La historia del Señor Sommer, con Carlos Portaluppi en un gran unipersonal

 



El martes 10 de julio pasado se estrenó este relato de Patrick Süskind, en el recuperado y emblemático Teatro El Picadero con la dirección de Guillermo Ghio

por Teresa Gatto

“No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos”
C. Pavese

¿Qué es recordar? Según los etimologistas la palabra nos viene del latín recordari, formada por un prefijo re, que significa “de nuevo” y cordis que expresa “corazón”. ¿Recordar es entonces hacer pasar por el corazón? Sí, no sólo activar la memoria de un hecho sino hacer pasar por el corazón eso que se recuerda ¿al Señor Sommer por ejemplo? ¿O una vida que lo tiene como pauta de un recuerdo que nos hace adultos?

El cuento de Patrick Süskind (EL perfume) muy bien versionado por Guillermo Ghio, resulta un ejercicio fantástico del recuerdo. Y también de hacer pasar por el corazón aquellos sucesos de la infancia y adolescencia que nos marcaron para siempre. No es necesario que hoy se conformen en cuestión de vida o muerte, sino en la categoría que tuvieron cuando acaecieron.

Así, un hombre que parece haberse mudado por los indicios de la escenografía, comienza un largo viaje hacia el recuerdo que tendrá un rememorador común, el Sr. Sommer. Este hombre que vivía solo con su mujer, una fabricante de muñecas y cuya naturaleza constante es haber caminado siempre desde la mañana hasta la noche, con un palo y una mochila al hombro. Así el protagonista que regresa a la niñez y adolescencia con una variación de matices notables -que demuestran porqué Carlos Portaluppi se las puede arreglar muy bien solo en un escenario- comenzará a recordar y, de este modo, a volver a pasar por su corazón aquellos sucesos que comienzan cuando recuerda un interrumpido intento de suicidio por esas desilusiones del amor precoz y pasa revista a una cantidad de acontecimientos de la más variada singularidad pero que encuentran su medio justamente en esa sustancia: evocaciones que marcaron una vida y ayudaron paso a paso a conseguir esa epifanía que suele ser el viaje a la adultez.

Cada uno de los recuerdos de este hombre que habla en primera persona y del que no sabremos el nombre tiene como sello a la aparición del Sr. Sommer, precedida por el tac-tac-tac del palo/bastón con el que se acompaña siempre. Porque él, Sommer, es la condición de posibilidad del relato en tanto procedimiento narrativo y como tal tendrá también una marca indeleble para dejar en el corazón de quién recuerda.

El dispositivo escénico que utiliza Ghio permite un desplazamiento integral del espacio en el que Carlos Portaluppi se mece con maestría. Una escalera, un sillón, unos tachos de pintura en un aparente apartamento vacío conforman todo lo que necesita junto a un baúl del que emergerán objetos cuyo valor metonímico reponen los hechos de modo simbólico y otorgan a la puesta un aire de inocencia que se agradece. Portaluppi construye al niño, al adolescente y al hombre con sutiles pero precisos cambios de inflexión y de gran manejo corporal. Andar en bicicleta sobre una escalera para pintar, arrojarse desde un árbol y luego arrepentirse, tocar el piano en uno de juguete o sencillamente narrar ese encuentro fallido con la niña de sus desvelos, son una acción que la dirección de Ghio ha plasmado de manera tal que nunca se muestren las marcas, sólo la teatralidad que asume el riesgo de representar/narrar sin red como lo es en un unipersonal.

Para quienes hayan leído la Historia del Sr. Sommer, esta adaptación resultará altamente gratificante porque dota a su original del plus no sólo de la adaptación sino del juego amoroso del teatro que amplía el signo escrito cuando lo vuelve texto espectacular.


Ficha Artístico/Técnica

Autor: Patrick Süskind
Intérprete: Carlos Portaluppi
Prensa: Walter Duche, Alejandro Zarate
Dirección: Guillermo Ghio
Grupo (H) umoris Dramatis

Funciones: domingos a las 18:00

Teatro El Picadero
Pasaje Santos Discepolo 1857 (mapa)
Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Tel.: 4373-5554
http://www.facebook.com/TeatroPicadero
Entradas desde: $ 80,-


MAS CENIZA, escrita por Juan Mayorga y dirigida por Adrián Cardozo, por Teresa Gatto