El río en mí



La puesta escrita y dirigida por Francisco Lumerman, posee una poesía maravillosa que llega a los límites del ser en la desolación que acontece cuando todo se desbarata porque el capitalismo no conoce sujetos, sólo mercancías. Espléndidos trabajos actorales. En Moscú Teatro Escuela.

Por Teresa Gatto

“Regresaba
-¿Era yo el que regresaba?-
en la angustia vaga de sentirme solo
entre las cosas últimas y secretas.
De pronto sentí el río en mí,
corría en mí
con sus orillas trémulas de señas,
con sus hondos reflejos apenas estrellados”
Fragmento de Fui al Río de Juan L. Ortiz

 

Los sujetos nacidos y criados cerca de un río lo aman siempre. Y los que conocen el maravilloso fluir de esas aguas nunca idénticas, aunque sean desmesuradamente urbanos, se enamoran de algunos ríos. El Paraná es un imán para quién escribe.

Por eso tal vez, los habitantes que se alimentan de los ríos no literalmente, se quedan en ese espacio que puede ser cualquiera, en el que las aguas llevan y traen además de alimento vital para la naturaleza,  mitologías varias, son renuentes hasta la muerte a escapar, irse, dejarse ir.

Por eso en este pueblo que agoniza, todo se degrada. Una planta industrial  descarga su deshecho de muerte en el río y el río que es parte constitutiva de cada sujeto del lugar, también lo es de cada sujeto que respira, se alimenta y padece.

Francisco Lumerman con una poesía arrasadora mantiene al receptor en un suspenso que no se desliza sólo porque sabemos lo que hace la contaminación, sino que esa contaminación se metaforiza de un modo colosal en los personajes.

Madre, encarnada por de modo experto por  Elena Petraglia, posee un humor ácido y resignado, sabe cómo todos que la muerte llegará, pero ella lo da por sentado de otro modo, como un alivio y no como esa angustia existencial que poseemos todos los sujetos desde que nacemos. Marta en una actuación maravillosa de Malena Figó, saca a relucir su lucha contra el monstruo que destruye y destruyó muchos lazos, es guerrera, escéptica, impiadosa, sarcástica y a la vez poética. Ni un solo enunciado del texto de Lumerman se aleja de la poesía. Juan que regresa (¿regresa?) después de muchos años, hijo de Madre, parece destinado a cumplir un destino del que huyó. Claudio Da Passano, encarna una labor excelente (como siempre) y muestra una vez más que su estar en el escenario le permite todos los registros. Mercedes Docampo, imanta a la platea con una voz  de dulzura melancólica,  su guitarra y esa ingenuidad etérea de quien canta verdades que hay que decodificar varias veces, son lamentos litoraleños que a la vez son llantos universales del destino de los que frente al Poder Omnímodo del sistema no tienen otro destino que el canto y la muerte.  Los 4 personajes no salen jamás de la zona de dis/confort en que el río como un  monstruo sagrado y mefistofélico los ha dejado.

El afortunado minimalismo de la escenografía de Gonzalo Rodríguez Castillo, ensambla con el diseño de iluminación de Ricardo Sica estableciendo un afuera celeste que miente. El relato desmiente, la representación desmiente que pueda hallarse luz fuera de los muros que, a veces, no llegan a proteger a nadie del monstruo. La imposibilidad de beber agua común, desmiente el celeste prometedor del afuera.

Porque no hay modo en que en clave poética, de leyenda o de mitología Charrúa, laKatupirí no crezca de modo inminente arrasando todo a su paso y poseyendo el cuerpo del más fuerte para repensar el Poder, la Impotencia, la Venganza y la Muerte.

El espectador colmado de buen teatro  e interpelado, no puede menos que agradecer esta lección de teatro y poesía para re-presentar los males de siempre con un extrañamiento digno de los mejores relatos que,  gracias al talento de todos, se vuelve nuevo, y pasible de muchos significados.


 

Ficha Artístico/ Técnica
Dramaturgia: Francisco Lumerman
Actúan: Claudio Da Passano, Mercedes Docampo, Malena Figó, Elena Petraglia
Diseño de vestuario: Rodrigo González Garillo
Diseño de escenografía: Rodrigo González Garillo
Diseño de luces: Ricardo Sica
Diseño sonoro: Julián Galay
Fotografía: Manuela de Miguel, Rodrigo Illescas
Diseño gráfico: Martín Speroni
Asistencia de dirección: Manuela de Miguel, Mariano Novillo
Prensa: Carolina Alfonso
Producción ejecutiva: Zoilo Garcés, Cecilia Santos
Dirección: Francisco Lumerman

MOSCÚ TEATRO
Camargo 506 CABA Argentina
Teléfonos: 2074-3718
Web: http://www.moscuteatro.com.ar
Entrada: $ 300,00 - Domingo - 17:00 hs
Lunes - 20:30 hs Entrada: $ 300,00 -

Socilto de Otoño de Sebastián Bayot, interpretado por Ana Padilla, por Teresa Gatto