Por Teresa Gatto
“Él sí que tenía una buena historia…Él era su buena historia”
Alessandro Baricco
“Empezamos” dice Luis Cano desde el seguidor que será fundante para iluminar la historia que Luciano Suardi pondrá en escena. Y la historia se desliza con la potencia de un tornado. Porque como señala Alonso, ha ido a traer al presente, a rescatar al Topo, para “evitar que se quede una parte tuya” como un paraguas olvidado. ¿Dónde? Dentro de un teatro demolido.
En su núcleo más recóndito todos los teatros del universo deben tener un Topo. Alguien parido allí. No debe ser totalmente humano porque el teatro tiene origen sagrado. Debe ser, seguramente, un semidiós. Puede haber sido parido por una mujer o como Dioniso, salido del muslo de su padre Zeus. Pero en cada teatro hay duendes, fantasmas y seguramente Topos.
Porque algo germina en un teatro cada vez que comienza el rito y también cuando todo calla. Tal vez, cuando todo calla se produzcan los milagros que nunca vemos. Por eso, El Topo no es la excepción, parido al borde de un escenario, al borde de un precipicio para algunos, se quedó huérfano allí mismo y nadie lo reclamó. Y entonces la historia va siendo. Porque él es su buena historia.
Entonces Suardi, se mece entre la enjuta posición y voz del Topo y la de Alonso y la puesta coral que emerge de conocer qué fue del resto.
Hay un ensamble de dirección y actuación (Cano-Suardi) sin la cual sería imposible lograr que este trabajo fuera tan magnífico. Hay una cadencia en la elegancia/desgarbo de Suardi que admirarán lo más mentados. Porque durante 60 minutos exactos nos dispone a entender la vida de un Topo de teatro. Y su orfandad mucho más brutal que la de la muerte de su madre, cuando los escombros dejan entrever pequeños huecos por los cuales espiar aquellos trastos, paneles, patas de escenario. Aquellos tiempos menos entenados.
El mundo moderno resuelve en escombros cada cosa que deja de ser. Pero de ellos o de aquello que lo constituye se conforma un modo de memoria. Y, es en ella donde habitan todos los duendes, fantasmas y topos del universo de los que fuimos testigos.
Un panel que ha quedado en pie, en tonos de rosa y blanco, un vaso con agua y un traje espléndido junto a un sillón vacío de todo vacío. Un sillón que jamás será ocupado, sin sus tapices, grita desde el lugar más próximo a la platea que algo se ha desmantelado. Por eso Alonso no quiere que el Topo se quede allí, olvidado. Por eso va a su encuentro y la historia va. Va siendo.
La memoria colectiva es siempre parcial. Cada hombre muere al tener recuerdos únicos que alimentan la esperanza de un rememorador colectivo, decía Juan José Saer. Pero cuando el recuerdo, la evocación es obsequiada, poetizada, metaforizada y representada, comienza formar parte de esa memoria plural. Porque sin historias ¡Ay! Sin historias no seríamos ni siquiera olvido.
Ficha Artístico/Técnica
Autor. Luis Cano
Intéprete: Luciano Suardi
Zapatería Teatral: Julio Dozo
Diseño de vestuario: Rodrigo González Garillo
Diseño de escenografía: Rodrigo González Garillo
Realización de escenografía: Gustavo Di Sarro
Realización de vestuario: Patricio Delgado
Música original: Diego Vila
Fotografía: Lucía Galli
Pinturas: Marcelo Seoane
Asistencia de dirección: Mónica Benavidez
Dirección: Luis Cano
Web: https://www.facebook.com/eltopodeluiscano
TEATRO LA COMEDIA
Rodriguez Peña 1062
Capital Federal - Buenos Aires – Argentina
Reservas: 4812-4228
Web: http://www.lacomedia.com.ar
Entradas desde: $ 130,00 - Domingo - 20:30 hs - Hasta el 27/07/2014
Entradas desde: $ 130,00 - Sábado - 21:15 hs - Hasta el 27/07/2014