Una obra de Francisco Lumerman que indaga la Historia desde el futuro y resuelve un tema conocido con una mirada nueva que se apoya en muy buenas actuaciones, la solidez textual y una puesta impecable.
Por Teresa Gatto
Signo, modo o cicatriz, lo arrastro y arrastaré conmigo dondequiera que vaya
J.J. Saer
Sujetos de la Historia, atravesados por ella, salpicados por ella, escindidos de ella pero jamás a salvo de ella. Este es el marco de la obra de Francisco Lumerman, que formó parte del tercer año consecutivo del ciclo Panorama Work in Progress 2009, realizado en el C.C. Rojas.
Han pasado casi cien años de la muerte de Juan Domingo Perón y sin embargo, en un pueblo como cualquier otro, en los fondos de un negocio, el depósito que sirve de hogar tiene un televisor que repite la historia sin fin. En él se proyectan imágenes de la película de Favio, Perón, sinfonía del sentimiento (1999). Este primer gesto de la obra de Lumerman se verá potenciado en otros que aluden a la violencia que merodea al país desde su fundación.
Dentro de la casa/depósito, una novela familiar. Dos primos que deben cohabitar de modo impuesto y por ende conflictivo. Como si esa cohabitación fuera sinécdoque de las forzosas maneras de cohabitar la Patria cuando los modos de hacer la revolución han cambiado de código, cuando las utopías caídas, tal vez para siempre, se refuercen sólo en intenciones del pasado.
El texto de Lumerman, tiene varios aciertos, ya que la clave en la que se narra postula un orden del tiempo en desorden, tal el devenir histórico de la Argentina. Sumergir la historia en un futuro podría suponer “ciencia ficción” pero aquí no hay hechos que fundamenten su verosimilitud en las ciencias físicas, naturales o la tecnología, porque lo que se presenta ya ocurrió y parece seguir ocurriendo. El segmento espacio temporal de la obra desrealiza y produce un efecto de extrañamiento sobre hechos ampliamente testimoniados pero aquí se vuelven a narrar desde otro lugar.
Así, Gabriela encarnada por Rosario Varela anhela un hijo, tal vez para comenzar una novela familiar distinta a la de la patria lastimada, tal vez para asegurarse que aunque afuera caiga una lluvia ácida, habrá un sobreviviente/testigo de la lucha. Pedro en la piel de Lisandro Penelas desea ser el cronista fiel de un contexto sociopolítico que requiere una resistencia diferente de la que ya se cobró muchas vidas. Mirna, interpretada por Adriana Ferrer ambiciona el olvido como un exorcismo pero Pedro no puede con eso. Por último, Juan, a quien da cuerpo José Escobar, daría lo que sea para que la Historia cese de contarse una y otra vez con el mismo tono violento y devastador que llevó a los hechos por todos conocidos.
Afuera, la lluvia, la nieve, el agua, las tropas, los tanques. Adentro, una posibilidad de dar a luz un niño o un orden nuevo. Afuera la intemperie, adentro también porque no hay peor realidad que la que se desvanece entre los dedos.
El espacio escénico se halla bien resuelto en la sala grande de Timbre 4, utilizándose todos los espacios y salidas a modo de reponer un afuera y un adentro que no requieren de escenografías maximalistas, toda vez que la obra se sostiene en el muy buen texto de Lumerman, su dirección y en los actores que cumplen sus roles de modo orgánico y sin mesetas en ritmo y tono.
El diseño de iluminación y el sonoro cooperan con lo narrado aportando más densidad a una historia de la que sabemos más de lo que creemos pero que tiene la habilidad de volver a narrarse desde un lugar otro.
Desde las "guerras floridas" hasta hoy, algo del orden de violencia en que fue colonizada nuestra región, se reitera, replicando que con semejante origen fundacional pero no verdadero, todavía queda mucho trecho por recorrer para salir de la América que inventó Colón y llegar a la Latinoamérica que asumida en un identidad, transite su destino de carencia/exceso y se asuma como un todo diverso e híbrido, pero un todo al fin. Será por eso, que En tus últimas noches alcanza una vigencia inusual apoyada en su teatralidad que exaspera y lleva al límite ese anclaje en un pasado irresuelto que será legado a las nuevas generaciones, justamente en el futuro.
En Timbre 4 continuará durante noviembre esta puesta de un joven director, dramaturgo y actor que no se conforma con las convenciones y explora e indaga tópicos conocidos que logra renovar por completo.
Ficha Artístico /Técnica
Autor: Francisco Lumerman
Intérpretes: José Escobar, Adriana Ferrer, Lisandro Penelas, Julieta Timossi, Ignacio Torres, Rosario Varela
Escenografía: Sol Soto
Diseño de luces: Ricardo Sica
Asistencia de dirección: Leticia Martin
Prensa: Debora Lachter
Dirección: Francisco Lumerman
TIMBRE 4
Av. Boedo 640 timbre 4 / México 3554
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4932-4395
Web: http://www.timbre4.com
Entrada: $ 30,00 y $ 20,00 - Viernes - 23:30 hs - Hasta el 26/11/2010
- Reservar localidades
Web: http://www.entusultimasnoches.blogspot.com