Por Mariu Serrano
“Promovamos la transferencia al propio pueblo de los medios de producción teatral,
ya que estamos convencidos de que al pueblo se le deben
transferir todos los medios de producción, no solo los del arte”
Augusto Boal en el libro Técnicas Latinoamericanas de Teatro Popular.
El Grupo Machado anima su propia versión sobre una puesta de 1971, cuyo autor es nada menos que Augusto Boal. De construcción cooperativa, alentada por la poderosa Cora Farstein y su trayectoria en el teatro del oprimido, “El gran acuerdo internacional del Tío Patilludo” (parodia del nefasto GAN de Lanusse) trae una irreverente mirada sobre las ideologías de ayer y de hoy.
En un despliegue de suspicacia, Boal supo leer su tiempo y la tempestad que se avecinaba en estas tierras. Es importante recordar que él había venido recientemente a exiliarse al país, dejando su Brasil natal, y sabía mejor que muchos de qué se trataba la censura.
La puesta original, cuenta Marina Kamien, duraba dos horas y se extendía en un debate a posteriori entre el elenco y su público. En esta nueva visita, adaptándose a los tiempos que corren, han suprimido muchas escenas. Por otra parte, el constante tránsito de personajes y la alternancia de actores con un mismo vestuario añaden dinamismo, creando asimismo una cómica complicidad con los espectadores, que pueden reconocer ese artilugio de los actores transformándose.
El argumento es inapelable: el Tío Patilludo (alias de la época para el famoso Tío Rico de Disneylandia) es el dueño de la cadena multinacional McPatos, y tiene en su poder los contactos y el carisma que le faltan al cobarde y perezoso presidente de la República. Es el Tío quien sale por televisión, quien define los intereses de la patria, quien está junto al pueblo “aun en contra del pueblo”. Y cuando se aviene la terrible invasión de las “strange criatures”, será él quien dé la señal de alarma que convoque a la Liga de Superhéroes a combatir el mal rojo.
Afuera de desató la guerra; los extraterrestres se esconden bajo la forma de obreros y estudiantes. Traen luz sobre las fricciones internas de una izquierda acallada: ¿diálogo o lucha armada?, ¿tomar el poder y luego pensar para qué, o acordar los propósitos y luego tomarlo?, ¿la revolución, para quién?, ¿acaso la juventud es una clase?, o más bien, ¿qué tan obrera es la juventud intelectual? Si bien no hacen en ningún momento alusión a la historia nacional ni a la actualidad, no es en ningún momento necesario. Remeras batique, pantalones oxford, todos los símbolos tienen una resonancia en el ECuNHi, macabra pero imperiosa.
Quizá con el fin de alivianar ciertos momentos de tensión dolorosa, la obra mecha números musicales con la voz de la imponente Camila Dougall y la música de Esteban Bisio, que nos llevan a recordar la música burbuja de los ’60. Por su parte los superhéroes también viven en una nube, la del romanticismo, la de la imbecilidad de una clase media-alta que no tiene que preocuparse por otra cosa que la obediencia debida.
Dicen ellos mismos sobre su versión: “Hay que reconsiderar cualquier planteo setentista y eso no significa descalificarlo como tampoco glorificarlo, sino más bien interpelarlo: ¿qué planteaban? ¿quiénes? ¿cómo? Nuestro desafío es el de proveerle vida a un material asediado por los fantasmas del pasado, de todos los colores.”
Ficha Artístico/ Técnica:
Autor: Augusto Boal
Elenco: Federico Buscarons, Magdalena Casas, Camila Dougall (cantante), Cora Fairstein, Marina Kamien, Sabino Martiniano y Laura Silberberg.
Músico: Esteban Bisio.
Puesta en escena 2013: Diego Ernesto Rodríguez
Puesta en escena 2015: Grupo Machado.
Funciones Viernes 21.00 hs.
Machado Teatro - Machado 617 - CABA
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