Magallanes.0 La ucronía perfecta



La obra de Jeroni Guiem Obrador, en la dirección de Merceditas Elordi, no sólo vuelve a elevar el estatus consagrado de actor de Claudio Pazos, sino que se revela como un nuevo modo de pensar la Conquista, en especial que Antonio Pigafetta nos legara en sus crónicas pero indagando al espectador sobre ?el no lugar? en el futuro.

Por Teresa Gatto

“Por un instante todo pareció detenerse.

El río dejó de correr. El sol de subir en el cielo. Las

nubes de pasar. Los pájaros quedaron

suspendidos en el aire quieto”

Maluco- La novela de los descubridores. Napoleón Baccino.

 

Entre los géneros paraliterarios se encuentran las Crónicas de Indias, los relatos de viajes, las autobiografías, las memorias y también las cartas. Todas constituyen un género híbrido. Esa hibridez aparece por la mezcla de sistemas semióticos y la mixtura de géneros  y también  del sistema icónico, imagen y texto.

Esta pequeña introducción tiene por objeto poner en situación la obra que nos ocupa, ya que Jeromi Guiem Obrador, se sale de la norma. Su obra no serán las enardecidas cartas que Colón le enviaba a la reina en la que describía un claro error, pues no estaba en las Indias, así como las Cartas de Relación de Hernán Cortés contando a Carlos V (Carlos I en España) sus avatares y la final caída del Imperio Azteca.

Tampoco el autor se para en las crónicas más humanistas de Portilla y Sahagún, relatando la visión de los vencidos. No. Obrador elabora una ucronía en la que Magallanes no sólo vive sino que no comprende dónde, por qué y qué pasó.

Un Magallanes desgastado, sin más que un velamen descocido se halla en el centro de la escena haciéndose preguntas que después de 5 siglos nadie podrá responder. O tal vez sí. La civilización que arrasó con algo más que la Conquista aunque ésta haya dejado indelebles marcas en la conformación de América. La proveedora de riquezas.

Un Magallanes harapiento, desolado y confuso, se interroga e interroga a las piedras que carga sobre cómo ha sido posible ese último naufragio. ¿Llegó a las Malucas? Y si así no fue, ¿alguien llego?

La efectividad de la puesta que dirige con gran acierto Merceditas Elordi, reside en dos pilares fundamentales:

  1. La maravilla del texto y la desacralización de aquellas crónicas que nos mostraron héroes que no eran hasta que muchos siglos después dejamos de Festejar el Día de la Raza, nosotros los diezmados. Y olvidaron a quiénes tenían hazañas en su haber.
  2. La magistral actuación de Claudio Pazos como Magallanes que esta vez alcanza picos de esplendor.

Pazos lleva a Magallanes en las venas, en los músculos y en su voz. Los que conocemos su trayectoria, sabemos como usa su instrumento privilegiado y a la vez como lo cuida primorosamente para que siempre esté al servicio del ser de su personaje.

La bolsa de piedras que arrastra como un grillete y esa carabela de la que asoma una cruz, son icónicamente parte de un diseño minimalista que grita que lo ya sabido y creído no ha servido para nada.

Ha perdido el gusto y el olfato y a veces le falta el tacto. Ensaya posibles futurologías en un futuro que lo desecharía.

¿Qué fue de Beatriz? Estaba embarazada cuando partió la nave en Sevilla. ¿Habrá descendencia? Y sí la hay, seguro no lo sobrevivió.

Es muy vasto lo que acontece en escena y a la vez es una historia pequeña, la del héroe devastado y harapiento que en la más espantosa oscuridad ha sobrevivido al paso del tiempo con lo que ello significa.

Un momento de asombro y de dolor sobreviene cuando le es dado conocer que no fue él quien llegó a las Malucas sino Sebastián Elcano. Todas las sensaciones, recuerdos dolorosos, la intemperie se ven el cuerpo del actor, son inflexiones sutiles que lo engrandecen en medio de ese cielo cuyas estrellas lo guían aunque la tierra tarde dos años en dar la vuelta en un tiempo ralentizado que puede ser y es un infierno.

No se puede adelantar nada más de esta puesta sin hacer develaciones en detrimento del devenir de la historia.

Para los que la Conquista sigue siendo un tema de estudio y reflexión, para los interesados en la Historia y también para quién no sabe del tema, es imperioso ver esta puesta que regresa al Teatro Payró el sábado 7 de agosto y demuestra que una dramaticidad se alcanza desde un texto pero cuando se vuelve espectacular, o sea, cuando lo conforta la escena.

Tzvetan Todorov decía que América había sido inventada, no descubierta. Y basaba sus hipótesis en el gran problema de los conquistadores de no reconocer al Otro. Aquí, el Otro es Magallanes, en un “no espacio”, en un “no tiempo” y en una gloria que se esfumó.

Pero Magallanes hizo Historia española, no portuguesa y esa manera de aventurarse a dar la vuelta completa bien merece sacarlo de la lista de los saqueadores y poner su hazaña hasta que muere en Mactán, en una vuelta de la Historia que reivindique su viaje, este texto y la factura de Merceditas Elordi que hace brillar a Claudio Pazos.

 


Ficha Artístico/Técnica

Autor: Jeroni Guiem Obrador

Actúan: Claudio Pazos

Diseño de vestuario: Jorge López

Diseño de escenografía: Edgardo Aguilar

Diseño de luces: Edgardo Aguilar

Música: Bruno Lobianco

Sonido: Matías Noguera

Fotografía: Cristian Holzmann

Diseño gráfico: María Forni

Asistencia de dirección: Facundo Darío Altonaga

Prensa: Duche&Zarate

Producción ejecutiva: Ale García

Dirección Audiovisual: Cristian Holzmann

Dirección: Merceditas Elordi

Duración: 75 minutos

Clasificaciones: Teatro, Adultos

TEATRO PAYRÓ

San Martin 766

Capital Federal - Buenos Aires - Argentina

Teléfonos: 4312-5922

Regresa Sábado - 20:30 hs - 07/08/2021-

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.