Apátrida de Rafael Spregelburd



Spregelburd propone un tratamiento inteligente de personajes que forjaron nuestra historia. Una obra inconmensurable que se puede ver hasta el 25 de Noviembre en El Extranjero.

por Julia Laurent 

“En el arte no existe lo inmoral”
Rafael Spregelburd 

Sin didactismos, Spregelburd se desentiende de los límites de lo esperable para indagar acerca de qué es el arte nacional, a partir de una correspondencia histórica entre el pintor Eduardo Schiaffino y el crítico español Eugenio Auzón allá por la navidad de 1891.

Schiaffino consideraba con vehemencia que su muestra en la calle Florida era la inauguración del arte nacional, un arte que reflejaría correctamente la cultura argentina.

Mientras que la mirada del crítico de la época Auzón, con reconocidas influencias europeas  vaticinaba la conformación de un arte nacional recién en doscientos años y unos meses.

Ambos cruzaron correspondencias en periódicos locales de la época pero las posiciones fueron mucho más allá del decoro de la voz impresa.

 “Un Estado es la historia de sus ficciones”  asegura Spregelburg desdoblado en las dos posiciones de la época.

La historia del arte que conocemos, no es más que una historia, un relato posible entre muchos otros, ¿cuantos han sido excluidos? ¿Cuantos han sido revalorizados o dejado a pie?  

En la historia, el relato se hace pasar por real.

¿Y acaso muchas veces no han sido caprichos de la historia?

¿Que pensó Tamburini al definir  el color rosa de la actual  Casa Rosada? Se pregunta con vehemencia Spregelburd que a la vez es Schiaffino y Auzón al mismo tiempo.

El tratamiento es impecable, la construcción de testimonios de la época cruzados con verborragicas subjetividades del presente hacen posible la síntesis entre realidad histórica y ficción.

Un cruce ecléctico que se despliega intensamente al ritmo de la música que cínica y arremangada se deforma entre fragmentos de un himno nacional argentino y la cortina musical del programa de  Mirtha Legrand.

Apátrida  es una obra abierta, que habilita pensar en la estética de las sociedades modernas,  la función del arte y el rol asignado a los artistas.

Pero también qué cosas se dicen de una obra de arte, la construcción de un relato sobre ella, la actualización de un sentido por parte del crítico que la interpela.

Plumas que durante años han definido qué es arte y que no lo es.

Y aquí empieza el juego confuso del rol del crítico, del cronista del observador que devuelve una respuesta. Que es capaz de congratular o sepultar una obra.

Spregelburd expone la antítesis entre el chauvinismo más extremo y la impostada libertad creadora con aires europeos, todos intentando edificar lo que debe ser el arte nacional.

Pintar en nombre de la patria o ser viles mercantiles del arte. Una dicotomía que se diluye con precisiones impecables.

La censura que significó a lo largo de la historia del arte universal intentar no representar lo autóctono, lo propio, lo esperable.

¿Y que es lo nacional? ¿Una herramienta para homogeneizar  la multiplicidad de intereses? ¿A quién responde el arte nacional? ¿Quién lo consume?

Aparece también la sentencia del poder político, porque acaso definir que será un arte nacional esconde una verdad de perogrullo que sustenta ideologías del poder político de turno.

La responsabilidad de ser un arte inaugural, la construcción de un mito nacional.

¿Y Hollywood como lo hizo? Se pregunta Spregelburd.

¿Pudo imponer su verdad en las ficciones del western  donde caben cowboys e  indios luchando a sangre fría por el territorio nacional?

La música en vivo  a cargo de Federico Zypce es impecable y única, sus sonidos se rescriben a modo de historia con pasajes inolvidables de sonidos que cruzan  veleidades de época y hits clásicos.

Pero también es interesante en esta multiplicidad de interpretaciones que despliega Apátrida reconocer al artista Rafael Spregelburd .

En esta tierra de reflexiones acerca del rol y la función del artista en su país y afuera. Un Spregelburd que necesita hablar de él a través de otros.

Su figura, su voz y determinaciones relatan y ponen cuerpo a estas discusiones que se vuelven muy documentales y propias del universo de un director consagrado que viaja a por el mundo representando lo que se considera parte importante del teatro argentino.

Una obra inconmensurable y vigente que logra mezclar y cruzar contradicciones todavía latentes.

 

Ficha Técnico/Artística

Dramaturgia: Rafael Spregelburd
Intérpretes: Rafael Spregelburd, Federico Zypce
Músico: Federico Zypce
Voz en Off: Erik Altorfer, Félix Estaire de la Rosa, Pablo Osuna García, Ruth Palleja, Monica Raiola, Zaida Rico
Escenografía e Iluminación: Santiago Badillo
Fotografía: Gabriel Guz, Ale Star
Asesoramiento histórico: Viviana Usubiaga
Asistente de producción: Magdalena Martínez
Asistencia de dirección: Gabriel Guz
Dirección: Rafael Spregelburd

Funciones: Viernes 20:30 hasta el 25/11/2011

El Extranjero
Valentín Gómez 3378
Ciudad de Buenos Aires
Reservas: 011 4862-7400
http://www.elextranjeroteatro.com
Entrada: $ 60,- y $ 40,-

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.