TOC TOC

 



El disparatado mundo de una sala de espera y el trastorno obsesivo compulsivo como eje de una comedia desopilante.

por Teresa Gatto

I- Antes de salir para el teatro chequeo la llave de paso del gas. Está cerrada pero para saber que está cerrada debo abrirla otra vez. Entonces todo vuelve a comenzar ¿y si esta vez la dejé abierta? Y así una y otra y otra vez. El TOC, o Trastorno Obsesivo Compulsivo, es nada menos que un desorden de la ansiedad que se puede hasta tipificar. Sí, los hay verificadores, lavadores y limpiadores, numerales, filosofales, rituadores mentales y hasta ordenadores, entre otros. Ahora que lo pienso tengo al menos dos: verifico las llaves de gas y ordeno mis notas con números. Qué mal me veo.

II- La obra que Lía Jelín dirige en el Multiteatro cuenta con un variopinto repertorio de sujetos con TOC, de este modo, hay un numeral que no puede dejar de hacer cuentas y cálculos que en la piel de Daniel Casablanca alcanza momentos gloriosos; una repetidora en la que se luce Melina Petriella; una verificadora con cierto delirio místico a la que da vida una impecable María Fiorentino, un fóbico a las rayas y simetrías que encarna muy bien Diego Gentile y como si esto no fuera suficiente Gimena Riestra es nosofóbica, o sea, limpiadora febril de sus manos y obviamente hipocondríaca y comparte sala de espera con todos ellos. Mauricio Dayub quien abre el juego,  padece coprolalia (insulta como más de uno desearía hacerlo si las normas no presionaran) y padece Síndrome de Tourette, esto es a groso modo, reflejo involuntario o tics. Confieso que me siento mejor, pero no porque mal de muchos sea consuelo de cronistas sino porque la obra se sostiene en un engranaje en que texto y actuaciones arman una columna vertebral sólida y contundente en donde la identificación y el humor emiten señales claras a un público que disfruta y mucho.

IIILía Jelín monta una puesta en escena sólida porque cada personaje con su particularidad logra ensamblarse en una composición que arma un todo en donde todos son necesarios para jugar un juego que descomprima el dolor psíquico, ayude a la economía de ese dolor y resuelva a través del  humor lo que de otro modo sería insoportable. Pero como la espera es el mecanismo más grandioso del neurótico, ellos decidirán soportarla jugando un juego, el Monopoly y harán negocios imaginarios con la propia Ciudad de Buenos Aires (guiño o casualidad, esas compraventas son más lúcidas que las de la realidad).

IV-Para reír, reconocerse un poco nada más y atender una cuestión sencilla pero eficaz, con todo se puede hacer humor y cuando el tema es arduo o doloroso mejor, porque llegó la hora de desdramatizar todo lo que podamos, ya que para Apocalipsis están algunos políticos, muchos medios y nuestro propio pesimismo de la inteligencia.  


Ficha Artístico/Técnica

Autor: Laurent Baffie
Adaptación: Jorge Schussheim
Traducción: Julián Quintanilla
Intérpretes: Daniel Casablanca, Mauricio Dayub, María Fiorentino, Diego Gentile, Melina Petriella, Gimena Riestra
Vestuario: Sofía Di Nunzio
Escenografía: María Oswald
Iluminación: Adriana Antonutti
Fotografía: Alejandra López
Diseño gráfico: Gabriela Kogan
Asistencia de dirección: Diego Del Río
Prensa: Raúl Casalotti
Producción ejecutiva: Rosana Del Rosso
Producción: Sebastián Blutrach, Eloísa Canton, Morris Gilbert, Bruno Pedemonti
Coaching actoral: Matías Strafe
Dirección: Lía Jelín

Funciones los domingos a las 20:30Miércoles y Jueves a las 21:30 y los Sábados y Viernes a las 20:45 y 23 en Multiteatro, Corrientes 1283 Ciudad de Buenos Aires.
Teléfonos: 4382-9140. Entrada $120,-

Los Compadritos, de Roberto “Tito” Cossa, dirigida por Gerardo La Regina. Por Teresa Gatto.