Perdida Mente, olvido y sagacidad




La comedia escrita por Mariela Asensio y José María Muscari, interroga con feroz textualidad un tema que nos comprende a todes. Las actrices se lucen en el escenario en ese tempo tan logrado que Muscari marca y brillan como las estrellas rutilantes.

Por Teresa Gatto

“…un discurso sin conclusión y sin imagen, sin verdad ni teatro,
 sin prueba sin máscaras, sin afirmación, libre de todo centro"

Michel Foucault, Foucault, Dits et écrits, pág. 304.

 

Hay ciertas temáticas que se asumen per se trágicas. Y lo son, por eso muchas veces el público sacudido por una realidad sin tregua de paz, huye hacia otros lares. Buscan reír, olvidar, hacer catarsis, ser otres durante un lapso determinado. Esa cualidad del teatro es maravillosa. Sea cuál sea el género que se elija. En el caso de Perdida Mente, una comedia feroz, se pueden hacer ambas cosas, comenzar a saber cómo se manifiesta esa enfermedad del olvido denominada Alzheimer, sino también aprehender de las resistencias que quién la padece tiene al comienzo de lo que será su devenir.

En esta ocasión, se trata de una jueza que está comenzando a perder la memoria. Pero ¿De qué se trata recordar? ¿Se trata de estar siempre a disposición de aquello que nos acaeció y rememorarlo con detalle? ¿O se trata de poder estar ubicado temporo/espacialmente?

Aquí las diferencias son sutiles. El caso es que en esta comedia con un tempo perfecto, la dramaturgia de Muscari y Asensio y la dirección del primero logran que el escenario se llene de chispas. Destrabar el olvido, entenderlo, acompañarlo, tener una misericordia que no sea humillante para quien la recibe, finalmente, comprender y acompañar.

Pero googleando este consejo está en todas las páginas sobre el tema. Lo que aquí hace la diferencia es la disponibilidad humorística que tiene el texto espectacular y la labor de director y actrices para lograr que todo se vuelva hilarante, que nos ríanos sin chabacanearías y sin golpes bajos y que la agilidad de la comedia sea inversamente proporcional a las lagunas que padece su eje principal, Leonor Benedetto como María José, jueza de la Nación, que está previendo que puede caer en un abismo, esplendida de principio a fin, por oficio y talento.

Así María José reúne a todas las mujeres de la familia, siempre acompañada por su adorable asistente Shirley, en la piel de una Ana María Picchio, extraordinaria, brillante, y muy al estilo Moliere, que en sus obras hacía que los ayudantes de la casa supieran todo, y como era un todo del Pueblo, era la verdad.

La hija de la jueza está interpretada por Julieta Ortega, que despliega su papel de un modo orgánico y desopilante, la chica cool que mezcla en sus alocuciones el español con un inglés perfecto y que se pasea por el escenario como si fuera su living real.

En esta función el papel de la abogada y amiga de Jueza, está interpretado por José María Muscari (por viaje de Patricia Sosa) que saca relucir todo lo que le conocemos y más. Su vestuario es en sí mismo una descripción de su personaje, León, amigo y abogado de María José, se desempeña con la soltura y más que le conocemos, porque es actor y un trabajador incansable en la función que le toque desempeñar.

Completa el elenco la impresionante Karina K, como hermana de Benedetto que, como ya nos tiene acostumbrados, no sólo es magistral como cantante y actriz sino que además es capaz de derrochar un humor que sostiene en el ser de su personaje siempre, aunque las cosas se pongan bravas.

Todas las escenas estarán realzadas por diálogos que pueden ser muy graciosos pero que entrañan una verdad: ¿El olvido nos hace perder ese eje que parece sostenernos en la realidad? ¿Pero qué es la realidad cuando un ser humano cruza cierta edad? ¿Es lo que tenemos, lo que tuvimos, lo que viene, o lo que hacemos con todo eso?

El vestuario de Ale Roboti acierta en todos los casos, dotando de la personalidad a casa uno de los personajes, la iluminación y música del propio Muscari, cumple un rol fundamental en la puesta porque todo se desarrolla en el living de la casa de María José y detrás de unos paneles se puede entrever la extra escena que también es importante.

La rotura de la cuarta pared no es abusiva y siempre aporta al espectáculo toda vez que tanto Benedetto como Ana María Pichio y Karina K, son maestras en estas lides. Yla alocuon final es un llamado al Amor por el semejante, única salvación posible en te mundo descarriado.

Regresamos después de mucho tiempo a la calle Corrientes, a un teatro “comercial” y hay que resaltar que cuando hay trabajo y tanto talento, se puede abordar un tema tan sensible no con socarronería ni burla, sino como lo tomamos todes los que pasamos esa circunstancia durante un lapso extenso y luego de la decepción optamos por tomar como normal y hasta gracioso aquel olvido o este error.

Si va al teatro a ver Perdida Mente, haga este ejercicio, y perdón por ser autorreferencial pero qué se puede hacer frente a este diálogo:

-Abuelita me querés

- Como no te voy a querer si sos mi hermana.

 

 

Ficha Artístico/Técnica

Autores: Mariela Asensio /José María Muscari

Escenografía Mariana Tirante

Diseño Lumínico y Musical: José María Muscari

Vestuario: Ale Roboti

Productor: Tomás Rottembergirección: José María Muscari

MULTITEATRO COMAFI

Corrientes 1283
CABA
Teléfonos: 4382-9140
Web: http://www.multiteatro.com.ar

Funciones: Mierc., Jueves, Sábados y Domingos

Localidades: 2500$

Categoría + 13

MAS CENIZA, escrita por Juan Mayorga y dirigida por Adrián Cardozo, por Teresa Gatto