La comedia negra escrita por Daniel Dalmaroni y dirigida por Guillermo Ghio es una muestra cabal de que se puede hacer humor y que, finalmente sea éste la metáfora de un estado de cosas macro, sin que por ello, el realismo y lo trágico ganen la partida. Excelentes actuaciones de Marcelo Serré y Pasta Dioguardi. En NÜN Teatro Bar, miércoles 21.00 hs.
Por Teresa Gatto
“Si el escepticismo no cree en lo que dice,
el humorismo se ríe de lo que cree,
no dejando de creer nada de lo que dice”
Ramón de Campoamor- Humoradas, cantares y fábulas.
Todo está preparado para que el ánimo del espectador se coloque bien arriba al comenzar el rito. Música reconocible y pegadiza, mucho rock y pop, dan paso a las escenas. Así Marcelo Serré en la piel de Ernesto aguarda junto a Rodolfo, a cargo de Pasta Dioguardi, un ascensor que demora en llegar y da paso a la rueda de los equívocos. A partir de ese momento y hasta bien avanzado el espectáculo los amigos tendrán dos registros diferentes lo cual profundizará un dislate desopilante.
Ambos actores dejan todo en el escenario y en esa suerte dúo a dos canciones a la vez, irán hilvanando para el espectador la historia que están representado y que cuenta con la risa sostenida de los receptores.
Si a cierta contradicción se la denomina la Biblia y el Calefón (desde el Tango Cambalache), a estos dos planos en los que viven y se mueven los personajes podríamos denominarlos lo sagrado y lo profano, o el cristiano y el pagano o el sátrapa y el ángel. No hay modo de describir los sucesivos enredos sintagmáticos que tardan menos en ser aclarados que en caer ambos actores en uno nuevo.
Hay un ida y vuelta entre Serré y Dioguardi que está a disposición del texto de Dalmaroni y que su director, Guillermo Ghio dotó de agilidad, puntillismo y milimétrico sentido del gag.
El dispositivo escénico ideado también por G. Ghio y llevado adelante por Jorge Capranzano se complementa con el diseño de luces Tamara Turczyn y de música que no falla, siendo que los actores en un breve y excelentemente bien musicalizado lapso, deben rearmar la escenografía que es exactamente la necesaria, no hay un trasto de más. Existe lo que da sostén a la escena porque todo el resto es el instrumento de los actores a disposición de un texto ágil y divertido que abjura de lo viejo y que muestra lo nuevo (no la novedad) desde un lugar en el que es posible metaforizarlo todo.
Daniel Dalmaroni teje una historia en la que un porcentaje enorme se puede ver representado. ¿O hay alguien que no tenga un muerto en el placar? O ¿Un Mercedes en un Granero, o 42 sociedades off shore en Paraísos Fiscales o un almita clasicista, una fobia por los que no son tan rubios, un asquito por el pibe de gorrita que lava los vidrios o un cuerpito que mandó a eliminar? Vamos, esto es Argentina. Pero además ¿quién no creyó en algún político porque era rubio y de ojos celestes como un querubín? Muchos se esconden ante la vergüenza de ser economistas y tener a miles de jubilados muertos en el placar del country. Y a la vez, creen en todo lo que les pone delante: un pastor que vende agua anticovid, un curandero como Garrincha, y hasta hay quienes le rezan a Gilda o al Potro Rodrigo.
Tengo un muerto en el placar es una comedia muy bien escrita, muy bien dirigida y excelentemente bien actuada por dos amigos (en la ficción) que consiguen la organicidad mayor que consiste en hacernos creer que se conocen desde toda la vida.
Yo no voy a ocupar el lugar de quien debe decirle qué hacer pero si fuera la Pastora Irma, le diría que vaya al teatro hoy y que se ría hasta que le duela la cara, total, los otros dolores, no dependen de usted, sino del poder y usted ya sabe cómo es esa vaina, difícil que el chancho chifle, decía mi abuelita.
Ficha Artístico/Técnica
Autor: Daniel Dalmaroni
Actúan: Pasta Dioguardi, Marcelo Serré
Dispositivos Escénicos: Guillermo Ghio
Diseño de luces: Tamara Josefina Turczyn
Realización de escenografía: Jorge Capranzano
Realización de utilería: Alejandra Ferreyra
Banda Sonora: Guillermo Ghio
Operación de luces: Gustavo Lista
Fotografía: Tamara Josefina Turczyn
Diseño gráfico: Dora Schoj
Asesoramiento de vestuario: Pheonia Veloz
Asesoramiento artístico: Pheonia Veloz
Asistencia De Producción: María Emilia Cornier
Asistencia de dirección: Tamara Josefina Turczyn
Prensa: Marcos Mutuverría
Dirección general: Guillermo Ghio
Duración: 60 minutos
Clasificaciones: Teatro, Presencial, Adultos
NÜN Teatro Bar
Juan Ramirez de Velasco 419
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4854-2107
Web: http://www.nunteatrobar.com.ar
Juan Ramirez de Velasco 419 (mapa)
N{UnNÜN Teatro Bar, miércoles 21.00 hs.Federal - Buenos Aires - Argentina