Narrativa de resiliencia


Un charco sin patos es inútil, al igual que un profesor sin alumnos o una persona sin alguien a quien cuidar. La inutilidad es portadora de múltiples sentidos, de contrastes: ¿es inútil la cordura, el afecto, la educación? "Un Charco Inútil" nos enfrenta con pequeñas pero transcendentales filosofías de la vida, a la vez que nos acerca de forma sensible a la experiencia del duelo y nos invita a reconocer que hay ausencias con más densidad y más presencia que la existencia.

Por Paola Abatte Herrera*

En Un Charco Inútil se reconoce un buen texto dramático, con oficio y factura de David Desola, dramaturgo cuidadoso, y en torno a una anécdota ingeniosa se teje una historia entrañable.  El texto es redondo, a veces demasiado, lo que lo hace a momentos un poco ilustrativo, de lo que lo rescata el humor. Hace explícitas sus premisas, ordenadamente, lo que podría convertirlo en un camino previsible, pero en el momento preciso introduce quiebres que logran sorprendernos. Una de sus grandes fortalezas es justamente el humor sutil a través de juegos de palabras que suavizan el dramatismo de la trama, mas su mayor mérito sin duda es esa notable delicadeza e intimidad para tocar el dolor, la experiencia insoportable. Si bien a nivel actoral uno puede distinguir pequeños ripios - un poquito forzada la emoción de los personajes, especialmente del protagonista, que podría matizar su registro- , la humanidad que ha puesto ahí la mano de Matías Puricelli, el director, en cada detalle, hace que uno se alíe con los personajes, entrañándolos y abrazándolos. La puesta en escena remarca esta intimidad y se propone sin grandes ambiciones, en una escenografía donde coexisten distintos espacios representados de manera realista y sin embargo, adecuada. 

La única forma de hacer crítica, creo, es interrogar a la propia experiencia, asumiendo que su materialidad es emocional, corporal, compuesta por sensaciones a los que intentamos dar voz. Esta es de esas obras que crecen en el recuerdo, al contrario de aquellas que despliegan mil recursos y virtuosismos que alucinan y que se difuminan en contacto con el tropel de sensaciones que nos zarandean en la ciudad. Permanece ese aroma, ese toque cuidadoso, esa zona de ternura que es capaz de contener el mayor dolor, esa intimidad ofrecida al espectador donde se despliega la máxima vulnerabilidad. Si en algún lugar del cuerpo puede quedar alojada la experiencia es en una esquinita del corazón, al fondo y abajo, donde se guardan cosas que sabes que no van a salir. Un Charco Inútil es una narrativa de resiliencia: te deja agarrado de una fibra que no quisieras tocar, pero que te alegras de que pueda ser tocada de esa manera.

 

Ficha artístico/técnica:

Director: Matías Puricelli
Autor: David Desola
Actúan: Gustavo Bonfigli, Manuel Feito, Marisa Provenzano
Iluminación: Caio Senicato
Diseño gráfico: Wilfredo Parra
Producción general: Marman Producciones Independientes
Vestuario: Andrea Saldivia
Diseño del espacio: Dario Feal
Asistencia de dirección: Gonzalo Cabalcabue
Dirección: Matías Puricelli
Realización de Escenografía: TXd Internacional, Horacio Del Marmol
Música Original: Francisco Ruiz Barlett
Asistencia de Escenografía: Florencia Gualdoni
Asistencia de Producción: Matías Mulet
Prensa: Silvina Pizarro  

 

EL TINGLADO

Mario Bravo 948 (Almagro)
Web: http://www.teatroeltinglado.com.ar/
Teléfono: 4863-1188
Entradas: $230, Estudiantes y jubilados $180. Jueves 21.30 hs.

* Paola Abatte Herrera: Nacida en Santiago de Chile, es Psicóloga (Universidad de Chile), actriz, pedagoga y directora teatral. Magíster en Artes y estudiante de Doctorado en Artes, mención Estudios y Prácticas teatrales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.  Docente en Departamento de Teatro, Universidad de Chile, Diplomado en Teatro Aplicado, Pontificia Universidad Católica de Chile. Coordinadora del Diplomado de Técnicas Psicoartísticas y Teatrales PIIE, Investigadora PIIE (Programa Interdisciplinario de Investigación en Educación).

MAS CENIZA, escrita por Juan Mayorga y dirigida por Adrián Cardozo, por Teresa Gatto