"La Cajita de Jaspe" o el arte de la digresión




La obra de Patricia Suárez, alcanza en el protagónico de Susana Di Gerónimo una de esas perlitas que el teatro suele darnos. La dirección y puesta en escena de Herminia Jensezian, logra un in crescendo dramático en el que la anécdota logra repostularse para llegar a una verdad que no debemos olvidar

Por Teresa Gatto

 

"Ni la muerte, ni la fatalidad, ni la ansiedad,
pueden producir la insoportable desesperación
que resulta de perder la propia identidad."
H. P.  Lovecraft
"Through the Gates of the Silver Key"

 

Elena es atrapada en un centro comercial, cercada por la seguridad, Elena trata de explicar que es la Sra. Elena Klimek de Federici, acentúa el apellido del esposo, esa procedencia que remite a lo itálico. Está sola en el escenario que también es todo espacio escénico y las butacas del Tadrón están dispuestas como si se tratara de un ring.

“Fue una confusión”, “Cómo voy a robar”, “puedo pagarlo con mi tarjeta de crédito”, “no llamo a mi hijo, el mayor porque no vive aquí, está en Sídney  y si llamo a la menor se arma una”.

El caso es que Elena sin “H”, comienza a explicar las diversas razones por las cuales hay un error, una confusión. Un verdadero atolladero de enunciados con el que trata de defenderse, se siente acorralada, y ese acorralamiento es una puesta en abismo de otra encerrona, mucho más cruel, inefable, indecible.

Pero no hay caos, la digresiones de Elena, la encaminan a un sólo lugar. La verdad. Esa que tuvo que ser escondida por tantos, tanas veces.

Susana Di Gerónimo con el talento que la caracteriza, muta los tonos, abre y cierra la cartera mil veces, pasa de la hilaridad de lo cotidiano a las especulaciones más diversas, se la nota desesperada, pero por algo mayor. ¿Un perfume?, “varios perfumitos”, para ella no son el delito de una cleptómana o ladronzuela. Elena sabe que hay delitos mayores e imprescriptibles. Delitos de los que la humanidad debería avergonzarse, pero no lo hace porque las políticas de la derecha nazi están vigentes. Sí, están vigentes y desgraciadamente en Treblinka o San Miguel del Monte, la Patagonia o Tucumán siguen matando. Nada peor que darle vía libre a un montón de sujetos de dudosa reputación, uniformados y con libertad de reprimir, amparados en la Ley Obscena hitleriana o Neoliberal.

Hay que observar que Herminia Jenzezian  modela el texto, que parece hecho para Di Gerónimo en una puesta en escena y dirección de quién conoce cabalmente como se manejan algunos hechos de la Historia y cómo es posible llevarlos a escena hoy, cuando el río del olvido de muches decide olvidar y la Memoria de los dignos, no se resigna a perder la memoria de la atrocidad.

55 minutos de absoluta concentración en las que Elena de Federici retrocederá al pasado y recordará aquella cajita de jaspe, en la que está encerrada su identidad, nada menos. Alejandra Pizarnik decía “Nada más intenso que el terror a perder la identidad”. Pero Elena no la perdió, quedó guardada en aquella cajita, “todos tenemos una cajita de jaspe” me dijo al terminar la puesta.

Entonces lo declarará, dirá con extraordinaria cadencia su nombre verdadero, su identidad que duerme dentro de ella porque ni el tiempo, ni los sucesos, ni la maldad absoluta del mundo antisemita han logrado que se olvide de que es Sheine Lewy, y que en Polonia se cometieron delitos abominables y que ella se pudo escurrir de aquel horror, pero no de su historia, de la memoria de sus padres, y de cómo pasó a ser otra sólo en algunas ocasiones en las que el peligro acecha.

Decíamos que en el acorralamiento de los guardias que no vemos, pero son un extraescena que se palpa, se siente, se imagina, es una puesta en abismo, porque así se debe haber sentido toda esa familia y ella misma, Sheine Lewy, aquel día en el corral de su hogar luego destruido.

Como decía José Emilio Pacheco en “Morirás Lejos”; No se puede olvidar, no se puede perdonar, sólo se puede narrar mil veces lo ya contado”

 


Ficha Artístico/Técnica

Autora: Patricia Suárez
Actúa: Susana Di Gerónimo
Fotografía: Silvina Macri
Asistencia de dirección: María Laura Laspiur
Prensa: Simkin & Franco
Producción ejecutiva: Silvina Macri
Puesta en escena: Herminia Jensezian
Dirección: Herminia Jensezian

TADRON TEATRO Y CAFÉ
Niceto Vega 4802
Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 4777-7976
Web: http://www.tadronteatro.com.ar
Entrada: $ 250,00 / $ 180,00 - Domingo - 19:30 hs - Hasta el 28/07/2019

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.