Por Beatriz Vanella
Dos sillas en medio del escenario vacío una junto a la otra, en cada extremo el cortinado de dos ventanas, recrean la torre en la isla donde habita esta pareja de ancianos.
Las luces en principio iluminan descarnadamente al Viejo, a la Vieja, y al espacio todo, mientras suena” La Marsellesa” con el ímpetu y la vivacidad que contrasta con esa soledad impuesta por la vida a estos dos personajes.
El vestuario y la elección de los colores subrayan el absurdo que caracteriza la obra. La comunicación es imposible. Un absurdo. Se trata, se busca pero sólo se comunican consigo mismos.
Una muy buena adaptación del original de Eugéne Ionesco traducida y dirigida por Rafael Fernández con: Pablo Delosanto, Martha Rodríguez y Eduardo Santoro.
Estas dos personas han llegado al final de una vida vacía, han dejado atrás amores, sueños y amigos. Sumidos en la monótona rutina de su existencia planean dejar un legado a la humanidad y así justificar que no vivieron en vano.
En medio de un diálogo que por momentos parece inconexo recuerdan la historia de sus pobres y solitarias vidas, más la frustración de no haber sido, que ella le reprocha irónicamente a su marido.
Planean una gran recepción invitando a los personajes importantes e influyentes que han conocido a lo largo de los años, a los cuales se les va a revelar el “Gran Mensaje” con el que recobrarán el honor y la grandeza, con la salvedad de que éstos invitados solo se harán presentes de forma imaginaria.
El movimiento que por momentos se hace frenético sobre el escenario y la maravillosa interpretación de Martha Rodríguez. nos permite “ver” como se corporizan cada uno de los invitados que van llegando y se acomodan en las sillas que aparecen desde todos los rincones.
También será convocado un “Orador”, interpretado por Pablo Delosanto, que hará su aparición al final de la obra dejando la escena en medio de guturales sonidos y ronquidos estentóreos, mientras las sillas rojas vacías que ahora cubren todo el espacio han dejado a los viejos separados y obligados a encaramarse a las tarimas junto a las ventanas que dan al agua. Entonces el instante tantas veces demorado por el miedo y la incertidumbre se hace presente y por primera vez toman el control de sus vidas en una trágica acción que no deja escapatoria y la música vuelve a sonar como un himno esta vez hacia la libertad, “La Marsellesa”.
Ficha Artístico/Técnica
Autor: Eugène Ionesco
Traducción: Rafael Fernández
Intérpretes: Pablo Delosanto, Martha Rodríguez, Eduardo Santoro
Vestuario:Rafael Fernández
Escenografía: Rafael Fernández
Diseño de luces:Miguel Solowej
Banda de sonido:Nicolás Diab
Fotografía: Federico Taboada
Diseño gráfico: Federico Taboada
Asistencia de dirección: Pablo Delosanto
Prensa:Tehagolaprensa
Dirección: Rafael Fernández
PATIO DE ACTORES
Lerma 568- CABA
Tel: 4772-9732
Sàbados 19 hs.
Entradas $70/90