Con lenguaje propio: de la vulnerabilidad de algunas de nuestras pequeñas grandes empresas.

 

Con un enorme despliegue de talento actoral, un texto tan complejo como exquisito y una rigurosa elaboración de signos escénicos, "De la vulnerabilidad de algunas de nuestras pequeñas grandes empresas" expresa con notable virtuosismo el cruce de dos tradiciones teatrales actuales: la argentina y la ecuatoriana.

Por Mariana Mazover

Lo primero que veremos al entrar en la sala de La Carpintería es la subversión del orden que habitualmente delimita y separa la platea del espacio escénico; y al espectador del actor. Todo está organizado de un modo otro. Ese es ya todo un gesto que señala e inaugura un código de legibilidad para lo que vendrá. En el espacio escénico, un primer signo visual que se nos presenta remite al corazón de la tradición latinoamericana: vemos algo así como un Ekeko (¿O un tótem?). Uno de los primeros textos audibles en la obra dice: “Hay en mí todos los sueños del mundo”. Estos tres elementos resultan, en alguna medida, paradigmáticos de la propuesta: De la vulnerabilidad de algunas de nuestras pequeñas grandes empresas instala con fuerza y enorme decisión una estética singularísima que se inscribe dentro de una tradición de teatro político de ruptura (con rasgos post-dramáticos), de fuerte influjo poético latinoamericano, donde el problema del poder y las formas que asume la dominación - aún las más invisibles, las más imperceptibles - y la identidad cultural tantas veces escamoteada se elaboran no sólo desde los elementos contenidistas sino también desde los procedimientos formales. Su modo de producción independiente, que llevó y trajo a sus creadores de Buenos Aires a Guayaquil y viceversa en más de una oportunidad para compartir la experiencia conjunta de la creación y el montaje (luego de un primer encuentro en el I Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente realizado en Buenos Aires en 2013, gestado por las mismas actrices de la obra) no hace más que afirmar e iluminar también el tenor de la apuesta  estética y política que sostiene e irradia la propuesta.

Santiago Roldós, una de las voces más salientes de la dramaturgia ecuatoriana creó, a partir de un trabajo de indagación en los imaginarios de las 4 actrices que integran el elenco, una materia textual de gran potencia literaria (que rechaza toda forma realista) que juega y se potencia bajo el registro expresivo de la farsa. Textualidad rizomática y fragmentaria, sus cuadros funcionan como unidades temáticas autónomas, pero en su conjunto, vehiculizan, siempre metaforizada, la cuestión de la dominación y la identidad. La multiplicidad de voces que se alojan en el texto nos traen a la vez las formas más cristalizadas del discurso opresivo y también las del discurso libertario; del discurso político (público) y del discurso privado, íntimo.

La Mujer, las distintas versiones de la Mujer que se suceden a lo largo la obra, encarnan ese intento emancipatorio. Gabriela Julis, Verónica López Olivera, Florencia Suarez Bignoli y Maite Velo, las 4 actrices de elenco, interpretan con enorme talento, entrega y rigurosidad formal cada uno de los personajes en los que se metamorfosean una y otra vez; dejándonos vislumbrar además, el compromiso más íntimo, más visceral con este proyecto teatral: perforan el aire a cada paso. Cautivan a la platea con la belleza del texto, con la belleza de las imágenes visuales que se suceden en la puesta en escena y con la plasticidad expresiva de sus cuerpos y sus voces.

De la vulnerabilidad de nuestras pequeñas grandes empresas se resiste al relato convencional. Rechaza toda forma de narración lineal, proponiéndonos establecer otro tipo de relación con lo teatral, subvertida: una aprehensión sensible y sensorial que nos invita a organizar sentidos allí donde no están garantizados de modo unívoco. Porque quizás, para rechazar el Poder, un texto (un texto espectacular/ una obra) primero deba dejar de ejercerlo verticalmente sobre el espectador. Porque para celebrar ese orden utópico y emancipatorio que auguran aquellos “todos los sueños del mundo” del comienzo de la obra, quizás el primer paso sea emancipar al espectador de la opresión que ejercen los sentidos fijos, inamovibles, muertos, de reproducción de lo siempre igual… Quizás allí radique, en definitiva, toda la fuerza política de la obra: en desatar las amarras del espectador y dejarnos navegar libremente entre los sentidos posibles que se deslizan entre escena y escena, entre palabra y palabra, entre cuerpo y cuerpo. Estas premisas, junto con muchas otras que funcionan como andamiaje y fundamentación de la propuesta, producen un efecto estético potente y conmovedor, pero esencialmente suponen y evidencian un posicionamiento ético frente a la creación artística por demás destacable, pero, fundamentalmente,  tan necesario.




Ficha Artístico/Técnica

Dramaturgia:Santiago Roldós
Actúan:  Gabriela Julis, Verónica López Olivera, Florencia Suarez Bignoli, Maite Velo
Diseño de vestuario: Umaminga Grupo Teatral, Muégano Teatro
Diseño de escenografía: Umaminga Grupo Teatral, Muégano Teatro
Diseño de luces: Umaminga Grupo Teatral, Muégano Teatro
Fotografía: .sindejardemirar.
Diseño gráfico: Prensa La Libertad
Entrenamiento corporal: Marcia Cevallos.
Asesoramiento de vestuario: Emilia Tambutti
Asistencia de dirección: Paula Araya
Dirección: Pilar Aranda, Santiago Roldós

LA CARPINTERÍA TEATRO
Jean Jaures 858  - Domingo - 18:00 hs
Entrada: $100.00 /80.00

http://www.alternativateatral.com/obra35551-de-la-vulnerabilidad-de-algunas-de-nuestras-pequenas-grandes-empresas


Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.