Por Mariu Serrano
Guillermo Yecspir presencia, colgado en la pared, cómo desbaratan la tragedia del moro. Como todo clásico, sigue resonando pese a los siglos y kilómetros que nos separan de esta historia de duques y tenientes chipriotas y venecianos. Desde una óptica lunfarda y para nada acartonada, se permiten el juego aunque nos advierten: termina mal.
Con una escenografía modesta y reutilizable, basada en varias cajas, telas y mesitas, los cuatro actores van construyendo ambientes y desniveles: una taberna, un salón de castillo, alta mar, un paseo público o un dormitorio. La utilería a su vez es cotidiana y refuerza el estilo payasesco de la puesta: espuma en aerosol, espadas de cotillón, un pedazo de celofán, un barquito de papel, un paraguas, una carpa. Lo más notable de esta versión de Othelo es el ingenio con el que su director, Gabriel Chamé Buendia (el Ramón Piola del mítico Clú del Claun y miembro del Cirque du Soleil), pudo aunar los gags del clown y el intrincado texto del maestro inglés que, aunque acotado, es respetado casi al pie de la letra.
Sólo cuatro actores, alumnos de Chamé, se dan maña para interpretar todos los personajes haciendo gala de sus destrezas físicas. El que la tiene más complicada es Martín López Carzolio, quien tiene la ardua tarea de luchar contra sí mismo, darse muerte por un lado y herirse por otro, cambiando barba por flequillo y anteojos a toda velocidad. Julieta Carrera también transita varios personajes, y se destaca por el dominio y volumen de su voz siendo padre, hija, amante y borrachín de cantina. El interminable Hernán Franco será Yago, antihéroe tramposo con aires de dandy que hará uso de un recurso muy Buendía: una pequeña cámara de video que hace un primer plano en el actor y se proyecta en el fondo del escenario. Para un ojo purista puede resultar extraña esta herramienta, pero los momentos los en que se introduce son precisos y, paradójicamente, tiñen la escena de intimidad. Finalmente Othelo, representado por Matías Bassi, será el ancla que no nos permite olvidar la tragedia, en un potente contraste con el resto del elenco.
El resultado de esta antítesis es impactante, y resalta la calidad de su intérprete: a Bassi no se le mueve un músculo de más, no le tiemblan las comisuras ni por un instante. Sin desentonar, se “coloca” en esa rabia contenida, en esos celos feroces, mientras la sala está descostillándose de risa con el más mínimo guiño de sus tres compañeros. La tensión vain crescendo, el enredo se torna indisimulable y nos deja al filo. Muchos conocemos el final, pero la forma en que se presenta igualmente es inesperada. Los laureles, de cualquier forma, son para el director, por quitarles solemnidad a la tragedia y nariz a los payasos, sin alterar el desdichado desenlace.
Ficha Artístico/Técnica
Autor: William Shakespeare
Adaptación: Gabriel Chame Buendia
Actúan: Matías Bassi, Julieta Carrera, Hernán Franco, Martín López Carzolio
Vestuario: Gisela Marchetti
Escenografía: Jorge Pastorino
Diseño de luces: Jorge Pastorino
Diseño sonoro: Sebastián Furman
Fotografía: Gianni Mestichelli
Diseño gráfico: Matías Bassi
Asistencia de escenografía: Cecilia Stanovnik
Asistente de producción: José Luis Des Justo
Asistencia de dirección: Justina Grande
Asistencia De Escenas: Carola Fiadone
Prensa: Ezequiel Hara Duck
Producción ejecutiva: Micaela Fariña
Producción: Buendia Theatre
Jefe técnico: Fred Raposo
Dirección: Gabriel Chame Buendia
Funciones:
LA CARPINTERÍA
Jean Jaures 858 Capital Federal
Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 4961-5092
Web: http://www.lacarpinteriateatro.com.ar
Entrada: $ 150,00 / $ 100,00 - Jueves - 21:00 hs - Hasta el 27/11/2014
Entrada: $ 150,00 / $ 100,00 - Sábado - 19:30 hs - Hasta el 29/11/2014
Entrada: $ 150,00 / $ 100,00 - Domingo - 20:00 hs - 30/11/2014
Entrada: $ 150,00 / $ 100,00 - Lunes - 21:00 hs - 08/12/2014