Lunes otra vez


En un escenario despojado que se transforma en distintos espacios de trabajo, Empleados nos enfrenta, con ingenio y humor, a la premisa de la frustración en el mundo laboral actual.

Por María Luciana Gandolfo

Como viñetas de un comic, en Empleados se suceden distintas situaciones, más que reconocibles, de la rutina laboral en la urbe contemporánea. Porque frente al hastío cotidiano es necesario pensarnos en el lugar común y reírnos de él.

La risa despierta el reconocimiento del absurdo diario de los trabajos infames. Pone en pausa la sensación constante de insatisfacción frente a los deseos relegados. ¿Qué máquina siniestra opera sobre la sociedad haciéndole relegar sus deseos? Porque ser empleado es mucho más que una relación social mediada por un salario. Es un rol fundado en una diferencia, una situación de sometimiento que implica una desposesión del tiempo y una postergación del deseo.

El despertador suena insistente, la rutina matutina del automatismo comienza. Las horas vuelan cuando necesitamos que rindan y al llegar al final del día, las horas se alargan cuando queremos irnos rápido. Y así el tiempo se nos vuelve algo completamente incontrolable. Un día más pasó y no hicimos nada de lo que nos hace felices.

La experiencia diaria no para de hacernos eco. Asumimos casi naturalmente que el tiempo es dinero y así obramos acordes al sistema. Lo internalizamos: administramos hasta el descanso y relegamos nuestros placeres a escasas cuotas semanales.

Pero como nos acompaña la desazón, procuramos encontrar alternativas, insistimos en las preguntas ¿qué estoy haciendo acá? ¿Por qué hago esto? Siempre presente el anhelo de estar en otro lado, de estar haciendo otra cosa.

Entre la oficina, el depósito, el local de ropa, la ventanilla del banco, entre esos espacios comunes de convivencia forzada y fugaz, los personajes de Empleados fantasean su desalienación.

Con talento y humor, se construye un espectro de acciones y situaciones que ridiculizan y muestran esas formas de opresión “solapadas” del mercado. Dentro de un universo sonoro de alarmas, despertadores, sensores, teléfonos, voces superpuestas, la burocracia manifiesta su contracara más íntima. Y ya de regreso a casa, el vaivén del colectivo tardío nos encontrará, una vez más, tristemente convencidos del deber y la necesidad.

 

Empleados es una producción del Seminario de Entrenamiento Musical de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático de la Ciudad de Buenos Aires (E.M.A.D).

Ficha artístico-técnica

Intérpretes: Lucila Chedufau, Matías Corradino, Valentina de La Fuente, Fernando Morales, Valeria Ortega, Florencia Rebecchi, Ignacio Torres

Diseño: Ivan Tchacoff

Fotografía: Heidi & Hans-jürgen Koch

Asistencia técnica: Priscila Lombardo

Asistencia de dirección:Lucila Chedufau

Coordinación general: José Mehrez

 

FUNCIONES

Sábado - 23:30 hs - Hasta el 03/12/2016 Entrada: $ 140,00 / $ 98,00 -

Teatro del Abasto

Humahuaca 3549 CABA

Teléfonos: 4865-0014

Web: http://www.teatrodelabasto.com

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.