por Carlos Folias
Aunque Enrique IV, segunda parte, no sea uno de los textos más interesantes para ser llevado a escena por las características de su estructura dramática, siempre lo escrito por W. Shakespeare es un buen punto de partida para una propuesta teatral atento la solidez de su escritura y la siempre conmovedora exposición de la naturaleza humana que con total crudeza realizan sus personajes. Ya lo ha dicho Harold Bloom, todo Freud está en Shakespeare.
La versión a cargo de Rubén Szuchmacher y Lautaro Vilo que se ofrece al público desde el 13 de julio en el Teatro Regio, viene de participar en el mes de mayo del ciclo Globe to Globe organizado por el Globe Theatre de Londres en el que se representaron las obras del escritor inglés, cada una a cargo de un elenco distinto y con artistas provenientes de diversos lugares del mundo.
Un dramaturgo prestigioso, un director consagrado y el nivel de los artistas y técnicos involucrados, sumado a la coproducción del Complejo Teatral de Buenos Aires y Elkafka Espacio Teatral, nos hizo pensar que estaríamos frente a una puesta en escena “de aquellas”. Sin embargo, a poco de empezar la función de prensa del 12 de julio, nuestras expectativas (y las de algunos que se retiraron en el intervalo) se diluyeron.
Manteniendo en gran parte las características de la puesta realizada en Inglaterra, se ha optado por una estética que sólo incluye el escenario y algunos telones oscuros prescindiendo de cualquier otro dispositivo, mueble o decorado. Un logrado diseño lumínico permite delimitar el espacio, construir climas diversos y otorgar brillo a un colorido y heterogéneo vestuario que colabora en la construcción visual de los personajes y de sus características utilizando prendas y elementos de distintas épocas y estilos.
Interesante despojamiento escénico que ayuda al espectador a concentrar su atención en las voces de los personajes y en sus desplazamientos por el escenario.
Un numeroso elenco con actores que se desdoblan para interpretar varios personajes a lo largo de las 2 horas que dura el espectáculo, con acertados pero fugaces desenvolvimientos, dan como resultado un logrado o desprolijo juego teatral según la percepción de cada espectador.
Sin duda, la actuación de Horacio Peña marca una diferencia. Uno de los mejores actores de teatro de la actualidad. Irreconocible en su aspecto físico por la caracterización lograda por el maquillaje, el vestuario y un abdomen prominente compone con idoneidad a un Sir. John Falstaff que en otro contexto hubiera adquirido aún mayor lucimiento.
Rubén Szuchmacher y Lautaro Vilo aciertan en su versión en la medida que logran escenificar la irregularidad propia del texto original, pleno de situaciones por momentos caóticas y desenfrenadas y en el clima general preponderantemente alegre y festivo. Pero algo del orden de las marcas de actuación enrarece la puesta trasladando el vaivén textual, de por sí complejo, al desenvolvimiento de los actores. Lo que por momentos resulta divertido y ágil, en otros se presenta en tonos forzados, volúmenes disonantes y con actuaciones excesivamente estereotipadas, redundando en un resultado global confuso que dificulta la construcción de un sentido y que no alcanza para sostener el interés del público hasta el final.
El no encontrar el punto exacto en la dirección, convierte la puesta en escena en un aleluya isabelino imposible de digerir a cuatro siglos de la muerte del genio de Stratford-upon-Avon.
En síntesis, y glosando al bueno de William “Mucho ruido y pocas nueces”.
Horacio Peña como Sir. John Falstaff
Ficha Artística/Técnica:
Autor: William Shakespeare
Versión: Rubén Szuchmacher, Lautaro Vilo
Traducción: Lautaro Vilo
Elenco: Horacio Acosta, Irina Alonso, Francisco Civit, Rubén Dellarossa, Graciela Martinelli, Paul Sebastian Mauch, Horacio Peña, Eduardo Peralta, Miguel Rausch, Daniel Ridolfi, Carlos Sims, Alfredo Staffolani, Julián Vilar, Lautaro Vilo, Alejandro Vizzotti
Vestuario y Escenografía: Jorge Ferrari
Diseño de luces: Gonzalo Córdova
Música original: Bárbara Togander
Entrenamiento musical: Miguel Rausch
Asistente de producción y dirección: Pablo Quiroga
Producción ejecutiva: Manuel Elizondo, Carlos Sims, Paula Travnik
Dirección: Rubén Szuchmacher
La obra
El Príncipe Hal y su padre se preparan para la batalla contra los rebeldes de Gales, quienes representan una amenaza para la Corona Inglesa. Al convertirse en un mejor soldado, Hal se aleja cada vez más de sus antiguas compañías de taberna, incluido John Falstaff y sus picardías. La muerte de su padre lleva a Hal al trono y, con su coronación, debe elegir dejar su turbio pasado y sus compañeros de juventud detrás.
Funciones:
Jueves, Viernes y Sábados a las 20:30
Domingos a las 19:30
Nota: las funciones se interrumpirán entre los días 21 y 26 de agosto debido al Festival de Tango que se realizará en el Teatro Regio
Teatro Regio
Avda. Córdoba 6056 (mapa)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Tel.: 4772-3350
Entradas desde: $ 35,-