Estado de ira

 

La obra escrita y dirigida por Ciro Zorzoli funciona como un dispositivo original que dispara múltiples reflexiones acerca de la materialidad del teatro.

por Julia Laurent

“El arte es la mentira que nos permite conocer la verdad”
Picasso

Empleados de una dependencia publica se disponen a montar Hedda Gabler de Ibsen y en su odisea pretenden dirigir a una estrella de la época, la gran Señora Miguens, que se ve inmersa y despojada por las direcciones y punteos de un grupo de empleados empeñados en montar una obra correcta. 

Encontronazos y desatinos dejan a la vista estructuras que operan en el teatro de hace tiempo y que tanto actores como espectadores consideramos peligrosamente naturales.

Ensayar y diseñar escenas bajo la tiranía del resultado, la ansiedad por arribar a lo esperable, la fidelidad a un texto, el rigor del las marcaciones y la letra, el pie, la voz y el gesto acorde. 

Ciro Zorzoli presenta una magnifica reflexión sobre la materialidad del teatro y el arte en general, la búsqueda de la verdad en la escena, los ecos del buen gusto y el uso de las expectativas de un público que siempre es desconocido.

Estado de Ira abre el juego y posibilita pensar las dimensiones y posibilidades del teatro a través de un metalenguaje preciso, actores que hacen de actores e intentan montar un buen espectáculo.

Es muy interesante pensar las texturas que se ponen en juego a la hora de construir una obra, qué elementos concede el actor de su universo y qué cosas deja de lado para componer un personaje.

La materialidad de la expresión es un cuerpo muchas veces ganado por el ego y el gusto por el protagonismo. 

Zorzoli se le anima a la burocracia del teatro, a jugar en la frontera de lo correcto.

Es muy rico poder vivenciar esa suerte de proceso permanente, esa ficción que lentifica el efecto y permite observar al espectador desde un punto de vista distinto al tiempo del resultado. 

El trabajo de Paola Barrientos es cautivante, la composición de esta señora estrella es impecable, encandila con sus caminatas y esa manera dúctil de expresarse que la vuelven un personaje enriquecedor e inolvidable.

Diego Velázquez y Carlos Defeo son dos actores brillantes que se destacan por ser precisos, rápidos y porque se dejan ver aquí en esa búsqueda obsesiva de cómo ser buenos actores. 

Lúcida en su tratamiento y entretenida. El público no para de reír y seguir atentamente cada suceso que se desarrolla en la escena. 

La puesta construye un espacio abierto de telones corridos, un espacio visible desde todo punto de vista y repleto de objetos que se manipulan,  modifican y trasladan para construir múltiples escenas. Un gran trabajo de Oria Puppo

Los hilos que decide mover Zorzoli son agradecidos por el espectador que es arrastrado por esta impresionante ráfaga de actualidad estética.

Es una obra inteligente, innovadora, dinámica y que se lleva todos estos adjetivos más que merecidamente.

 

 Ficha Artística/Técnica:

Dramaturgia y dirección: Ciro Zorzoli
Actúan: Paola Barrientos, Pablo Castronovo, Carlos Defeo, Marina Fantini, Valeria Lois, Vanesa Maja, Cecilia Meijide, Dalila Romero, Diego Rosental, Gabriel Urbani, Diego Velázquez
Vestuario y escenografía: Oria Puppo
Iluminación: Eli Sirlin
Fotografía: Ernesto Donegana
Asistencia artística: Gabriel Baigorria
Asistente de producción: Gabriel Bitterman
Coordinación de producción: Romina Chepe
Coordinación técnica: Oria Puppo
Coordinación escénica: Gabriel Baigorria
 

Funciones: Lunes a las 21:00
Duración: 80 min.
Entrada: $80,-

Teatro Metropolitan
Av. Corrientes 1343 (mapa), Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 5277-0500
http://www.teatrometropolitan.com.ar


Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.