La obra de Sergio Blanco alcanza en la dirección de Corina Fiorillo una teatralidad que muestra estrategias y procedimientos logrados de la puesta en escena y la consagra definitivamente. Lautaro Perotti y Gerardo Otero, excelentes debeladores de cómo hacer teatro haciéndolo.
Por Teresa Gatto
“...el teatro debe ayudar decididamente a la historia,
revelando su proceso; que las técnicas de la escena implican
en sí mismas un “engagement”; que, finalmente,
no hay una “esencia” del arte eterno,
sino que cada sociedad debe inventar el arte
que mejor de la luz su propia liberación”
Roland Barthes, Ensayos Críticos
Tebas Land de Sergio Blanco puede ser un palimpsesto de Edipo Rey, una puesta en abismo de la obra de Sófocles y una manera nueva de re-presentar el parricidio. Puede ser y tal vez sea todo eso. Pero básicamente es una puesta en escena que exhibe desaforadamente y hasta la mortificación la representación que conocemos para hacer algo nuevo. No es que no haya habido metateatro hasta hoy. No es que el teatro no se haya preguntado en escena sobre sus estrategias y procedimientos de representación. No. Definitivamente este juego escénico va más allá. Esta puesta representa lo que representa y representa el “hacer teatro”.
La propuesta textual de Blanco es transformadora en torno a todos los hipertextos que se han hecho sobre el más famoso parricidio teatral. Propone un juego (teatro como cuestión lúdica) que habitualmente no acontece. El receptor se tienta a observarlo con un distanciamiento brechtiano pero no es eso lo que está en juego. No es una toma de posición que se alcanza con el cierre, es un devenir continuo de situaciones que en espejo hacen que Lautaro Perotti y Gerardo Otero se desdoblen siempre, cada vez. La verdad, si existe algo parecido en el teatro, no es lo que cuenta. Tampoco la catarsis. No está en juego decidir culpas o responsabilidades. Lo que está en juego es la pregunta, la puesta en jaque y la interpelación sobre el Teatro.
Espléndidamente escandido, el espacio escénico por el que transitan Gerardo/Martín y Lautaro/escritor, no está determinado porque si bien, existen dos instancias de uso esencial como la caja que hace las veces de un espacio para jugar cesto dentro de la prisión del parricida y el espacio en que el escritor desvela sus notas, imágenes, data y demás, ellos lo transitan todo.
La labor de Gerardo Otero es enorme porque su desdoblamiento le permite hacer muy bien de actor y de preso. Perotti maneja la emoción y la empatía que le generan ambos. Uno es que le narra su historia, el asesinato de su padre en condiciones nada épicas y mucho más tortuosas, ya no en términos filosóficos sino existenciales, y el otro, el actor que debe alcanzar un grado de compresión de la criatura que jugará después. Sus quiebres emocionales son de una organicidad que se agradece.
No hay real/ficción, todo es ficción, todo es teatro, por eso el signo se espesa y tensa de manera múltiple. Por eso la platea se queda demudada en el devaneo de un saber que no le llegará pero que como recompensa obtendrá otro: saber que el teatro es un juego de cajas chinas, que en un escenario se pueden hacer muchas cosas y también hacer “como que” mientras se ejecutan otras múltiples ficciones.
El diseño escenográfico de Gonzalo Córdoba Estévez es austero y funcional, y colabora con la plurisignificancia de la obra, del mismo modo la iluminación de Ricardo Sica opera de modo perfecto creando climas que intensifican o atenúan las nociones espaciales en las que la(s) obra(s) se dirimen y determinan, siempre ambiguando los sentidos.
Tebas Land es la consagración de Corina Fiorillo en términos de complejización de su poética de directora y la demostración más cabal de que desde sus primeros pasos, hasta fundar una nueva Tebas acompañada por eso dos maravillosos actores, nada de lo transitado ha sido en vano.
Ficha Artístico/Técnica
Autor: Sergio Blanco
Intépretes: Gerardo Otero, Lautaro Perotti
Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez
Iluminación: Ricardo Sica
Fotografía: Fabián Pol
Diseño gráfico: El Fantasma De Heredia
Asistencia de dirección: María García De Oteyza
Prensa: Marisol Cambre
Producción: Maxime Seugé, Jonathan Zak
Coach De Movimiento: VIVI Lasparra
Dirección: Corina Fiorillo
Duración: 100 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
TIMBRE 4
México 3554
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4932-4395
Web: http://www.timbre4.com
Entrada: $ 250,00 - Viernes - 20:45 hs
Entrada: $ 250,00 - Domingo - 19:15 hs