por Carlos Folias
Un departamento con las vistas de la ciudad más emblemática de New York y de la poética de Woody Allen, es el marco para esta historia en la que encuentros, desencuentros, traiciones, rumores y mucha acidez, juegan en el escenario del Lido de Mar del Plata, por orden de aparición, Soledad Silveyra, Betiana Blum, Alejandro Paker, Edgardo Moreira y Juana Schlinder.
Philis (Soledad Silveyra) es una eminente psicoanalista que descubre que su marido la ha engañado en los últimos tres años con una de sus amigas. Así, Carol (Betiana Blum) se verá descubierta en el rol de la amiga traicionera y rompe hogares que está a punto de dejar a su pusilánime esposo, Howard (Alejandro Paker).
El hombre en cuestión, Sam (Edgardo Moreira), un abogado exitoso y con aspecto de galán, tiene mucho más que esconder que un amante ya que quienes hayan gozado de Central Park West, saben que nada es lo que parece y que ganar o perder es el revés de una taba en el Manhattan de Allen.
Los personajes femeninos juegan un duelo verbal importante que las mantiene a solas durante más de media hora y que hacen sacar chispas a las tablas toda vez que hay un momento en que las mentiras tienen las patas de palo y hacen mucho ruido. Ellas se parecen en mucho a las mujeres que Allen ha retratado con la salvedad de que el personaje de Soledad Silveyra no parece estar destruida por amor sino despechada y con una gran carga de ira vengadora. La amante, una de ellas, Betiana Blum, cayó en las redes del galán que, en la sólida actuación de Moreira, recuerda mucho a esos apuestos sujetos que Allen ha usado como antagonistas de los personajes interpretados por él. Donde Allen es un perdedor, un intelectual sin un peso y un bueno para nada, su oponente es apuesto, millonario y seductor.
El ritmo de comedia sarcástica se sostiene en ambas mujeres y en el rol de Moreira. El juego actoral de Alejandro Paker, cuando hace lo que estrictamente debe hacer logra buenos momentos pero cuando rompe los códigos y en el afán legitimo de ganarse al público balila música de Bee Gees o saca gags de la galera, se aparta y quiebra el registro de esta buena adaptación de Mallorens y Del Pino de Central Park West. Este detalle que se tolera en una comedia veraniega por un público que legítimamente busca la diversión y el chiste, aparece como fuera de guión, como si habiendo probado, la comprobación de la aceptación de dichos gags, fueran in crescendo. Para los conocedores de la obra del genio de Manhattan no tiene el mismo atractivo, toda vez que en Allen el personaje es ridículo, no hace de ridículo. Tal vez, aprovechando el excelente dispositivo escénico que los mantiene encerrados en el departamento con una escenografía donde no sobra ni falta nada, esta comedia traspolada a Buenos Aires, ajuste esta cuestión porque como bien señalaba Freud, el chiste se hace, pero el humor se construye. No por nada Allen es Allen.
Juana Schlinder pisa el escenario con algunos temores pero se solidifica en su única entrada y saca a relucir a esas hermosas jovencitas que tan bien ilusionan a los galanes para después crecer.
La oferta veraniega no se detiene y los aplausos gratificantes del público muestran su aceptación para un espectáculo con nombres estelares que ajustados un poco más en la dirección de Luis Romero, pueden dar mucho, pero mucho más que de lo que ya dan sobradamente.
Ficha Artística/Ténica:
Dramaturgia: Woody Allen
Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino
Elenco: Betiana Blum, Edgardo Morerira, Alejandro Paker, Juana Schindler, Soledad Silveyra
Iluminación: Marco Pastorino
Escenografía: Marcelo Valiente
Vestuario: Pablo Battaglia
Producción General: Javier Faroni
Dirección de producción: Lito Gras y Andrés Parodi
Dirección: Luis Romero
Teatro Lido
Santa Fe 1751 (mapa)
Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires.
De martes a domingo, todos los días a las 21:30 hasta el 28/02/2013
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