de que la vida continúa, de que no termina allí, la historia prosigue y el paso del tiempo que tanto afecta a los personajes pero principalmente a la abuela, continuará su curso irremediablemente.
La obra es muy buena y como se mencionó previamente, las actrices logran que el espectador empatice con los personajes. Una puesta para recomendar.
Ficha Artístico/Técnica
Doña Generosa: Roxana Randón
Raquel: Cecilia Labourt
Agata: Mariángeles Bonello
Otilia: Julieta Ceolin
Diseño de escenografía y vestuario: Alejandro Mateo (ADEA)
Diseño de iluminación: Roberto Traferri
Música Original y efectos de sonido: Alberto Quercia Lagos
Fotografía: Milagros Gallo
Prensa: Haydée Marocchi
Asistentes de dirección: Julieta Ceolín
Autor:Bernardo Carey
Dirección: Julio Ordano
Duración: 60 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
Teatro Del Pueblo
Teléfonos: 75421752
Web: http://www.teatrodelpueblo.org.ar
Entrada: $ 1.200,00 / $ 1.000,00 - Miércoles - 20:00 hs - Hasta el 11/05/2022