Por Teresa Gatto
William Prociuk, es actor, director y dramaturgo. Su formación actoral se llevó a cabo con los maestros Javier Daulte, Alejandro Maci, Julio Chávez y Daniel Marcove entre otros.
En teatro, trabajó como actor en Nunca estuviste tan adorable y Automáticos, de excelente repercusión (ambas piezas de Javier Daulte), en Candy de Matías Feldman, Ciudadela de Belén Parrilla, etc. EL cine lo contó entre sus filas en los largometrajes Historias extraordinarias y Nunca estuviste tan adorable.
Ha escrito y dirigido Biónica, presentada en el Teatro El Piccolino durante 2007. Actualmente, además de reestrenar Mágica, se encuentra filmando el largometraje La verdadera historia, de Gustavo Corrado, en teatro ensaya Los sueños de Cohanaco de Mariana Chaud y Leandro Halperin, cuyo estreno está programado para el 17 de octubre y forma parte del elenco de Proyecto Vestuarios: Vestuario de Hombres de Javier Daulte que se presenta en el Espacio Callejón. Puesta en Escena dialogó con él sobre diversas cuestiones de su quehacer artístico.
-Cuando repasamos tu historia en las artes escénicas no hay aristas del quehacer teatral que queden fuera de tu órbita. Has realizado diseño sonoro en “Mágica”, escenografía en “Biónica”, además de la consabida tarea de dramaturgia, dirección y puesta en escena ¿esto obedece a que cuando se genera la idea de un texto en tu cabeza, éste va acompañado de una idea de puesta que emerge casi junto a lo textual? Y si es posterior ¿es porque nadie mejor que el autor, a veces, para encontrar los otros signos, lumínicos, escenográficos, etc., para alcanzar la concepción de sentido de la obra?
William Prociuk- En mi caso no ha sido posterior hasta el momento, creo que significaría emparchar algo que no está resuelto desde el texto.
La hora de escribir, opino, es también la hora de realizar la puesta en escena, de alguna manera se trata de predecir el futuro dejándolo por escrito y fijado en la mente para trasladarlo luego a los actores, asistentes, iluminador, escenográfo, vestuarista, etc.
Sumergido en un proceso de escritura trato de visualizar el espacio, cómo se lo utiliza, que luz necesita cada escena, el vestuario que llevará tal o cual actor y por qué.
Tanto Biónica como Mágica comenzaron a ensayarse con textos inconclusos y con una fecha de estreno que marca el ritmo del proceso general (Producción, dramaturgia y dirección) Esto hace que todo tome un ritmo vertiginoso. No hay margen para imprevistos aunque siempre aparecen y hay que sortearlos, una de las formas es poner manos a la obra en cualquier cosa que haga falta, realización de escenografía, diseño de sonido, vestuario, etc.
Claro que el ideal sería ocuparse cada uno de la parte que le toca, pero el sistema de producción, al menos el que puedo poner en marcha, nos obliga a todos (Equipo técnico) a involucrarnos en más actividades, intento excluir a los actores y actrices de las tareas extra curriculares pero la ayuda siempre es bienvenida.
-En Biónica hay toda una concepción de la vida y del amor. Cuando uno lee el título tan sintético no alcanza a dimensionar lo que después vendrá, ¿esa elección así como en Mágica tiene como objetivo condensar para luego expandir o surge de sólo del texto? Digo, ¿cuál es la intencionalidad si la hay?
W.P.- Particularmente en estas dos obras los nombres fueron tentativos desde el comienzo del proceso de dramaturgia, hasta ser definitivos, creo que hay que tener bien en claro qué historia se está contando, a partir de allí cualquier título puede ser justificado
Biónica hace referencia al nombre de la S.R.L que forman los cuatro científicos, pero también tiene que ver con el final del tratamiento de Yana (la paciente que están atendiendo) que termina siendo una especie de mujer biónica.
Mágica (el título) tiene otro tras fondo, es simbólico o si se quiere, anecdótico. No hay nada que haga referencia al nombre desde el texto pero si desde la historia y desde el humor que contiene esta obra. Veo la magia como algo oscuro, con una fuerte carga de intriga, todo esconde otra verdad, y eso denota la historia que Mágica cuenta.
Rosa Negra (obra corta estrenada en el ciclo de obras cortas solemnes en “Club de teatro defensores de Bravard”) hace alusión a una rosa de ese color que aparece en escena y a un cuento mítico que en los noventas fue muy propagado.
Antes de Cuba (texto breve traducido al alemán e incluido en el libro Resto del mundo a presentarse en el corriente año en la Feria del libro de Frankfurt) hace alusión a un viaje que debe realizar uno de los personajes tras una situación traumática.
- ¿Cómo resulta la situación de dirigir y ser dirigido en un mismo segmento de tiempo? Ya que Mágica está en escena pero además intregrás el elenco de Proyecto Vestuarios: Vestuario de Hombres y el de Los sueños de Cohanaco y debe ser complejo disociar estas profesiones, ser actor para ser dirigido y ser director para dirigir a pares.
W.P.- Creo que una cosa se completa con la otra, cada director tiene su manera de trasladar ideas y de cada uno de ellos aprendo, lo mismo pasa con los actores.
