La vida no finita



En "Eso que vos y yo llamamos plenitud" a través de la comicidad pero también desde la profunda angustia y agonía, se nos invita a reflexionar acerca de la vida, la muerte, el tiempo y su suspensión poniendo en foco un tópico muy poco tratado antes en el teatro: la eutanasia.

Por Denise Pieniazek

María, la “heroína” de la obra Eso que vos y yo llamamos plenitud, lleva cinco años en coma y en el día de su cumpleaños, tiene un único deseo: ser desconectada. En esta representación se plantea como consciente a quien se encuentra en coma, pero su mayor aflicción será el impedimento para comunicarse con los demás. Mauro Molina autor y director de dicha pieza, nos invita a reflexionar a través del estado de coma acerca del paso del tiempo, de la suspensión del mismo, dejándonos la sensación de que aquella fase es algo similar al limbo. En esta obra de teatro se presentan varios planos paralelos no sólo a nivel narrativo sino también a nivel formal. Se simboliza la conciencia de María mediante el dispositivo del video como metáfora de aquellos fragmentos de vida que uno se supone rememora cuando se encuentra cercano a la muerte.

Esta puesta en escena se encuentra llena de metáforas y de recursos realmente originales. Al entrar a la sala, un cuarto minimalista en el cual un monitor marca los signos vitales nos pondrá en un estado muy especial. El sonido recurrente que se emitirá desde allí será tan perturbador que jamás nos acostumbraremos a aquel “pip”. El marido de María, “Oso”, se encuentra agotado y abatido por la situación, antes del accidente de María el solía ser “Superman” y después del mismo ha pasado a ocultar su rostro. La figura del doble y el enmascaramiento están presentes durante toda la obra, no sólo en la figura del marido sino también en la de ella, cuya alma es representada por un cuerpo masculino con una cabeza de rata. María antes de encontrarse en estado vegetativo también se representaba a sí misma como la mujer maravilla y luego del mismo como una rata. La figura del doble evidencian los dualismos acerca de los cuales se nos propone reflexionar: la vida y la muerte, lo infinito y lo finito, la quietud y el movimiento, lo natural y lo artificial.

Mediante analogías como “un pez en una pecera” y unas “flores en un jarrón”, el creador de dicha obra expone lo artificial, inanimado y vacío de este estado que María y su entorno deben atravesar. Expresando una mirada punitiva sobre la figura del médico y la enfermera, sin embargo igualándolos al resto de los personajes en el sentido que todos buscan el placer del instante, aquel que hace sentirnos realmente vivos.  Sin una respuesta final M.M nos invita a pensar cuál es el límite entre la muerte y la vida, cuál es ese pasaje que en este caso parece una eternidad, pues cabe preguntarse ¿ese estado de coma es vida o es muerte? Este aspecto parece que no está claro en nuestra sociedad donde existe una Ley de muerte digna, pero en la cual no se contempla la eutanasia. Pues muerte digna, muerte natural y eutanasia no son lo mismo, pero es complejo definir que compete a cada una de ellas. Ese estado al cual no se sabe dónde enmarcarlo, si más próximo de la vida o de muerte, es tal como se anuncia en la obra una especie de “Principio del fin del ensueño”.


Ficha Artístico técnica:

Intérpretes: María Viau, Javier Pedersoli, Valeria Tercia, Gabriel Yamil, Mauricio Borzone
Diseño de Iluminación: Horacio Novelle
Vestuario: Lara Sol Gaudini
Asistencia de vestuario: Sofia Etcheverry
Realización de máscara: Valeria Dalmon
Realización audiovisual: Isabel Struch
Música: Facuando Curcio
Prensa: Silvina Pizarro
Asistencia de dirección: Mauricio Borzone
Dirección, dramaturgia y puesta en escena: Mauro Molina

El camarín de las musas
Mario Bravo 960, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
www.elcamarindelasmusas.com
Funciones: Jueves- 21:30hs. (hasta el 27/08/2015)
Entrada: $ 130,00 (general) $90,00 (jubilados y estudiantes)
Club La Nación 2x1 / Menores de 30 años 50% descuento.

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.