Amarillo, ayer y ahora

 

La obra del prestigioso Carlos Somigliana, versionada por Andrés Bazzalo, se presenta en el Teatro del Pueblo y encuentra su potencia en la vigencia de situaciones que atañen a la Historia de la humanidad.

Por Teresa Gatto

¡Me caecum qui haec ante non viderim!
(Ciego de mí, por no ver estas cosas antes)

Cicerón

¡Ah! La operación política. ¡Ah! La manipulación de sectores ajenos a los intereses de las mayorías. ¡Ah!Pobre de aquel que desee invertir el orden prestablecido para generar inclusión.

La historia del menor de los Graco es escrita por Carlos Somigliana en los años 50’ y versionada por Andrés Bazzalo  ahora en el 2014 y puede ocurrir en cualquier lugar de Latinoamérica ya mismo.

Político “populista” dirá cualquier documento o información que uno encuentre en internet o en una biblioteca. Allí donde lea “populismo” no estará el entre líneas que algunos sujetos pensamos cuando las herramientas de un gobierno se encaminan a la inclusión. La imperdonable proveniencia de una clase alta, una educación privilegiada y los intereses de los poderes de siempre, terminarán con la consabida conspiración para destruir a Cayo Graco. ¿Le suena? Sí, le tiene que sonar sea usted una persona que cree en la inclusión o sea de esos que bajo una sombrilla en Bahamas reniega por la Asignación Universal por Hijo.

Pero vayamos a la escena. Cayo Graco a cargo de Sergio Surraco en una labor que por momentos parece diletante pero que completa esta idea de origen que se da de bruces con los intereses que desea representar, desoye los consejos de su esposa  Licinia en la piel de Heidi Fauth, de gran presencia escénica y de su madre Cornelia, muy bien interpretada por Adriana Dicaprio. Así es como se aleja de Roma hacia Cartago mientras se gesta en su contra una conspiración de la oposición aristocrática que propone reformas mucho más populistas y hasta demagógicas, iniciándose el principio del fin de este modo.

La puesta de Bazzalo logra varios objetivos, como presentar una serie de traiciones que acontecieron en el 133 AC y que hoy revisten la mayor actualidad “no positiva”.  Así es como su mejor amigo, encarnado por Joaquín Berthold, consuma su traición y Cayo sólo encuentra amparo y contención en un esclavo (menos que plebeyo) como es Luis Campos y de un estafador, Daniel Zaballa, ambos de muy buen desempeño.

El diseño sonoro y de vestuario opera de manera de dejar en escena sólo lo ineludible, palabras que son puñales. Los puñales arteros de la traición.  Así es como vestidos de un blanco neutro los personajes deambulan casi en círculos porque no hay escapatoria. No porque la traición sea lo esperable (aunque conozcamos las historia) sino porque hay poderes muy difíciles de vulnerar  porque sempiternos se imponen hasta que llega la hora de los Pueblos.

El resto del elenco en el que se encuentran: Guillermo Berthold,  Rafael Bruza, Daniel Dibiase, Hernán Pérez, Luis Campos y Miguel Terni cumple sobradamente con sus roles para entregar en el emblemático teatro del Grupo Somi una obra de su fundador que parece escrita ayer por la noche. La traición, la codicia, el poder y los privilegios para unos pocos traspasan el Antes de Cristo y llegan hasta nuestros días cuando alguien desorientado dijo que las ideologías habían muerto.

Ficha Artístico/Técnica

Autor: Carlos Somigliana
Versión: Andrés Bazzalo
Actúan: Guillermo Berthold, Joaquin Berthold, Rafael Bruza, Luis Campos, Daniel Dibiase, Adriana Dicaprio, Heidi Fauth, , Daniel Dibiase, Hernán Pérez, Sergio Surraco, Miguel Terni, Daniel Zaballa
Vestuario: Carlos Di Pasquo
Escenografía: Carlos Di Pasquo
Diseño de luces: Fabián Molina
Diseño sonoro: Malena Graciosi
Fotografía: Queli Berthold
Asistencia de vestuario: Romina Cariola
Asistencia de dirección: Florencia Salto
Prensa:Carolina Alfonso
Producción ejecutiva: Rosalía Celentano
Dirección general: Andrés Bazzalo

Duración: 75 minutos

TEATRO DEL PUEBLO
Av. Roque Sáenz Peña 943

Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Teléfonos: 4326-3606
Web: http://www.teatrodelpueblo.org.ar
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Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.