Con el rumor del paisaje

 

La obra de Jorge Sánchez, interpretada por Morganne Amalia y Marta Cuenca, indaga las migraciones y sus modos de configurar subjetividad

Por María Forges

I- Ellos. Migrar, exiliarse, desterritorializarse son acciones fuertes. Aunque puedan parecer sólo palabras conllevan una carga semántica enorme. Si bien hay diferentes tipos de migración, sean de carácter político, turísticas o de  exploración, siempre el mundo nuevo a descubrir se constituye en una epifanía, lo nuevo de los viajes no termina siendo la tierra que se pisa. Haciendo pié en esta base, la obra dirigida por Jorge Sánchez e interpretada por Morganne Amalia y Marta Cuenca, actrices oriundas de Francia y España respectivamente, construye un modo de estar en un lugar distinto y también un encuentro entre pares. No sólo porque ambas son actrices y migraron hacia Argentina, sino porque el trabajo se desarrolló también bajo esas coordenadas. El director Jorge Sánchez vive desde hace 8 años en Madrid y trabajó con ellas para indagar juntos, como es esa experiencia y cómo no hacerla autobiográfica ni realista, por ello se dieron al trabajo de entrevistar a muchos migrantes europeos y recabar sus experiencias en estas tierras. Concluyendo en que todos tienen entre 20 y 30 años y en que sus deseos de cambio los empujaron a migrar y a encontrarse con El rumor del paisaje.

II- El tema. Lejos de un realismo que caería en biografismos, psicologismos y sociologismos, la obra narra en clave poética con una gran cara simbólica, la experiencia de lo cotidiano en los orígenes y la decisión de viajar a Buenos Aires. La praxis con una ciudad nueva, lo nuevo, la novedad, y el desconocimiento de los otros son parte de esa interacción vital y escénica. De modo que la identidad se pone en juego porque tal vez, sólo fuera del lugar original se vuelve tangible en términos de lo que somos ante la mirada del otro que nos constituye. ¿Cómo nos sentimos cuando somos extranjeros?

III- El dispositivo escénico. Un logrado dispositivo escénico colabora con lo que se quiere narrar. La ausencia de música como signo de espesor, es un logro ya que no hay músicas concretas que representen la experiencia, salvo que se acuda a las posibles de Francia o España, pero eso sería anclar el relato en un lugar y esta obra habla de migraciones. La oscuridad total que reina en la sala en el silencio del comienzo aporta una sensación que  termina de significar conforme la puesta transcurre y opera como contrapunto ya que oscuridad y luz son en definitiva sinónimos de conocido y ajeno. Con la escenografía ocurre otro tanto, es de una negrura total, al igual que el espacio escénico. El juego de la luz sobre determinados objetos de interacción aporta los contrastes necesarios para remarcar esa experiencia de claroscuros que es un viaje. Siempre de la mano de un acorde diseño de iluminación.

IV- Los objetos. La caja que sirve de asiento será la casa del muñeco/a, títere que como una puesta en abismos las representa. Otros objetos con formas cúbicas y/o rectangulares sirven como partes de un juego de encastre para que las actrices realicen acciones siempre ligadas al texto, siempre poéticas, coreográficas, como si todos los objetos fueran parte de un puzzle que hay que armar para nunca terminar de hacerlo. Porque en un viaje se mezcla todo y no siempre las partes encajan.

V- La lengua. Durante la obra se manejan de modo vertiginoso, el francés y el español pero no quedan fuera de ella otras lenguas de la Unión Europea. Acaso como parte estratégica de la pérdida de un monolingüismo (del otro, Gracias Derrida) o como modo de volver más simbólica la idea de viaje. Ya que, aunque arribes desde España, tarde o temprano comprenderás que aquí hablamos otro idioma además del español rioplatense. De modo que ese mix de lenguas y voces, ese vértigo en el que la palabra poética se dice, conforma un crisol que es el que vemos cuando llegamos a un sitio cualquiera que, poblado de extranjeros, nos aguarda para gritarnos que no somos de allí y tal vez de ningún lugar definitivo. ¿Será esa la duda? Volver, quedarse, migrar...that is the question.


Este espectáculo cuenta con la ayuda de la Fundación Elsa Peretti y el apoyo de la Embajada de España, del AECID, del CCEBA, de la embajada de Francia y de la Alianza Francesa.

Ficha Artístico/Ténica:

Intépretes: Morgane Amalia, Marta Cuenca
Dramaturgia: Faro Luciole -teatro errante-
Escenografía: Ariel Vaccaro, Faro Luciole -teatro errante-
Iluminación y Realización de objetos: Faro Luciole -teatro errante-
Vestuario diseño y realización: Pilar Guerreño
Asesoramiento técnico: Cristina Santoro y Celia Ciprés
Realización vídeo en España: Juan Alcón
Realización vídeo en Argentina: Martín de Dios
Trailer: Gabriel Herce
Fotos: Ana Ndongo, Mariana Stizza
Diseño gráfico: Pablo Nudel
Asistencia producción Argentina: Mariana Stizza
Asistencia producción España: Carmen Ramón, Celia Cipré
Dirección: Jorge Sánchez
Duración: 60'

Funciones: viernes de abril 21hs

Teatro Del Sur: Venezuela 2255, Ciudad de Buenos Aires
Informes: 4941 1951 / teasur@infovia.com.ar
Entradas $40 Con descuento estudiantes y jubilados $30

www.conelrumordelpaisaje.blogspot.com


Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.