Por Teresa Gatto
"Lo haré, señor. Pero lo haré de espaldas.
No pienso llegar más lejos"
Chema Cardeña
Tres personajes y una extra escena potente por su poder concreto son suficientes para contar la historia triangular de La Puta Enamorada.
Al maese Diego Velazquez, el rey Felipe IV le encomienda pintar un óleo que refleje la belleza de su amante, una actriz de comedia apodada la Calderona cuyo nombre era María Inés Calderón. A poco de comenzada la tarea, el triángulo es inevitable. El artista y la Calderona se encienden de pasión pero algo del orden de las traiciones y las intrigas de esa España que colapsa enrarece el clima que va complejizando un vínculo, que como una actividad paralela, va trazando los ribetes de un cuadro bello y famoso “El toilettes de Venus” o “La Venus del espejo”.
Si bien la mayoría de los críticos y su propio autor se empeñan en encuadrar el texto como un homenaje al teatro barroco español, hay guiños y mezclas que incluyen a la picaresca, que trasluce en el personaje del criado de la Calderona y de otras tragicomedias que sean o no del tan pródigo Siglo de Oro, abordan no sólo los amores contrariados, sino además las pujas de poder, el yugo del régimen y por sobre todo cierta sujeción a la que las mujeres estuvieron y siguen estando atadas.
Los actores, Candela Cibrian como la actriz, Nicolás Perez Costa como Velázquez y Agustín Perez Costa como el asistente/criado, ganan con el correr de la obra en intensidad proponiendo un increscendo interesante que logra atrapar por las intrigas palaciegas que se cuecen de ambos lados. El extra escena, que no es extradiegético, es poderoso toda vez que la reina y otros conspiran no sólo por el poder sino también por el temor.
Sin embargo, y aunque Perez Costa acierte con el toque de música flamenca que opera de divisoria de escenas y tensiones, la energía que demanda hablar un perfecto castizo para decir orgánicamente un gran texto no evita ciertas mesetas que nos hacen pensar que a la puesta le sobran minutos o le falta emparejar la energía.
Con todo, es un buen trabajo que cuida los detalles de cada rubro, usando una escenografía minimalista pero efectiva, un diseño lumínico adecuado ya que ante tanto despliegue textual cualquier signo de más resultaría redundante.
Buena ocasión para re descubrir El Bardo y disfrutar de un teatro español que supo ser imbatible y que regresa aggiornado para llevarnos de nuevo a Lope de Vega, Calderón y a tantos popes de esos que no todos leen y mucho menos han visto en escena.
Ficha Artística/Técnica:
Dramaturgia: Chema Cardeña
Actúan: Eric Baez, Cecilia Barlesi, Natalia Biasin, Candela Cibrian, Iara Martina, Agustín Perez Costa, Nicolás Pérez Costa, Micaela Rivetti
Maquillaje: Sofia Nuñez
Diseño y realización de vestuario: Saldivia- Spidirone
Diseño y realización de escenografía: Lucio Tirao
Artista plástico: Lucio Tirao
Fotografíay diseño gráfico: Fuentes2fernandez
Entrenamiento lingüístico: Jaime Diaz
Asistencia de dirección: Catalina Nuñez, Santiago Tezza
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Producción ejecutiva: Catalina Nuñez
Producción general: Rubén Barreira, Salvador Collado
Coreografía: Micaela Rivetti
Dirección musical: Nacho Medina
Dirección general: Nicolás Pérez Costa
Funciones: Sábados a las 21:00
Localidades: $70,-
El Bardo Teatro
Cochabamba 743 (mapa)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Tel.: 4300-9889 / 15-4164-5632
http://www.elbardoteatro.com.ar