Con la actuación de Javier Malosetti y Leo Bosio, la presencia de Mariano Otero en escena y dirección musical, quedan dos funciones de este espectáculo digno de sala llena.
Por Teresa Gatto
Cambiaste de tiempo y de amor
y de música y de ideas
Cambiaste de sexo y de Dios y de tantas otras cosas...
C. García
La agenda, a veces una desgracia, hace que uno vea un espectáculo cuando ya está por bajar de cartel. Hay quién dice “no lo reseñe”, “no lo analice, si total…”. Total ¡Nada! Porque no siempre uno puede ver a Javier Malosetti y Mariano Otero haciendo de las suyas en un escenario en el que además hay ficción. Porque la banda es impecable y porque Leo Bosio que remplazó a Diego Reinhold, cumple y con creces.
La historia, contada como en espejo muestra a un músico ya maduro (no te enojes Malosetti) que narra su historia de viaje cuando allá por su adolescencia dejó la ciudad natal, chata, llena de sermones que mamá repetía pero no cumplía y se largó a ver el mundo. Hasta aquí una historia de epifanía más. Una novela sentimental de las que la literatura, el cine y el teatro dieron a montones. Pero El Pasajero, Passing Strange en el original de “Stew” Mark Stewark, posee singularidades que hacen que las dos funciones que quedan sean ampliamente recomendadas por esta cronista que recomienda poco y nada, enemiga de estrellitas, cornetitas y zapatitos a la hora de juzgar un trabajo artístico. Las valoraciones no son ni para los jugadores de fútbol de los domingos, menos para los artistas, las críticas deben problematizar lo que se ve, y lo que se ve aquí es un mix excelentemente bien balanceado entre música e historia.
No sólo porque la dirección artística encarada por Ana Frenkel, María Onetto y Florencia Peña, explota las cualidades de todos y cada uno de los que deben llevar adelante la ficción sino porque Mariano Otero (bueno, un lujo) presente en el escenario toca y controla su dirección musical que saca lo mejor de la banda compuesta por él, Malosetti, Gabyno Fernández, Hernán Segret y Alejandro López, haciendo que uno desee que si la historia va a concluir (ya que “todo concluye al fin, nada puede escapar…”) la música no acabe jamás.
La elección de los artistas no pudo ser más oportuna porque ese gigante que es Javier contrasta en tamaño con su niño, su pasajero en tránsito que es Leo Bosio y que juega el juego del escape de la incómoda comodidad pequeño burguesa para largarse de ahí sin más a experimentar la búsqueda. Así, en escena y al ritmo de temas que acarician el blues y atrapan el rock, el joven que va deviniendo adulto pasa por experiencias que siempre lo devuelven a un estado que lejos de estar fuera, es íntimo, original y por sobre todo profundo en términos de estar dentro de sí. Claro que para saber qué hay y dónde está, el héroe encarnado por Bosio, que aprende día a día y que es guiado por su espejo adulto en una arista histriónica que Malosetti exhibe aquí, debe afrontarlo todo, la pérdida momentánea de la lengua materna, la soledad, saber que el amor duele casi siempre y que muchas veces volver no tiene cobertura contra todo riesgo.
Luz Kerz, elegida afortunadamente, cumple su rol de madre que también se mece entre la sujeción y el despegue y el resto del elenco compuesto por Débora Turza, Mariú Fernández, Ivana Rossi y Pablo Sultani, entre otros, hace su trabajo de actuación, canto y baile con gran desempeño.
El pasajero, es una historia tal vez pequeña en el sentido de que todos alguna vez necesitamos irnos a cualquier parte para saber quiénes éramos, qué podíamos y que deseábamos pero es grande aquí por el montaje y el despliegue que consigue subir a escena a grandes consagrados de géneros varios como el jazz, la comedia musical y la actuación y todos al servicio del mismo objetivo.
Cuando aún el muro de Berlín no había caído, un muchacho buscaba en Europa su esencia y la tenía puesta, sólo necesitaba ver mundo para saber que lo que somos va adonde vayamos, perenne.
Si usted, querido lector puede ver cualquiera de las dos funciones que restan de El pasajero, el jueves 23 y viernes 24 en el Tabarís, disfrutará de una banda potente de ejecutores de excelencia y de actores que dejan lo mejor de sí para que esta historia de epifanía no sea una más de esas que tantas veces hemos visto o protagonizado.
Ficha Artístico/Técnica
Autor: " Stew" Mark Stewart
Versión y Traducción: María Amelia Gamba
Intérpretes: Leo Bosio, Mariu Fernández, Luz Kerz, Javier Malosetti, Ivana Rossi, Pablo Sultani, Déborah Turza
Músicos: Gabyno Fernández, Alejandro López, Javier Malosetti, Mariano Otero, Hernán Segret
Iluminación: Laura Fernández
Diseño de maquillaje: Lorena Lío
Diseño de vestuario: Maria Cher, Jorge León
Diseño de escenografía: Mariana Tirantte
Diseño y operación de luces: Santiago Gonzalez
Diseño sonoro: Nestor Stazzoni
Música: Heidi Rodewald, Mark Stewart
Letras de canciones: Mark Stewart
Operación de sonido: Maxi Lopez
Vestidores: Agustina Gonzalez
Fotografía: Mosy Obadía
Diseño gráfico: Nicolás Bernis
Asistencia de escenario: Diego Fernandez Mayora
Asistencia de escenografía: Gonzalo Cordoba Estevez
Asistencia de vestuario: Angeles Colombres, Agustina Fernandez
Asistente de sonido: Claudio Noguez
Asistencia de dirección: Max Otranto
Arreglos musicales: Mariano Otero
Producción artística: Florencia Peña
Dirección de Producción: Pablo Jastrzebski
Colaboración musical: Annie Dorsen
Dirección musical: Mariano Otero
Dirección: Ana Frenkel, María Onetto, Florencia Peña
Dirección general: Ana Frenkel
http://www.musicalelpasajero.com.ar
Funciones: Jueves y Viernes - 22:30 hasta el 24/06/2011
Teatro Tabaris: Corrientes 829 (mapa) Ciudad de Buenos Aires
Tel.: 4394-5455
Entradas desde: $ 60,-
http://www.multiteatro.com.ar/teatros/4-tabarís.aspx