"Lala. Llegué para nacer" ¡Y cómo!



La puesta escrita por Lalo Moro y Tatiana Santana, dirigida por ésta última, viene a refrescarnos que se puede hacer teatro, que éste sea bueno y que un streaming en vivo con la cámara sobre el actor es un desafío que pocos pueden sostener. En el caso de Lala, el dispositivo está tan bien logrado que compartimos espacio con el actor. Lala está en casa o nosotros en su reducto

Por Teresa Gatto

“No se sabe nunca cuándo se nace: el parto es una simple convención.

Muchos mueren sin haber nacido; otros nacen apenas, otros mal,

como abortados. Algunos, por nacimientos sucesivos,

van pasando de vida en vida, y si la muerte no viniese a interrumpirlos

serían capaces de agotar el ramillete de mundos posibles a fuerza de nacer

una y otra vez, como si poseyesen una reserva

inagotable de inocencia y de abandono”

Juan José Saer- El Entenado.

 

En un reducido espacio que brilla como la Plata de Ley, Lala, la que está por llegar para nacer, nos advierte que estamos frente al diario del nacimiento de una estrella camino a Buenos Aires. El fulgor de las paredes que la acunan tiene un cabezal de peluca y una valija.

¿Dónde está Lala? Lalo/Lala a quién cuya madre le elegía las películas de Disney, prohibiéndole algunas, está de polizón en la bodega de un avión. El calor se siente hasta en el cuerpo del espectador. En breve sabremos que contó con la aprobación de su abuela y que su padre era lo más parecido a Misery que podamos recordar (no sé si el porcino o la Kathy Bates)

Lo cierto es que las Drags Queen ejercen sobre mí una fascinación especial. Hay toda una dedicación en “montarse” y a la vez llevar hasta el límite esa condición femenina (sean travestis o no) que exagera el make up, los peinados, las pestañas postizas, la purpurina y todos aquellos elemento que nos permiten decir “Qué bien se monta Fulane".

Lala viaja sola, encerrada en la cabina y su derrotero discursivo da cuenta de muchas circunstancias en las que los sueños son el faro. Estamos advertidos: Llegué para nacer. Su acento caribeño, perfecto, nos habla de alguien que escapado de cualquier lugar de Mesoamérica viene dispueste a todo. Sólo tiene que llegar y llegando nacer. Sueña con cosas que pueden parecer triviales como la carne y el dulce de leche y sueña con ser una estrella.

Cuando se coloca la peluca bien al estilo de Zully Moreno, es como el bebé que casi corona saliendo del vientre materno. Esa cabina, esa incomodidad que deben sentir los bebés cuando son expelidos al mundo y no siempre con luces tenues y música y partos humanizados (cosas de esta época) es la metáfora de un útero. Es el espacio matricial del que al ser expulsade, ya será quién quiso ser siempre y además será una estrella de “los Buenos Aires”.

Este es un vuelo hacía la vida nueva o nueva vida o vida, nada más. No hay dudas que Lalo Moro, su protagonista posee capacidades actorales manifiestas, dado que el espacio en que debe re-presentar el nacimiento de Lala es tan pequeño que salvo en el Video Clip no podemos verlo de cuerpo entero. Es también asombrosa la calidad técnica del streaming y de los recursos técnicos digitales que Fabián Kesler pone al servicio de la puesta.

Siempre hay un perfil de Lala/Lalo que nos demuestra pasado, presente y futuro y la cámara lo toma. Un perfil puede ser eminemente masculino y otro absolutamente femenino. Aquí coadyuva la camaleónica labor de Moro que se flexiona justo a tiempo en Género y voz, haciendo del instante un goce del espectador que en busca de nuevas poéticas dela representación, como quien escribe, no le pierde pisada, porque sabemos que son poco más de 35 minutos y que la historia se juega en ellos. Sus intervenciones en lenguaje argento y argot de nuestro país, se transmutan con la misma facilidad que las torsiones de su cuerpo. Tatiana Santana lo dirige al milímetro, con su mirada que ya conocemos.

Consultado en el zoom posterior a la función, los hacedores cuentan que el uso de muñecos que ayudan a Lala a no estar tan sola fue una apuesta por la ausencia de espacio. Y son, casi a despecho de la voluntad, un logro más de la puesta. Porque esos muñecos, de alguna manera son la niñez, esa en al que ya esta “nueva estrella de los Buenos Aires” se soñaba triunfal. La única valija que vale la pena es la que trae llena de sueños, porque la vergüenza ya no existe para ella porque decidió ser y más allá de los resultados que el espectador develará viendo la puesta, es lo único que importa.

El diseño de Arte de Uriel Cistaro está tan bien logrado que puede ser la cabina de un avión o el camarín fulguroso de una superstar. El diseño de maquillaje de Joseph Sosuna posee un magnetismo que no permite sacarle los ojos de encima al personaje. El diseño de títeres de Francisco Ramírez, mixtura perfecto rostro y vestimentas de los mismos, y la realización de vestuario de Adriána Baldani cumple su objetivo primordial acompañando a todos los componentes de la puesta.

En 35 minutos el espectador hasta ve un video clip de excelente factura con letras de Moro y Santana y producción musical de Santiago Martín y la composición musical de Tabaré Leyton.

Lala. Llegué para nacer tendrá más funciones que dejamos al pie de la nota y que no habría que desperdiciar. Porque es un proyecto excelente, porque tiene una factura técnica y sonora impecable, como se ve el clip, y porque estimades lectores, la coyuntura no sólo está matando cuerpos, está mutilando ilusiones hasta  cuando uno se salva, está haciendo imperar el miedo en todes aún, en los negacionistas.

El mundo tal como lo conocimos ya no existe. No sabemos si alguna vez volveremos a ver ese mundo conocido y vapuleado porque jamás nos dimos cuenta de que siempre puede ser peor y Lala, con la valija cargada de sueños, demostrando que se puede nacer a algo nuevo, tal vez, nos infunda una energía que permita que alguien deje su closet ya no sólo de Género sino de estandarización de una vida que hoy, no le permite más que el enajenación.


Ficha Artístico/Técnica Intérprete: Lalo Moro

Dirección general: Tatiana Santana

Texto: Lalo Moro y Tatiana Santana 

Dirección de arte y diseño de vestuario: Uriel Cistaro

Fotografía y diseño gráfico: Andy Bertoncini

Diseño de maquillaje: Joseph Sosuna

Técnico multimedia analógico y digital: Fabián Kesler

Comunicación y prensa: Mutuverría PR

Realización de vestuario: Adriana Baldani

Realización de títeres: Francisco Ramírez

Videoclip Actúan: Paco Gorriz, Lorenzo Tamis, Seba Tornamira

Composición musical: Tabaré Leyton

Letra de canción: Lalo Moro y Tatiana Santana

Producción musical: Santiago Martín

Realización audiovisual: Manuel Fernández

Más información y entradas en http://teatrouaifai.com/programacion/...

¡NUEVAS FUNCIONES! Miércoles  2, 9 y 23 de junio a las 20:30hs Sábados 12 y 26 de junio a las 20.30hs Duración aproximada 35 minutos

Entradas en Teatro UAIFAI

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.