La concentración es fundamental. Muchas veces coinciden ensayos o funciones de distintos espectáculos en un mismo día en diferentes horarios, quizás lo más complejo es dejar atrás la función o el ensayo anterior. No hay permiso para hacer un análisis inmediato hay que pasar de una cosa a la otra en unos instantes.
No sufro el cambio de rol, de hecho es un vértigo que decido acompañar, es decir, como director por ejemplo, puedo no asistir a las funciones, pero trato de presenciarlas.
Es un permanente entrenamiento difícil de encontrar en un taller de entrenamiento actoral.
- Se dice que el teatro argentino alcanza una productividad notable, hay más de 700 espectáculos en cartel que con diversa suerte suben a escena. ¿Cuál es la razón o las razones, para una movida teatral tan profusa como los espacios que se multiplican y no alcanzan? ¿Es situacional, porque el teatro produce a través de la inestabilidad, la crisis o el conflicto? ¿O pensás en otras razones?
W.P.- Creo que la situación no tiene nada que ver con que se haga más o menos teatro ¿Qué impulsa a alguien a escribir un texto o elegirlo y luego dirigirlo o actuarlo? En mi caso particularmente hacer teatro no refiere a ninguna crisis ni conflicto. Creo que es algo que se decide más allá de lo situacional. Hacer teatro (sin solemnizar la cuestión) es mi vida, hago lo que me gusta hacer y es de por sí es un privilegio. Claro que habría que realizar un estudio preciso de las distintas razones que movilizan a tantas personas a llevar adelante sus ideales, pero creo que todos sentimos algo parecido.
Las salas se multiplican a medida que la demanda crece. Pero ¿qué público asiste a ver las obras? Creo que en su mayoría son los mismos actores, directores y dramaturgos que alimentan el caudal de público.
Los contratos de las salas, salvo en algunas ocasiones, son de dos meses y si la obra va bien, es decir si sigue siendo “redituable”, continúan en cartel. El cálculo es perfecto, no es difícil llenar una sala durante este tiempo, teniendo en cuenta a familiares y amigos íntimos de las personas que conforman un grupo de trabajo. Hay obras que se han ensayado durante un año y solo permanecen en cartel por ocho funciones, a veces la “suerte” depende de quién es el dueño o programador de la sala y no de la calidad del espectáculo. Si bien no fui víctima de esta problemática, esta situación está siendo cada vez más frecuente, no es bueno que esto ocurra.
Sostener una obra de calidad es la mejor inversión que se puede hacer en el teatro en sí, pero no todas las salas tienen el tiempo, hay que pagar un alquiler, impuestos, etc. No veo correcto que las condiciones para que un teatro acepte una obra sean la cantidad de escenografía y la duración, esto se debe a que un elenco comparte el mismo espacio escénico con cuatro, cinco o más elencos. No todas las salas funcionan de la misma manera y no creo que sea bueno generalizar, pero sí es una problemática que se repite.
- Del mismo modo que hay muchas propuestas en escena, otras subiendo o generándose hay una realidad económica de los teatristas y ésta se revela como un límite a la hora de los subsidios. Hay compañías que los logran con productos de factura discutible y otras que son rechazadas con razón, por falta de mérito del texto u otras cuestiones. ¿Cómo vivís desde adentro toda esa etapa de la carpeta a presentar, la cooperativa para armar y la espera? Porque el Of es a brazo partido y desgasta mucho la cuestión burocrática, cuando está presente como un limite.
W.P- El teatro independiente es a brazo partido sí, por eso no hay tiempo para detenerme a pensar en cuestiones burocráticas. La realización de las carpetas es una tarea que se reparte o se centraliza en una persona que se dedica a la producción al igual que la formación de la cooperativa, mientras tanto la obra se continua ensayando y escribiendo. No permanezco a la espera de una respuesta inmediata porqué conozco los tiempos para las respuestas.
Agradezco poder contar con subsidios tanto de Proteatro como del Fondo Nacional De Las Artes y de INT. Quizás es fácil hablar desde este lugar ya que hasta ahora he contado con su ayuda.
No es posible saber de ante mano si un proyecto va a ser subsidiado o no y es cierto que cuando llegan los subsidios, el espectáculo ya ha sido estrenado, es probable que de contar con la ayuda antes de comenzar con la realización escenográfica, el vestuario, la difusión, el diseño de iluminación, etc. todo sería más fácil. Pero de todas formas es necesario que llegue sea cual sea la de demora.
No tengo en claro si se trata de un tema de organización propio. Comienzo a ensayar con un cuarenta por ciento de la obra escrita, esto impide la entrega de las carpetas con antelación (se debe presentar un texto completo) al comienzo del proceso de ensayos, esto también retraza la respuesta de los teatros, generando incertidumbre pero confío en el material y en que se trabaja para que todo llegue a buen puerto.
-Gracias y lo mejor para todos los proyectos.
Después de cada entrevista realizada y ante la magnitud del trabajo hecho por el entrevistado, en este y otros casos, la reflexión siempre es la misma, el panorama teatral de nuestro país tiene un espectro tan vasto como nuestro territorio. Aún con que actores, directores y equipos técnicos constituyan parte del caudal de espectadores del teatro independiente, eso manifiesta un flujo de interés hacia las ciencias teatrales que es, al menos, singular y auspicioso, por ello retomaremos el tema con cada entrevistado previendo que hay tantas respuestas como sujetos dispuestos a ejercer este arte sagrado.